miércoles, 26 de febrero de 2025

 

OTRA PERSPECTIVA

La Escuela de las Américas y su Influencia en las PSYOPS en México

Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra

Introducción

La Escuela de las Américas (SOA, por sus siglas en inglés), ahora conocida como el Instituto del hemisferio occidental para la Cooperación en Seguridad (WHINSEC), jugó un papel clave en la formación de militares latinoamericanos en tácticas de contrainsurgencia, inteligencia y guerra psicológica (PSYOPS). Su impacto en México es innegable, influyendo en estrategias militares, de seguridad pública y en la manipulación informativa a lo largo de las décadas.

Este tema se vincula directamente con el artículo de Roberth Estratega, quien analiza las Operaciones Psicológicas (PSYOPS) y la Guerra Cognitiva en su texto Guerra Cognitiva y PSYOPS https://grupogoberna.com/guerra-cognitiva-y-psyops-conceptos-fantasma/ )(: los conceptos del fantasma en la máquina. A partir de sus reflexiones sobre la manipulación informativa, la influencia de China en este campo y el control de narrativas globales, podemos contextualizar cómo México ha adoptado y adaptado estas estrategias en distintos ámbitos.

A continuación, exploramos la conexión entre la SOA, las PSYOPS y su aplicación en México.

1. Formación de Militares en Guerra Psicológica

La SOA capacitó a oficiales mexicanos en contrainsurgencia, propaganda, interrogatorios y control de la información.

Durante la Guerra Fría, México adoptó estas tácticas para combatir movimientos insurgentes y disidentes políticos.

En el artículo de Roberth, se menciona cómo las estrategias de manipular la percepción del enemigo han sido utilizadas desde la Guerra de Corea. De manera similar, en México, estas técnicas se implementaron contra grupos opositores.

2. Aplicación en la Guerra Sucia en México

En las décadas de 1960 y 1970, el gobierno mexicano aplicó técnicas de guerra psicológica contra grupos como la Liga Comunista 23 de septiembre.

Se usaron métodos como:

·       Desinformación para criminalizar a disidentes.

·       Infiltración de movimientos sociales para fracturarlos desde dentro.

·       Terror psicológico (uso de rumores, desapariciones y torturas).

Al igual que las PSYOPS descritas por Roberth en conflictos internacionales, México también usó estas técnicas para desmoralizar y neutralizar la oposición.

3. Estrategias de PSYOPS en la Seguridad Pública y el Narco

Con el inicio de la Guerra contra el Narco (2006-actualidad), el Estado ha utilizado operaciones psicológicas para justificar acciones militares.

 Ejemplos:

·       Presentación mediática de capos detenidos para reforzar la narrativa de control del gobierno.

·       Manejo de crisis informativas, como en los casos Culiacanazo, Ayotzinapa y Tlatlaya.

En el artículo de Roberth, se explica cómo la Guerra Cognitiva manipula la información a gran escala. En México, esto ha sido evidente en cómo el crimen organizado también usa PSYOPS para generar miedo y ejercer control territorial.

Ejemplo1:  El "Culiacanazo" (2019) y la Manipulación de la Percepción

El 17 de octubre de 2019, el gobierno mexicano llevó a cabo un operativo para capturar a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán, en Culiacán, Sinaloa. Sin embargo, tras un enfrentamiento violento con sicarios del Cártel de Sinaloa, el gobierno decidió liberar a Ovidio.

Estrategias de PSYOPS identificadas en el caso:

·       Control narrativo: El gobierno justificó la liberación de Ovidio alegando que fue una decisión para evitar bajas civiles. Sin embargo, la narrativa generó confusión y críticas.

·       Desmoralización y terror: La exhibición de fuerza del Cártel de Sinaloa, con hombres armados en las calles y bloqueos, envió un mensaje de control territorial, impactando la moral de las fuerzas de seguridad y la población.

·       Difusión de imágenes clave: Videos de sicarios con armamento pesado circularon en redes sociales, amplificando la percepción de que el crimen organizado tiene mayor capacidad que el Estado.

Esta estrategia recuerda las doctrinas de guerra psicológica utilizadas en conflictos armados, donde los grupos irregulares generan caos e incertidumbre en la población y en las fuerzas del orden para doblegar su voluntad sin una guerra convencional.

4. Influencia en Inteligencia y Represión

Exmilitares formados en la SOA trabajaron en organismos de inteligencia como:

·       Dirección Federal de Seguridad (DFS) en la Guerra Sucia.

·       Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), donde se aplicaron estrategias de vigilancia y manipulación de información.

Como menciona Roberth, los gobiernos modernos usan la Guerra Cognitiva no solo para operaciones militares, sino también para influir en la política y la sociedad civil.

5. Evolución a la Era Digital y Redes Sociales

Hoy, las tácticas de PSYOPS han migrado al ámbito digital:

·       Uso de bots y granjas de troles para manipular narrativas en redes sociales.

·       Campañas de desinformación y polarización social en procesos electorales.

·       Ciberespionaje y monitoreo digital para controlar la opinión pública.

Tal como explica Roberth sobre el uso de algoritmos y la manipulación de redes sociales en la Guerra Cognitiva, en México vemos una versión similar con estrategias políticas y de seguridad.

Ejemplo 2: Uso de Granjas de Bots y Desinformación en Elecciones (2018 - 2024)

Desde las elecciones de 2018 y hasta el actual proceso rumbo a 2024, se han identificado campañas masivas de desinformación y manipulación digital en redes sociales, con tácticas similares a las descritas en manuales de PSYOPS.

Estrategias de PSYOPS aplicadas:

·       Polarización y manipulación de la opinión pública: Se han identificado granjas de bots y troles en Twitter (X), Facebook y WhatsApp, difundiendo narrativas diseñadas para crear división social entre simpatizantes y opositores del gobierno.

·       Propaganda psicológica: Uso de frases repetitivas, etiquetas y eslóganes para reforzar ciertas ideas en la mente del público (ejemplo: "Conservadores", "Prensa vendida", "Mafia del poder").

·       Desacreditación y destrucción de la reputación: A través de campañas de desprestigio, se han atacado periodistas, activistas y opositores, con estrategias que incluyen la fabricación de noticias falsas y la difusión masiva de contenido manipulado.

·       Control narrativo en conferencias mañaneras: La narrativa gubernamental se construye diariamente para minimizar crisis, cambiar la percepción de los hechos y redirigir la atención pública.

Estos métodos han sido utilizados en el contexto de guerra cognitiva y operaciones psicológicas, donde el objetivo es manipular la percepción de la realidad a través del control de la información y la influencia en la conducta de la sociedad.

¿Cómo encaja esto en la Guerra Cognitiva?

México ha adaptado tácticas de guerra psicológica de la SOA, evolucionándolas en el contexto del crimen organizado, la seguridad nacional y la política.

Actualmente, las PSYOPS en México no solo son utilizadas por el gobierno, sino también por cárteles y grupos de poder económico y político.

El impacto de estas estrategias en la percepción pública y la estabilidad social sigue siendo un tema crítico que merece mayor análisis.

Como advierte Roberth en su artículo, el verdadero peligro es no darse cuenta de que estamos en un campo de batalla cognitivo.

 

lunes, 24 de febrero de 2025

 

OTRA PERSPECTIVA

El Lábaro Patrio en Tiempos de Sombra

Opinión de jose Rafael Moya Saavedra

Hoy, 24 de febrero, Día de la Bandera, recordamos con orgullo el emblema que nos ha acompañado en las luchas por la libertad, la justicia y la soberanía. Nuestra bandera no es solo un símbolo patrio; es la historia viva de un país que ha resistido invasiones, dictaduras y crisis, que ha luchado por su democracia y que, aún en los tiempos más oscuros, ha encontrado la manera de salir adelante.

Sin embargo, este año el lábaro ondea en un México herido. Un país donde la violencia se ha convertido en el pan de cada día, donde el crimen organizado ha infiltrado los rincones más profundos de nuestras instituciones, y donde el miedo ha desplazado la esperanza. La realidad nos obliga a preguntarnos: ¿qué significa hoy la bandera? ¿Representa todavía la unión, la independencia y el legado de los héroes que nos dieron patria? ¿O es solo un estandarte vacío en un país donde el Estado se desmorona ante el poder del narco?

No podemos permitir que la corrupción y la impunidad sean los nuevos colores de nuestro escudo. No podemos resignarnos a ver a nuestra bandera ondear entre la violencia y el sometimiento. El rojo de su franja no es la sangre de víctimas olvidadas, sino el sacrificio de aquellos que creyeron en un México mejor. El verde no es la esperanza rota por la desesperanza, sino el recordatorio de que aún hay quienes luchan por la justicia. Y el blanco no es el vacío de las instituciones debilitadas, sino el anhelo de paz que todavía resiste en el corazón de su gente.

Hoy, más que nunca, nuestra bandera nos convoca. Nos llama a recuperar el sentido de nación, a exigir un gobierno que no se arrodille ante la delincuencia, a reconstruir el tejido social que nos han arrebatado. Porque México no es de los cárteles ni de los políticos que los protegen. México es de su gente, de quienes no han dejado de creer, de quienes no han dejado de luchar.

Que este Día de la Bandera no sea solo una ceremonia, sino un recordatorio de que la patria no se rinde. Que México no se entrega. Que nuestro emblema, manchado por la violencia y la injusticia, aún tiene la fuerza para representar la dignidad de un pueblo que se niega a ser vencido.

viernes, 21 de febrero de 2025

 



OTRA PERSPECTIVA

Los Santos Togados 2: La Nueva Congregación Judicial de la 4T

Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra

Si en la primera entrega de Los Santos Togados exploramos la construcción de un tribunal de fieles devotos, ahora nos enfrentamos a una nueva alineación de magistrados y jueces con un alto grado de "coincidencias políticas". Es decir, la épica batalla entre la independencia judicial y el alineamiento perfecto con Morena.

¿Milagro o simple casualidad?

En el último reparto de candidaturas judiciales, parece que se perdió el recato y se adoptó la consigna de "consejeros, magistrados y jueces para la Cuarta Transformación". Veamos algunos nombres dignos de un censo eclesiástico político:

María Estela Ríos González: exconsejera jurídica de AMLO. Bendecida directamente desde Palacio Nacional.

Eduardo Santillán: exdiputado de Morena en la CDMX. Aquí sí aplica el dicho de "donde hubo poder, fuego queda".

Esteban Martínez Mejía: representante suplente de Morena ante el INE. ¿Juez o estratega electoral? El tiempo lo dirá.

Ana María Ibarra Olguín: cercana a Arturo Zaldívar, quien pasó de la toga a la operación política sin escalas.

Paula Villegas Sánchez Cordero: hija de Olga Sánchez Cordero, exministra y exsecretaria de Gobernación. La tradición familiar de la impartición de justicia, versión Morena.

Emanuel Montiel Flores: afiliado a Morena desde 2013, porque la lealtad también se premia con magistraturas.

Armando Hernández Cruz: cercano a Ricardo Monreal. Porque el poder judicial también necesita operadores dentro del círculo rojo.

Luis Eurípides Alejandro Flores Pacheco: exrepresentante de Morena en el INE. De árbitro a juez, con la playera bien puesta.

Los riesgos de una fe ciega en la justicia transformadora

Aunque el evangelio de la 4T dicta que esta nueva configuración judicial garantizará la equidad y la democracia, hay algunos riesgos que conviene señalar antes de que el incienso nuble la visión ciudadana:

1. Independencia judicial en peligro

Si el Poder Judicial queda conformado por operadores políticos de un solo partido, la separación de poderes será solo un bonito concepto en los libros de historia.

 2. La percepción pública

Los jueces y magistrados, más que ser vistos como guardianes de la ley, corren el riesgo de convertirse en una extensión de la estructura partidista, erosionando la confianza en la justicia.

3. Conflictos de interés a la vista

Cuando un magistrado ha trabajado codo a codo con el partido gobernante, será difícil que sus decisiones sean vistas como imparciales, especialmente en casos de corrupción o controversias políticas.

4. El fin del equilibrio de poderes

Si la mayoría de los jueces tienen una agenda política alineada con el Ejecutivo, el Poder Judicial perderá su función como contrapeso y se convertirá en un simple notario de las decisiones del gobierno.

¿La justicia ha sido evangelizada?

El nombramiento de candidatos a jueces y magistrados con un fuerte vínculo con Morena no es casualidad, sino parte de una estrategia para consolidar el control político de todas las instituciones. Lo preocupante no es que estos personajes lleguen a los tribunales, sino que el sistema de justicia termine respondiendo a los intereses del partido en el poder en lugar de la Constitución.

En este nuevo capítulo de Los Santos Togados, la pregunta no es si habrá una Corte independiente, sino si la justicia se convertirá en un órgano más de la 4T. Mientras tanto, los ciudadanos debemos estar atentos, porque cuando los jueces ya tienen la bendición política antes de asumir su cargo, la justicia deja de ser ciega y empieza a guiñar el ojo.

¿Y tú, crees en la independencia judicial o ya te sumaste al culto de la transformación?

 

OTRA PERSPECTIVA

México vs. Estados Unidos en la Guerra Cognitiva: ¿Quién Gana?

Opinión de José Rafael Moya Saavedra

Las relaciones entre México y Estados Unidos han estado marcadas por tensiones diplomáticas, económicas y de seguridad. Sin embargo, en la actualidad, la batalla más importante no se libra con ejércitos ni en tratados comerciales, sino en la percepción pública y el control de la narrativa. La Guerra Cognitiva, una estrategia que busca influir en la opinión de la sociedad mediante la manipulación de la información, se ha convertido en una herramienta clave en el conflicto entre ambos países.

Ejemplos recientes como la crisis migratoria en la frontera, el fentanilo como arma política y el Culiacanazo (2019) han demostrado cómo ambas naciones intentan definir la realidad a su favor. Mientras EE.UU. refuerza su imagen de México como un estado fallido en materia de seguridad, México trata de equilibrar su imagen internacional apelando a su soberanía y minimizando el impacto de la violencia.

¿Quién gana esta guerra? La respuesta no es sencilla, pero entender las estrategias de manipulación utilizadas es clave para no caer en narrativas impuestas. A continuación, analizamos este conflicto bajo los principios de Sobrevivir en la Era de la Manipulación.

1. Cuestiona todo: ¿Quién se beneficia de la narrativa del conflicto?

·       El fentanilo como arma política: EE.UU. ha responsabilizado a México por la crisis del fentanilo, señalando que los cárteles mexicanos son los principales productores y distribuidores. Sin embargo, la demanda proviene de EE.UU., donde el consumo ha crecido exponencialmente. México ha respondido cuestionando por qué no se regula el mercado interno estadounidense en lugar de culpar solo a los productores.

·       Migración y el muro narrativo: Estados Unidos ha utilizado la crisis migratoria para justificar políticas de endurecimiento fronterizo y militarización, mientras México intenta proyectarse como un país humanitario que coopera con los acuerdos migratorios, pero protege a sus ciudadanos de las presiones externas.

·       Medios de comunicación: la prensa estadounidense refuerza la idea de México como un país ingobernable frente al narcotráfico, mientras que, en México, la respuesta gubernamental busca minimizar los problemas y trasladar la responsabilidad a factores externos.

2. Analiza los patrones: ¿Cómo se repite esta estrategia en la historia?

·       El discurso de la guerra contra el narco: desde la administración de Reagan en los 80, EE.UU. ha utilizado la narrativa del narcotráfico como una excusa para intervenir en los asuntos internos de México, ya sea con presión económica, militar o diplomática.

·       Criminalización de la migración: durante décadas, los inmigrantes mexicanos han sido utilizados como chivo expiatorio en elecciones estadounidenses, reforzando estereotipos de criminalidad y competencia laboral.

·       Crisis diplomáticas y amenazas de intervención: casos como la Operación Rápido y Furioso (donde EE.UU. introdujo armas ilegalmente a México) y la reciente discusión sobre designar a los cárteles como organizaciones terroristas reflejan cómo estas tácticas se reciclan con nuevos argumentos.

3. Controla tu narrativa: ¿Quién está definiendo la realidad?

·       Culiacanazo (2019): El fallido operativo para capturar a Ovidio Guzmán mostró cómo la narrativa podía volverse en contra del gobierno. Mientras la administración mexicana justificó la liberación de Ovidio como una medida para evitar un baño de sangre, la oposición y medios internacionales lo interpretaron como una señal de debilidad del Estado ante el crimen organizado.

·       Uso de granjas de bots en redes sociales: Tanto en México como en EE.UU., los gobiernos han utilizado estrategias digitales para manipular la conversación pública. Se han documentado campañas masivas de desinformación que buscan reforzar discursos polarizantes en momentos clave, como elecciones y crisis de seguridad.

·       La crisis de los periodistas: México es uno de los países más peligrosos para el periodismo, y muchos comunicadores han sido asesinados o silenciados al investigar corrupción y crimen organizado. Al mismo tiempo, el gobierno ha intentado controlar la narrativa desacreditando a medios críticos.

4. ¿Quién está perdiendo realmente en este juego?

El ciudadano común: en ambos países, la población es la principal víctima de la Guerra Cognitiva. Se le bombardea con información manipulada que genera miedo, polarización y una percepción distorsionada de la realidad.

El votante desinformado: las estrategias de manipulación impactan directamente en la forma en que los ciudadanos eligen a sus gobernantes, muchas veces basándose en emociones y no en hechos verificables.

El futuro de la relación bilateral: si México no logra una estrategia efectiva de comunicación, seguirá perdiendo control sobre su imagen en el escenario internacional, lo que podría traducirse en presiones comerciales, diplomáticas y de seguridad.

Tú también eres parte de esta guerra

En la Guerra Cognitiva, el mayor error es creer que no estás siendo atacado. La percepción que tienes sobre la seguridad, la migración, el narcotráfico y las relaciones México-EE.UU. no es casualidad, sino el resultado de estrategias diseñadas para influir en tu manera de pensar.

Pregúntate:

¿quién gana con la información que consumes?

¿Qué intereses hay detrás de los discursos oficiales?

¿Te están manipulando para aceptar una narrativa conveniente para otros?

 Por ahora, EE.UU. tiene la ventaja en el control de la narrativa global, pero México aún puede recuperar terreno si desarrolla una estrategia de comunicación que le permita equilibrar la balanza. Mientras tanto, como ciudadanos, la mejor defensa es informarnos críticamente y no aceptar las versiones impuestas sin cuestionarlas.

Porque al final del día, en la Guerra Cognitiva, tú decides si eres un jugador o solo una pieza en el tablero.

miércoles, 19 de febrero de 2025

 

OTRA PERSPECTIVA

“Defendemos la Soberanía”, Dice Sheinbaum… ¿Pero de Quién?

Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra

Febrero 19, 2025 – La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró esta mañana que el Gobierno de México defiende la soberanía del país y no a los cárteles de la droga, en respuesta a la presión de Estados Unidos para designar a estos grupos como organizaciones terroristas. Advirtió que, si dicha clasificación implica acciones extraterritoriales, estas no serán aceptadas.

El mensaje es claro: México no permitirá intervenciones extranjeras bajo ningún pretexto. La soberanía es un principio fundamental que no se negocia. Pero en medio de este discurso de independencia nacional, queda una pregunta incómoda: ¿de qué soberanía estamos hablando? Porque mientras el gobierno rechaza cualquier intento de injerencia externa, la realidad es que el Estado mexicano ya ha perdido control sobre amplias regiones del país, no ante potencias extranjeras, sino ante una amenaza interna: el crimen organizado.

Fundamentos Jurídicos de la Soberanía Mexicana

El Artículo 39 de la Constitución es claro al respecto:

"La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno."

Este principio, que consagra el derecho del Estado mexicano a gobernarse sin interferencias externas, es la base de nuestra autodeterminación política y jurídica. La soberanía también se encuentra enmarcada en los siguientes artículos:

Artículo 40: Establece que México es una "república representativa, democrática, laica y federal".

Artículo 41: Define cómo se ejerce la soberanía a través de los poderes de la Unión y de los estados, estableciendo las bases para la renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo, así como el sistema de partidos políticos.

Artículo 89, fracción X: Otorga al presidente de la República la facultad de dirigir la política exterior, observando los principios normativos de autodeterminación de los pueblos, no intervención, solución pacífica de controversias, entre otros.

Artículo 133: Establece que la Constitución, las leyes del Congreso de la Unión y los tratados internacionales serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los tratados deben estar de acuerdo con la Constitución y son jerárquicamente superiores a las leyes federales, según interpretaciones de la Suprema Corte de Justicia.

Estos principios constitucionales fundamentan la soberanía mexicana. Sin embargo, en la práctica, el ejercicio de esta soberanía enfrenta desafíos internos y externos, como el crimen organizado transnacional, presiones económicas y políticas internacionales, y problemas de corrupción interna, que ponen a prueba la capacidad del Estado para ejercer plenamente su autodeterminación.

El Enemigo No Está en Washington, Está Aquí

Los cárteles de la droga no solo trafican sustancias ilícitas; controlan territorios, extorsionan poblaciones, dictan normas y han infiltrado estructuras del Estado. En varias zonas del país, los gobiernos locales no tienen la última palabra sobre lo que ocurre en sus comunidades; la tienen grupos criminales con recursos, armamento y redes de corrupción que les permiten operar con impunidad.

Pero el problema va más allá del control territorial. La infiltración del crimen organizado en los tres poderes de la Unión es un hecho que pocos se atreven a reconocer. Desde funcionarios municipales hasta legisladores y cuerpos de seguridad han sido señalados por sus vínculos con el narcotráfico. El narcoterrorismo ya no es una teoría lejana; es una realidad que se impone en México con el silencio cómplice de algunos sectores del Estado.

Si la soberanía significa tener pleno control sobre el territorio, la seguridad y el ejercicio de la ley, entonces, ¿podemos afirmar con certeza que México sigue siendo plenamente soberano? ¿Es legítimo rechazar la intervención extranjera en un país donde el crimen organizado ya ha impuesto su propia agenda?

Las Dimensiones de la Soberanía y la Realidad Mexicana

La soberanía no es un concepto único, sino que se manifiesta en distintos ámbitos del ejercicio del poder del Estado.

1. Soberanía Territorial: ¿Realidad o Ficción?

Según el Artículo 42 de la Constitución, México ejerce soberanía sobre su territorio nacional, espacio aéreo, marítimo,  y el Articulo 27 de la Constitución establece el dominio directo de la nación sobre todos los recursos naturales del subsuelo y aguas…(Estos principios son defendidos por la SEDENA y la SEMAR).

Pero, en la práctica, existen zonas donde la autoridad no es el gobierno, sino los grupos criminales. Estados como Chiapas, Guerrero, Michoacán y Zacatecas han visto cómo el control del territorio ya no está en manos del Estado, sino de grupos armados que imponen su ley.

2. Soberanía Económica: Un Estado con Manos Atadas

México tiene el derecho de controlar sus recursos naturales, un principio que se reforzó con la expropiación petrolera de 1938 bajo Lázaro Cárdenas.

Sin embargo, la soberanía económica también se ve vulnerada cuando el crimen organizado se infiltra en sectores estratégicos como el comercio, la agroindustria y la minería ilegal. ¿Cómo puede el Estado garantizar una economía soberana si los cárteles ya operan en mercados como la producción de aguacate o la extracción de minerales?

3. Soberanía Política y Jurídica: Cuando el Estado se Somete

El Artículo 89, fracción X de la Constitución garantiza la autonomía política de México, protegiéndolo de la injerencia extranjera. (principio de No Intervención)

No obstante, esta soberanía se ve debilitada por la corrupción y la infiltración del crimen en las instituciones. La capacidad del gobierno para tomar decisiones sin presiones externas es nula cuando internamente hay actores criminales que manipulan y condicionan el ejercicio del poder.

4. Soberanía en Seguridad y Defensa: El Talón de Aquiles del Estado

El gobierno mexicano rechaza la intervención de agencias extranjeras como la DEA, argumentando que la seguridad interna es un asunto de soberanía. De hecho, en 2020 se aprobó una Ley de Seguridad Nacional para limitar la participación de organismos extranjeros en territorio mexicano.

Pero ¿qué soberanía en seguridad se puede defender cuando los cárteles han tomado el control de la violencia? Si la seguridad es monopolio del Estado, pero el crimen organizado tiene capacidad de fuego, infraestructura y recursos similares o superiores a los del gobierno, entonces esa soberanía ya ha sido vulnerada desde dentro.

Soberanía o Nacionalismo de Ocasión

Las declaraciones de la presidenta Sheinbaum se enmarcan en un contexto político donde cualquier presión de Estados Unidos es vista como una afrenta a la soberanía nacional. Sin embargo, esta postura parece conveniente solo cuando la amenaza proviene del extranjero. Cuando la soberanía se ve quebrantada desde adentro, el discurso cambia o se ignora por completo.

Los hechos son contundentes:

·       México rechaza que EE.UU. designe a los cárteles como terroristas, pero evita llamarlos narcoterroristas dentro del país.

·       El gobierno critica la intervención extranjera, pero ha permitido que el crimen organizado imponga sus propias reglas en muchas regiones.

·       Se defiende la soberanía ante Washington, pero no ante la infiltración del crimen organizado en las instituciones.

La soberanía no es solo un escudo contra potencias extranjeras; es el control real y efectivo del Estado sobre su propio destino. Defenderla implica recuperar el poder donde ya se ha perdido, no solo negarles la entrada a actores externos.

La Hipocresía de una Defensa Incompleta

Si México quiere ser realmente soberano, la prioridad no debería ser únicamente evitar la intervención extranjera, sino recuperar el control total de su territorio, sus instituciones y su sistema de justicia.

Porque un país donde el crimen organizado impone su ley no es un país soberano.

Defenderemos la soberanía ante las potencias extranjeras, sí, pero antes debemos recuperarla de quienes ya nos la arrebataron desde dentro.

 

 

OTRA PERSPECTIVA

Los Santos Togados y la Elección de Jueces: Entre el Veredicto y el Dedazo

Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra

Ministros, Magistrados y el Juego de la Silla Judicial

        En un país donde elegir a jueces y magistrados debería ser un proceso serio y transparente, la realidad nos ofrece un espectáculo más parecido a un casting de reality show: intrigas, errores garrafales, favoritismos descarados y, por supuesto, los infaltables padrinos políticos.

        La reforma judicial prometía transformar el sistema, pero en lugar de garantizar imparcialidad, nos ha regalado una tragicomedia en la que las boletas y los listados de candidatos parecen escritos con los ojos vendados (o con la mano de alguien muy interesado en que ciertos nombres se resbalen convenientemente de la lista).

        Y como en todo buen show, tenemos a nuestras estrellas principales, encabezadas por tres ministras con un asiento VIP en el tren de la transformación judicial: Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz y Lenia Batres.

Los Alias de la Corte Suprema del Pueblo

Porque en esta historia no puede faltar el toque folclórico, hemos preparado algunos alias para nuestras ilustres togadas:

Yasmín Esquivel – "Su Plagiadísima Excelencia"

Su fama no viene de su criterio jurídico, sino de su habilidad para "inspirarse demasiado" en textos ajenos. Su tesis, su doctorado, incluso su sombra, parecen estar en disputa de autoría. ¿Su mayor talento? Argumentar que la copia también es una forma de originalidad.

Loretta Ortiz – "La Santa Patrona del Oficialismo Judicial"

Siempre fiel a la causa, dispuesta a bendecir con su voto cualquier iniciativa que el supremo poder requiera. Es la encarnación del "lo que usted diga, señor presidente".

Lenia Batres – "La Ministra de la Línea Directa"

Si existe algo como la telepatía con el poder ejecutivo, ella lo ha perfeccionado. No hay decisión que tome sin que antes pase por un “consultor informal” (que todos sabemos quién es).

Un Casting con Guion… y con Errores de Producción

Si creías que la selección de jueces era un proceso milimétrico y riguroso, permíteme presentarte la lista de errores que haría sonrojar hasta al organizador de una boda improvisada en Las Vegas:

Los Grandes Blooper del Proceso

·       Registros duplicados: Algunos aspirantes aparecieron postulados para dos cargos distintos al mismo tiempo. Si esto fuera una película, sería una de esas donde un personaje tiene doble identidad y nadie se da cuenta.

·       Fechas, CURP y contactos erróneos: Al parecer, la base de datos fue elaborada con la precisión de un estudiante copiando en el examen de matemáticas.

·       Candidatos que renunciaron… pero siguen en la lista: Como zombies judiciales, algunos aspirantes que ya habían dicho "no gracias" siguen apareciendo en la boleta.

·       Ministras rasuradas y luego reincorporadas: El misterioso caso de las ministras que desaparecieron por arte de magia y luego reaparecieron en la lista. Noroña jura que nunca salieron, el INE dice otra cosa, y la verdad sigue perdida entre los anexos enviados y los que "por error" no llegaron.

Elección Popular o "Show de Talento Judicial"

Uno de los puntos más polémicos es que ahora los jueces y magistrados serán elegidos por voto popular. Esto plantea una serie de preocupaciones legítimas, como:

·       ¿Cómo se hará campaña? ¿Veremos a los candidatos en TikTok lanzando eslóganes tipo “¡Por una justicia sin amparos para los ricos!”?

·       ¿Quién financiará esas campañas? Y, más preocupante, ¿qué pasa si el dinero oscuro de ciertos sectores (ejem, crimen organizado) entra a jugar?

·       ¿Se convertirá la justicia en una extensión más de la política? Porque si los jueces dependen de votos, ¿cómo garantizar que sus decisiones no sean populistas en lugar de apegadas a la ley?

El Tribunal de la Austeridad y la Independencia en Riesgo

Y mientras todo esto sucede, el INE ha lanzado la alerta: no hay suficiente presupuesto para la elección judicial. Con 600 millones de boletas en juego, la cosa no pinta bien.

A esto sumemos que el Poder Judicial ha resistido la reforma con uñas y dientes, suspendiendo actividades y denunciando que la independencia judicial está en peligro. Porque una cosa es cambiar el sistema, y otra es hacer que los jueces terminen dependiendo de la popularidad en lugar de sus capacidades.

¿Hacia Dónde Vamos?

Con una elección que parece más un circo con múltiples pistas, la pregunta es: ¿realmente mejorará la justicia en México o solo estamos presenciando una transformación hacia un nuevo modelo donde el mérito pesa menos que la cercanía al poder?

Mientras algunos ya se han acomodado sus togas y han ensayado sus discursos para la campaña judicial, el resto de los ciudadanos nos preguntamos: ¿Habrá justicia para la justicia?

Los Santos Togados del Tribunal: ¡Elijan su Máscara! 🎭⚖️

Si algún aspirante a juez o magistrado todavía no tiene su eslogan de campaña, aquí les dejamos algunas sugerencias. ¡Pónganse la toga y escojan su máscara favorita!

"El Supremo Mandadero" – Siempre dispuesto a servir al poder en turno, sin importar la Constitución.

"Juez Dredd del Ahorro" – Aplica la justicia con austeridad republicana… aunque a veces recorta más de lo debido.

"Magistrado Comes y Te Vas" – Experto en saltar de un cargo a otro, dejando huella… pero sin pisar firme.

"El Togado del Bienestar" – Cree en la justicia social… si su grupo lo ordena.

"Defensor del Fuero Propio" – Su causa principal: su propio blindaje.

"El Inmaculado del Tribunal" – Siempre en el centro de la polémica, pero con la consciencia impoluta.

"Juez, Jurado y Carnal" – No dicta sentencias, las acuerda en cenas privadas.

"El Ministro de la 4T Suprema" – Devoto de la transformación, pero con jurisprudencia selectiva.

"San Justo Mártir del Pueblo Bueno" – Su justicia es divina, pero solo para los creyentes.

"La Túnica y el Poder Absoluto" – Un juez para dominarlos a todos… y atarlos con la ley.

Mientras los jueces y magistrados se preparan para su gran debut electoral, nosotros solo podemos esperar que la justicia, entre tantas risas y despropósitos, no termine siendo otra víctima del espectáculo político.

lunes, 17 de febrero de 2025

 

OTRA PERSPECTIVA

Simón del Desierto en la Política Contemporánea: Sheinbaum, AMLO y Trump en la Columna del Poder

Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra

Un Simón para cada época

Luis Buñuel, con su aguda mirada crítica, nos legó en Simón del Desierto (1965) una metáfora atemporal sobre la obsesión por la pureza ideológica, el aislamiento del poder y las tentaciones que acechan a quienes buscan erigirse como referentes morales o políticos. En un mundo donde el liderazgo se construye tanto en el discurso como en la percepción pública, figuras como Claudia Sheinbaum, Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump representan versiones modernas de Simón, cada uno enfrentando sus propias pruebas en la columna del poder.

Hoy, en un contexto de amenazas de elevar los aranceles, las acusaciones sobre narcoterroristas, la polarización y las narrativas que buscan moldear la historia, la analogía con Simón del Desierto cobra una relevancia sorprendente. ¿Cómo resisten estos líderes las tentaciones del pragmatismo político? ¿Cómo enfrentan las contradicciones entre sus ideales y las expectativas que los rodean? Y, sobre todo, ¿qué destino les espera cuando la sociedad que los elevó decida derribar sus columnas?

Claudia Sheinbaum: La heredera del discurso moral

Claudia Sheinbaum podría verse como un Simón moderno en su intento por continuar el legado de AMLO. Desde su posición como Primera presidenta de México, Sheinbaum busca mantenerse como un referente de la continuidad de los principios de la Cuarta Transformación: austeridad, justicia social y combate a la corrupción.

Al igual que Simón, Sheinbaum parece estar en una columna alta, separada de las críticas cotidianas del pueblo, pero también vulnerable a las expectativas desmedidas de quienes la rodean.

·       La tentación del pragmatismo político: en la película, el Diablo (Silvia Pinal) ofrece a Simón distracciones y oportunidades que desafían su compromiso espiritual. En el caso de Sheinbaum, estas tentaciones podrían manifestarse como la presión por hacer compromisos políticos con sectores contrarios a sus ideales, como las élites económicas, como con los carteles o las alianzas pragmáticas necesarias para ganar.

·       La hipocresía social: aunque muchos la ven como la heredera del proyecto de AMLO, también enfrenta críticas que cuestionan su autenticidad, sugiriendo que su liderazgo está más vinculado a la imposición de un aparato político que a sus propias convicciones.

Andrés Manuel López Obrador: El Simón que construyó su propia columna

AMLO ha pasado gran parte de su carrera política construyendo una imagen de luchador incansable por los más pobres, una especie de profeta político que se enfrenta a las estructuras de poder tradicionales. Su discurso lo ha colocado en una posición de autoridad moral, similar a la columna desde donde Simón predica al pueblo.

  • Analogía con el aislamiento: Simón vive en la cima de su columna, separado de las personas comunes. De manera similar, AMLO se ha rodeado de un discurso polarizante que, aunque conecta con sus bases, lo distancia de sectores que no comparten su visión. Este aislamiento también se refleja en su resistencia a las críticas de la prensa y los organismos internacionales.
  • La tentación de la concentración de poder: AMLO, como Simón, ha sido tentado por el poder absoluto. Su militarización de la seguridad pública y las reformas que buscan centralizar decisiones en el Ejecutivo recuerdan a las tentaciones que enfrentó Simón para abandonar sus ideales.
  • Hipocresía y contradicciones: así como los fieles en Simón del Desierto buscan bendiciones, pero también critican al protagonista, AMLO enfrenta constantes contradicciones entre su discurso de austeridad y acciones como los megaproyectos (Tren Maya, Dos Bocas) que han sido criticados por su impacto ambiental y financiero; la politica de “ Abrazos, No balazos” que alcanzan la cifra de mas de 200 mil muertos; la austeridad republicana y no endeudamiento publico que nos dejó una deuda de 131,738 pesos por mexicano, un 17.5% más que al final del sexenio anterior

Donald Trump: El Simón populista en el escenario moderno

Trump, a diferencia de Sheinbaum o AMLO, representa un Simón que no predica desde la moralidad, sino desde un populismo que apela a los miedos y resentimientos de sus seguidores. Sin embargo, al igual que Simón, se presenta como un elegido, alguien que está por encima del sistema político tradicional.

  • Analogía con la figura de redentor: Trump se ha posicionado como un salvador que lucha contra el “pantano” de Washington. En este sentido, su columna no es moral, sino retórica, construida a partir de la polarización y la manipulación de narrativas.
  • La tentación del poder eterno: al igual que Simón, Trump es tentado constantemente, aunque en su caso es por el deseo de mantener el poder y la relevancia. Y con su nueva presidencia esta imparable.
  • Hipocresía y contradicciones: Simón enfrenta a fieles que buscan milagros y lo critican cuando no cumple sus expectativas. Trump, por su parte, ha capitalizado las contradicciones de su propia base: aboga por los intereses de los trabajadores mientras favorece políticas que benefician a las grandes corporaciones.

Conclusión: Tres Simones modernos y su destino inevitable

Luis Buñuel nos mostró en Simón del Desierto que, por más alto que alguien construya su columna moral o política, siempre habrá fuerzas que desafíen su autoridad y tentaciones que pondrán a prueba su fortaleza. Simón, al final, no resiste. El Diablo lo vence, lo arrebata de su penitencia y lo arrastra a una era decadente, condenándolo a contemplar la corrupción moral de la Humanidad hasta el fin de los tiempos.

Si llevamos esta alegoría a nuestros tiempos, ¿qué destino les espera a los Simones modernos?

Claudia Sheinbaum se encuentra en ascenso, pero su mayor prueba será evitar que las tentaciones del pragmatismo político la alejen del discurso de pureza que heredó. Si cede demasiado a las negociaciones y alianzas (Adan Augusto; Ricardo Monreal; Félix Salgado Macedonio; Cuauhtémoc Blanco; La dirigencia de Morena y Andy …), su liderazgo podría diluirse, convirtiéndose en una pieza más del aparato político que dice representar.

Andrés Manuel López Obrador ya construyó su columna y ha resistido los embates de la crítica, pero ha centralizado tanto su poder que su legado dependerá de la lealtad de quienes lo rodean. Si su sucesión no mantiene su visión, su transformación podría convertirse en una mera anécdota de la historia, dejando a sus seguidores sin un nuevo profeta.

Donald Trump, el Simón más caótico de todos, sigue predicando desde su propia columna, construida con discursos de resentimiento y polarización. Pero la historia nos ha mostrado que los líderes populistas rara vez tienen un final triunfal. Como Simón, Trump podría terminar atrapado en el tiempo, viendo cómo su movimiento se fragmenta y su imagen se desgasta hasta quedar irreconocible.

En política, la columna más alta es también la más frágil. Los mismos seguidores que elevan a sus líderes pueden derribarlos cuando las expectativas no se cumplen. Y como en el cine de Buñuel, el verdadero desenlace no es una victoria heroica, sino un lento descenso a la realidad: la inevitable confrontación entre el idealismo y el peso de sus propias tentaciones.

        Porque en política, como en la historia de Simón, no importa cuán fuerte creas ser: siempre hay un demonio dispuesto a tentarte.

Fuentes:

Mexico Evalua. https://numerosdeerario.mexicoevalua.org/2025/02/06/intereses-record-y-deuda-historica-el-saldo-de-amlo/

Buzos de las Noticias: Sebastian campos Rivera. AMLO deja deuda histórica: cada mexicano debe más de 131 mil pesos https://buzos.com.mx/noticia/amlo-deja-deuda-historica-cada-mexicano-debe-mas-de-131-mil-pesos

viernes, 14 de febrero de 2025

 





OTRA PERSPECTIVA

De la Esperanza al Desencanto: El Legado de AMLO y la Transformación de México

Opinión de José Rafael Moya Saavedra

En 2018, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se erigió como el líder que prometía una "Cuarta Transformación" para México. Con un discurso basado en la lucha contra la corrupción, la inclusión social y el combate a la desigualdad, su victoria representó un cambio radical en la política mexicana. Sin embargo, seis años después, su mandato deja un país polarizado, con instituciones debilitadas, una relación cuestionable con el narcotráfico y un modelo económico con severos retos estructurales. Analizaremos cómo la esperanza que generó su llegada al poder se convirtió en un desencanto para muchos sectores de la sociedad.

1.       El Desencanto Político: De la Unidad al Encono 

AMLO llegó a la presidencia con una promesa de unidad, pero pronto su discurso se tornó en un ataque constante contra quienes no compartían su visión. La retórica de "conservadores" y "fifís" contra "el pueblo bueno" generó una división profunda en la sociedad mexicana. Desde sus conferencias mañaneras, el presidente no sólo desacreditó a sus opositores, sino que también atacó a periodistas, intelectuales y organismos autónomos que representaban un contrapeso a su poder. La falta de apertura al debate y la descalificación sistemática del disenso consolidaron una administración basada en la confrontación.

2. La Corrupción: Promesas Rotas y Realidades Ocultas

Uno de los ejes principales de su campaña fue el combate a la corrupción. Sin embargo, su gobierno estuvo marcado por la asignación directa de contratos sin licitación, opacidad en proyectos como el Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Además, las denuncias contra personajes cercanos al presidente, como Manuel Bartlett, su hermano Pío López Obrador o sus hijos, desdibujaron la narrativa de un gobierno impoluto. Lejos de erradicar la corrupción, la transformó en un mecanismo de control político.

3. Narcotráfico y Militarización

 Entre Abrazos y Balazos AMLO prometió un enfoque distinto en materia de seguridad con su política de "abrazos, no balazos". No obstante, el sexenio estuvo marcado por un crecimiento alarmante en los homicidios y la expansión territorial del crimen organizado. La liberación de Ovidio Guzmán, el saludo a la madre de "El Chapo" y la constante pasividad ante la violencia narco generaron dudas sobre su relación con estos grupos. Además, la creación de la Guardia Nacional y la entrega de responsabilidades clave al Ejército consolidaron un modelo de seguridad militarizado, debilitando a las instituciones civiles y ampliando el poder de las fuerzas armadas en la vida pública.

4. Relaciones Internacionales y la Aislamiento de México

El gobierno de AMLO se caracterizó por una política exterior errática. Su cercanía con regímenes como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua contrastó con su distanciamiento de socios clave como Estados Unidos, España y la Unión Europea. La falta de diplomacia efectiva debilitó la imagen de México en el extranjero, afectando acuerdos comerciales y generando tensiones innecesarias. Su postura de "no intervención" fue selectiva y muchas veces utilizada como un pretexto para evitar asumir compromisos internacionales en materia de derechos humanos y democracia.

5. El Legado de AMLO: Un Futuro con Sombras

 Con el final de su sexenio, AMLO deja un país dividido y con serios desafíos estructurales. Aunque su base de seguidores sigue firme, las contradicciones de su gobierno han generado un escepticismo creciente. Su partido, Morena, enfrenta el reto de mantener el control sin su figura central, y su sucesora, Claudia Sheinbaum, deberá lidiar con el peso de su sombra política. La militarización del país, la relación con el narcotráfico y la debilidad institucional podrían convertirse en obstáculos para la gobernabilidad en los próximos años.

El gobierno de AMLO comenzó con una gran promesa de transformación, pero terminó dejando una estela de polarización, crisis de seguridad y desmantelamiento institucional. Si bien algunos logros en políticas sociales y aumentos salariales pueden ser rescatados, la concentración del poder y la falta de transparencia han empañado su legado. La Cuarta Transformación, lejos de consolidarse como un cambio positivo, se ha convertido en un experimento político que ha puesto a prueba los límites democráticos del país. El verdadero desafío será si México puede recuperar sus equilibrios institucionales o si este sexenio marcará un punto de no retorno hacia un modelo de gobierno autoritario.

 

 

 

 

 

miércoles, 12 de febrero de 2025

 



OTRA PERSPECTIVA

"Entre Soberanía de Mentira y Narco-Realidad: El Show de la 4T"

Opinión de jose Rafael Moya Saavedra

Prólogo: El teatro de la soberanía

Claudia, desde su “Mañanera del Pueblo”, alza el puño con la misma convicción con la que alguien promete bajar el precio del aguacate y suelta su grito de guerra: “Defenderemos la soberanía nacional”. La frase resuena como un eco vacío tanto en la cuna de la Constitución, en Querétaro, como en la Plaza de la Constitución y en los otros templetes cuatroteístas que la inviten. Sus fieles seguidores aplauden con entusiasmo mecánico, sin preguntarse si en su colonia gobierna la policía, el cártel local o una alianza estratégica entre ambos. Afuera, en la realidad que no cabe en los discursos oficiales, la soberanía es tan maleable como la voluntad de un diputado en año electoral: se negocia lo mismo con Washington que con los capos del crimen organizado.

Mientras tanto, en la frontera, la militarización avanza más rápido que los trámites del INE. Trump (o el titiritero de turno en la Casa Blanca) mueve las piezas y México responde como siempre: bajando la cabeza y diciendo que no, que aquí no pasa nada. Las lanchas de la Marina patrullan el Golfo y el Pacífico no para defender a los pescadores de los depredadores extranjeros, sino para asegurarse de que el tráfico de fentanilo no moleste demasiado a los gringos. Y si molestan, bueno, que se les caiga una que otra carga para mantener las apariencias y decir que se combate el problema.

Pero en Palacio Nacional, donde la neblina de incienso mañanero nubla el juicio, la narrativa es otra: el enemigo no son los cárteles, ni las redes de corrupción que se han tragado el país como un tamal mal envuelto. No. El enemigo es cualquiera que se atreva a señalarlo. Periodistas, analistas, opositores, e incluso los que hace años se tragaron el cuento de la transformación y hoy sienten que les vieron la cara. La polarización se ha convertido en política pública, y los discursos de unidad nacional tienen la misma credibilidad que las conferencias “Mañaneras” del macuspano, donde se juraba que la crisis de seguridad es solo percepción y los muertos se cuentan distinto dependiendo de quién los cuente.

La farsa de la unidad y el país dividido

En este México de realidades paralelas, Claudia repite con desesperación su llamado a la unidad, mientras el país está más dividido que nunca. De un lado, los fanáticos del caudillo de Macuspana que creen que si el sol se apaga es culpa de los conservadores. Del otro, los que llevan años gritando que el país se nos va de las manos mientras reciben insultos y amenazas por cuestionarlo.

Entre ellos, la realidad: municipios donde no hay gobierno, solo crimen organizado. Estados donde la paz depende del humor de los sicarios y donde la Guardia Nacional es poco más que un adorno que posa para la foto en operativos televisados. Pero ahí está la presidenta, gritando “¡Soberanía!”, mientras el narco-terrorismo se expande como una plaga y en las carreteras del país la autoridad se mide en cuántos fusiles tiene cada grupo y cuántos funcionarios pueden comprar.

 Bienvenidos a esta tragicomedia, donde cada decisión parece haber sido tomada bajo el lema: ¡chingue a su madre… a ver qué pasa!

Capítulo 1: ¿Quién carajos nos metió en esto?

La política exterior mexicana siempre ha tenido la elegancia de un borracho intentando salir de una cantina sin hacer ruido. Pero con AMLO, el guion pasó de tragicomedia a farsa, y lo que en algún momento parecía una negociación seria con Estados Unidos, terminó siendo una novela de Televisa, con chantajes, llantos, traiciones y un villano rubio con peinado de cotonete.

Cuando Donald Trump asumió la presidencia de EE.UU. el 20 de enero de 2017, llegó con un guion sacado de El Patrón del Mal, donde México era el enemigo público número uno. “Un lugar corrupto”, decía, “lleno de violadores” (como si el Capitolio no estuviera repleto de ellos). Y en ese circo geopolítico, AMLO hizo lo que mejor sabe hacer: ignorar el problema hasta que el golpe fue inevitable.

Con la gracia de un boxeador que finge noquearse solo para evitar pelear, López Obrador optó por la rendición preventiva. Y cuando Trump subió la presión con amenazas de aranceles, AMLO hizo lo que cualquier líder populista haría: doblar las manos y decir que era una jugada maestra. La relación entre México y EE.UU. pasó de ser una danza diplomática a un juego de “Simón dice” donde Washington ordena y Palacio Nacional obedece con entusiasmo.

Las medidas fueron dignas de una telenovela de Azteca Uno: el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera sur para frenar el flujo migratorio (porque evidentemente el crimen organizado no era prioridad), la militarización de los cruces fronterizos, la implementación del programa “Quédate en México” (también conocido como “Vete a sufrir a otro lado”), y la complicidad en la política de contención migratoria de Trump.

Pero la cereza del pastel llegó en 2019, cuando Trump amenazó con imponer un aumento del 5% en los aranceles a productos mexicanos si el gobierno no frenaba la migración. Y como si estuviéramos en una novela de Televisa, AMLO se convirtió en el protagonista sufrido que, entre lágrimas y discursos de hermandad, cedió sin chistar. México pasó de ser el “refugio” de migrantes a ser el “perro guardián” de Estados Unidos, deteniendo a familias enteras que huían de la miseria y dejando que el infierno fronterizo hiciera el trabajo sucio. Pero claro, según la narrativa oficial, esto no era sometimiento, era “cooperación” internacional en materia de seguridad. ¡¡¡Sí, cómo no¡¡¡.

La llegada de Joe Biden en 2021 trajo consigo la promesa de un trato más humano, pero en la práctica todo siguió igual. La frontera permaneció militarizada, la Guardia Nacional siguió haciendo el trabajo sucio, y México se mantuvo como el eterno país “cooperador” que hace lo que le dicen, solo que ahora con menos insultos y más sonrisas de diplomacia hueca. Biden no necesitó amenazas ni aranceles, porque la sumisión ya estaba institucionalizada.

Así llegamos a este presente incómodo, donde Claudia Sheinbaum hereda una política exterior que parece más un acuerdo de vasallaje que una estrategia de soberanía. Mientras ella grita unidad nacional, el crimen organizado gobierna más territorios que el propio Estado mexicano, y mientras promete una relación de respeto con EE.UU., la Casa Blanca sigue dictando las reglas del juego.

Porque si algo ha quedado claro en los últimos años es que, en política exterior, como en muchas otras áreas del gobierno, la estrategia ha sido la misma: ¡chingue a su madre… a ver qué pasa¡

Capítulo 2: Trump, el caudillo del gabacho

Si hay algo que Trump entiende bien es el espectáculo. No es un político, es un showman. Y en su reality show de la Casa Blanca, México ha sido su villano favorito y su patiño al mismo tiempo. Su libreto es sencillo: lanzar insultos, amenazar con apretar el botón del castigo económico y ver cómo el gobierno mexicano responde con nerviosismo, tratando de hacer control de daños con discursos sobre hermandad y respeto mutuo. Spoiler alert: la hermandad nunca llegó y el respeto siempre fue unilateral.

Desde el famoso "México pagará por el muro" hasta la militarización de la frontera, Trump convirtió la relación con nuestro país en una telenovela de chantaje constante, con guion reciclado y actores mal dirigidos. Y lo peor es que funcionó. AMLO, con su manual de pacifismo selectivo, prefirió sonreír y decir que había una gran relación con el republicano. La sumisión se disfrazó de diplomacia y la dignidad nacional se vendió al mejor postor.

Un chantaje a ritmo de tuit

Trump no necesitó invadir México ni imponer sanciones masivas para doblegar a la 4T; le bastó con un par de amenazas en Twitter para que el gobierno mexicano corriera a desplegar tropas en la frontera sur, como si hubieran descubierto un incendio en la Sagrada Transformación. Un tuit del expresidente bastaba para desatar crisis en Palacio Nacional, donde se activaba el protocolo de emergencia: mandar a Marcelo Ebrard con cara de "yo no quería venir" a negociar en Washington y convencer a Trump de que México está haciendo todo lo posible.

Y sí, México hizo lo posible… por convertirse en la Border Patrol más barata del mundo. La Guardia Nacional terminó no solo cuidando la frontera sur, sino haciendo el trabajo que Trump tanto exigía: frenar la migración a cualquier costo, incluso al de violaciones a derechos humanos y condiciones inhumanas para miles de personas varadas en territorio mexicano. Mientras AMLO hablaba de no ser lacayo de ningún gobierno, el país se convirtió en el muro que Trump no pudo construir. Gratis.

De los aranceles al narcoterrorismo: el nuevo pretexto

Trump sabe que la clave de un buen chantaje es subir la apuesta. Así que, después de haber usado la amenaza de los aranceles en 2019 para obligar a México a militarizar su frontera, ahora se saca de la manga un nuevo argumento: México es un narcoestado que protege a los cárteles y envenena a los estadounidenses con fentanilo. Sí, el mismo gobierno que juraba que con “abrazos y no balazos” resolvería la crisis de seguridad ahora enfrenta una acusación de narco-terrorismo desde Washington.

¿Y qué hace el gobierno mexicano? Repetir el libreto de siempre: mandar a decir que la relación bilateral está más fuerte que nunca y fingir que las acusaciones no afectan en lo absoluto. Como si llamar al país cómplice del narcotráfico fuera algo que se pueda ignorar con un boletín de la Cancillería.

El síndrome de Estocolmo diplomático

Lo más patético de esta historia no es que Trump haya manipulado a México una y otra vez, sino que, en cada ocasión, la 4T respondía con agradecimiento. AMLO se desvivió en halagos a Trump, asegurando que nunca había sido más respetuoso con México que otros presidentes (como si las amenazas de aranceles y la militarización forzada fueran gestos de cariño). Y ahora, Claudia Sheinbaum hereda esta relación tóxica, con la tarea de mantener el equilibrio entre la humillación y la sumisión.

Porque aquí estamos otra vez, con el mismo guion reciclado: Trump vuelve a la Casa Blanca y México vuelve a ser el villano útil de su espectáculo político. Con la amenaza de más aranceles, la presión sobre la migración y el nuevo pretexto del narcoterrorismo, el gobierno mexicano sigue atrapado en la misma estrategia de siempre: ¡chingue a su madre… a ver qué pasa¡.

Capítulo 3: Aranceles, militares y otras mentadas

Cuando Trump amenazó con imponer aranceles del 5% al 25% a los productos mexicanos, el gobierno de AMLO entró en pánico nivel sismo del 85. De repente, el presidente que juraba no dejarse intimidar corrió a Washington con una sonrisa nerviosa y una libreta en blanco para apuntar las órdenes. Así nació el acuerdo migratorio: México se convirtió en el policía de la frontera sur de Estados Unidos y la Guardia Nacional en el muro que Trump no pudo construir. No hubo manotazos en la mesa ni discursos de dignidad nacional, solo un "Sí, señor, lo que usted diga" con diplomacia de bajo costo.

Pero la militarización no se quedó ahí. El chantaje económico se convirtió en moneda de cambio. Con cada amenaza de aranceles, el gobierno mexicano cedía más: más soldados en la frontera, más represión a los migrantes, más concesiones en comercio. Cada vez que Washington levantaba una ceja, Palacio Nacional agachaba la cabeza.

México: del “TLC” al “Sí, mi comandante”

El Tratado de Libre Comercio (T-MEC) pasó de ser un acuerdo entre naciones a convertirse en una lista de condiciones impuestas por el socio más fuerte. Si Trump necesitaba detener la migración, México debía hacer el trabajo. Si las empresas estadounidenses querían mejores condiciones, México debía ceder. Y si todo fallaba, bastaba con una nueva amenaza de aranceles para que las negociaciones se aceleraran como trámite electoral en tiempos de clientelismo.

Mientras tanto, el Ejército Mexicano dejó de ser solo una fuerza de seguridad nacional y se convirtió en una especie de megacorporación gubernamental. Se metió en puertos, aduanas, construcción de aeropuertos, distribución de medicinas, y hasta en los trenes. De ser una institución supuestamente neutral, pasó a controlar sectores estratégicos del país como si fueran franquicias del crimen organizado, pero con presupuesto federal y aplausos de la 4T.

Pero el golpe maestro llegó cuando AMLO insistió en que su gobierno era pacifista, a pesar de que nunca se había visto un país con tanto control militar sobre la vida civil. Con el pretexto de la seguridad y la lucha contra el narcotráfico (que más bien parecía lucha por el control del negocio), el ejército se convirtió en el actor principal de la administración pública. ¡Gobernar con uniformes y fusiles nunca había sido tan democrático¡.

El legado de la servidumbre

Y ahora Claudia Sheinbaum hereda este desastre. Un país donde la economía ha sido usada como arma de presión, donde la soberanía es solo un mito que se vende en las “Mañaneras del Pueblo”, y donde el ejército se ha vuelto más poderoso que cualquier institución civil. El gobierno sigue sin entender que negociar no es cederlo todo y que una relación bilateral no se construye con rodilleras.

Porque si algo ha quedado claro en esta historia es que en cada crisis, la 4T aplicó la misma estrategia: ¡chingue a su madre… a ver qué pasa ¡

Capítulo 4: El Club de los Inútiles: Claudia y sus estrategas

Claudia Sheinbaum prometió continuidad, pero hasta para eso hay que tener estrategia. No basta con repetir el libreto del mesías tabasqueño con su “Mañanera del Pueblo”, se necesita entender el ajedrez político y tener un equipo que no parezca salido de un reparto de La Rosa de Guadalupe. Pero su club de estrategas, un grupo de improvisados con más lealtad que inteligencia, ha hecho todo menos jugar bien sus cartas.

Desde discursos que nadie cree hasta respuestas tardías a crisis evidentes, Claudia y sus asesores están demostrando que gobernar no es lo mismo que hacer campaña. Y mientras el país espera un liderazgo firme, lo único que recibe son excusas, desvíos de atención y un cinismo tan descarado que hasta el PRI de los 90 se quedaría corto.

Estrategia política nivel “¡chingue a su madre... a ver qué pasa ¡”

Desde su llegada a la silla presidencial, Sheinbaum ha enfrentado crisis que la han dejado en evidencia: inseguridad rampante, acusaciones de corrupción y, lo más delicado, los nexos de su administración con el crimen organizado. No se trata de rumores, sino de informes filtrados que exponen corrupción en aduanas, financiamiento ilegal de campañas y protección gubernamental a los cárteles. La lista de implicados parece el who's who de la 4T:

Luis Cresencio Sandoval (Secretario de la Defensa Nacional): Ignoró la crisis del fentanilo y permitió la proliferación de laboratorios clandestinos en Sinaloa, Jalisco y Michoacán. Se habla de posibles acuerdos entre el Ejército y el narco.

Adán Augusto López (Exsecretario de Gobernación): Acusado de financiar su precampaña presidencial con dinero del narco.

Audomaro Martínez Zapata (Titular del CISEN y jefe de Inteligencia de la 4T): Protegió redes de tráfico de migrantes, facilitando su paso a EE.UU.

Ricardo Peralta Saucedo (Exdirector de Aduanas): Permitió el tráfico ilegal de combustibles y contrabando para financiar campañas de Morena.

Rubén Rocha Moya (Gobernador de Sinaloa - Morena): Testimonios indican que recibió dinero del crimen organizado para consolidar su poder en el estado.

Américo Villarreal (Gobernador de Tamaulipas - Morena): Vinculado con el CJNG y el huachicol, con operaciones de financiamiento en el noreste del país.

El Clan: Un grupo que gira en torno a los hijos de López Obrador, señalado como una estructura de corrupción paralela al gobierno oficial.

Los operadores de Tabasco: Poder y crimen a la sombra del poder

El grupo que realmente mueve los hilos detrás de la 4T es el Grupo Tabasco, una red de operadores políticos que han convertido la corrupción en un arte. Entre ellos:

Adán Augusto López: El operador más cercano a AMLO, vinculado al lavado de dinero y la protección de intereses oscuros.

Rosalinda López: Hermana de Adán Augusto, esposa del gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón.

Javier May Rodríguez: Gobernador de Tabasco, hereda el problema de los grupos criminales instalados por su predecesor.

General Audomaro Martínez: Exdirector del Centro Nacional de Inteligencia, señalado por crear redes de protección para el crimen organizado.

Juan Antonio Ferrer: Operador clave de la corrupción gubernamental.

Óscar Rosado: Titular de la CONDUSEF, mantiene la estructura de poder del grupo.

Carlos Ruíz Abreu: Otro de los funcionarios cercanos a la cúpula del tabasqueñismo.

Marcos Herrería Alamina: Exdirector de Administración y Servicios de PEMEX, corresponsable de la corrupción en dicha empresa.

Con esta lista, queda claro que el gobierno no solo ha sido permisivo con el crimen, sino que ha tejido alianzas estratégicas con él. Y mientras EE.UU. prepara acciones unilaterales, Claudia Sheinbaum intenta tapar el sol con un dedo, hablando de unidad y continuidad cuando la evidencia dice otra cosa.

Cuando la estrategia es negar todo

El problema con Claudia y su equipo de inútiles es que creen que repetir eslóganes vacíos equivale a hacer política. Frente a cada escándalo, el manual es el mismo:

·       Negarlo todo.

·       Atacar a los medios.

·       Culpar al neoliberalismo.

·       Llamar a la unidad nacional.

·       Hay que decir que “el pueblo bueno” no se deja engañar.

El resultado: una administración que parece más ocupada en encubrir su corrupción que en gobernar. Y lo peor es que la oposición ni siquiera tiene que hacer mucho; los errores de la 4T se apilan solos.

El futuro incierto de la Cuarta Transformación

Mientras la fragmentación dentro de MORENA crece, Sheinbaum intenta mantener el control con un liderazgo que se tambalea cada vez más. Sus asesores parecen pensar que basta con repetir la palabra “transformación” para que los problemas desaparezcan. Pero la realidad es otra: las grietas en el partido son profundas y la credibilidad de su administración está por los suelos.

Porque si algo han demostrado en este nuevo gobierno es que, en política, como en todo, cuando no hay plan, solo queda una opción: ¡chingue a su madre... a ver qué pasa ¡

Capítulo 5: MORENA: Entre tribus y traiciones

El partido que nació con la promesa de regenerar la política mexicana se ha convertido en una arena de gladiadores donde cada facción lucha por su pedazo de poder. MORENA, el movimiento que una vez parecía invencible, hoy enfrenta su peor enemigo: sí mismo.

Las pugnas internas han dejado claro que la unidad es un espejismo. Los grupos leales al líder caído en desgracia, los operadores políticos que buscan perpetuar su influencia y los nuevos aspirantes al trono han convertido la estructura del partido en un campo de batalla. Claudia, en su intento por consolidar el poder, ha descubierto que no es lo mismo administrar que gobernar. Y en MORENA, la lealtad es tan frágil como la confianza en un político que jura que no miente.

Divisiones internas: Morena contra Morena

MORENA está en guerra consigo mismo. Las disputas por el control de candidaturas, la repartición de poder y las acusaciones de corrupción han expuesto fracturas profundas dentro del partido:

Ricardo Monreal vs. Adán Augusto López: Un enfrentamiento por presuntas irregularidades financieras en el Senado, que ha escalado a niveles que harían sonrojar a cualquier culebrón político.

Falta de cohesión: La reciente cancelación de una reunión plenaria en la Cámara de Diputados por falta de quórum dejó claro que la unidad en Morena es pura simulación.

Divisiones regionales: Estados como Michoacán, Tabasco, Tamaulipas y Guerrero se han convertido en zonas de batalla entre distintos grupos de poder dentro del partido. Los líderes juran que hay unidad, pero la realidad muestra que cada uno juega para su equipo.

Candidaturas: El mercado negro de la política

MORENA no solo enfrenta disputas por el poder, sino acusaciones de corrupción en la selección de candidatos. Entre los escándalos más recientes:

Venta de candidaturas: se han presentado iniciativas para sancionar esta práctica, pero la realidad es que, en varios estados, los lugares en las listas parecen tener precio y dueño.

Impugnaciones masivas: se espera una avalancha de impugnaciones en los tribunales electorales por la forma en que se han designado candidatos en diversas posiciones.

Desplazamiento de militantes originales: en estados como Durango y Oaxaca, los morenistas de la primera hora denuncian que han sido relegados por oportunistas provenientes de otros partidos.

Procesos amañados: se han reconocido errores en la selección de candidatos, lo que ha llevado a intervenciones judiciales y nuevas fracturas en la estructura del partido.

El PRI con otro nombre

A estas alturas, Morena ya no es el partido que prometía el cambio. El pragmatismo ha desplazado los ideales, y las prácticas de antaño han vuelto con otro color. Nepotismo, reelección encubierta y corrupción interna han hecho que muchos se pregunten si Morena no se ha convertido en un PRI 2.0.

Sheinbaum vs. la vieja guardia: Claudia ha propuesto reformas para prohibir el nepotismo y limitar la reelección, pero esto ha generado tensiones con la estructura interna del partido, donde los que llegaron al poder no están dispuestos a soltarlo fácilmente.

Candidatos cuestionados: desde gobernadores con nexos con el narco hasta senadores acusados de corrupción, MORENA parece haber olvidado la narrativa de la Honestidad Valiente.

El impacto de la crisis interna en la imagen pública

El desorden dentro de MORENA no es solo un problema interno; su imagen pública se ha deteriorado considerablemente, afectando la percepción de unidad y confiabilidad del partido:

Deterioro de la confianza pública:

Pérdida de credibilidad: Los escándalos y pleitos internos han erosionado la confianza de los votantes en MORENA como alternativa política.

Cuestionamiento de principios: la imagen de MORENA como un partido que lucha contra la corrupción ha quedado en entredicho con la compra de candidaturas y las disputas por el poder.

Impacto en la percepción de unidad:

Fragmentación visible: las peleas públicas entre líderes del partido han proyectado una imagen de desunión y falta de cohesión.

Contradicción con el discurso oficial: mientras el partido habla de unidad, las divisiones internas generan escepticismo entre los votantes.

Efectos en la base de apoyo:

Desencanto de militantes: los miembros originales del partido se sienten desplazados, lo que podría reducir su participación y activismo.

Posible pérdida de votos: la insatisfacción con los procesos internos podría alejar a simpatizantes en las elecciones.

Vulnerabilidad ante la oposición:

Munición para críticas: los conflictos internos brindan material a la oposición para cuestionar la capacidad de Morena para gobernar.

Debilitamiento de la narrativa del cambio: MORENA se parece cada vez más a los partidos tradicionales que prometió erradicar.

La traición como política interna

Si algo caracteriza a MORENA en esta nueva etapa es la traición. Lealtades que duran lo que dura una encuesta favorable, alianzas que se rompen con una candidatura mal repartida y operadores políticos que cambian de bando según les convenga.

·       Los “leales” a AMLO que conspiran contra Sheinbaum.

·       Los gobernadores morenistas que ya negocian con la oposición.

·       Los operadores que ayer atacaban al PRI y hoy pactan con sus figuras.

MORENA ya no es un movimiento, es un campo de guerra. Y mientras la oposición toma nota de cada error, el partido gobernante está demasiado ocupado en sus propias luchas como para notar que su hegemonía se tambalea.

Porque en la política mexicana, la traición no es una excepción, es la regla. Y en Morena, la historia se repite con la misma receta: ¡chingue a su madre… a ver qué pasa ¡

Capítulo 6: La caída del ídolo

El mesías tropical ya no es intocable. Lo que antes parecía imposible se ha convertido en la crónica de una debacle anunciada. Las acusaciones de vínculos con el narco, los escándalos de corrupción que antes se tapaban con discursos moralistas y la cada vez más evidente fractura en su movimiento han terminado por debilitar al líder supremo de la transformación.

Lo que empezó como un gobierno de cambios se convirtió en un régimen de sospechas y traiciones. Los documentos filtrados, los testimonios de excolaboradores y la presión internacional han puesto a AMLO en la mira no solo de la oposición, sino también de sus antiguos aliados. La narrativa de la honestidad ha chocado con la realidad de los expedientes abiertos.

Las acusaciones que cambiaron el juego

La caída del tabasqueño no ocurrió de la noche a la mañana. Fue el resultado de un acumulado de escándalos que erosionaron su imagen de “salvador de la patria”. Y en el centro de todo, el tema más delicado: sus presuntos vínculos con el narcotráfico.

El saludo a la madre de "El Chapo"

En marzo de 2020, AMLO visitó Badiraguato, Sinaloa, tierra del Cártel de Sinaloa, y saludó personalmente a la madre de Joaquín "El Chapo" Guzmán. La escena fue captada en video: el presidente se acercó a la camioneta donde estaba María Consuelo Loera y, con una sonrisa, le estrechó la mano: “Te saludo, no te bajes. Ya recibí tu carta”.

El presidente justificó el saludo como un gesto de respeto hacia una mujer mayor, argumentando que "no es un robot" y que solo respondía con cortesía. Pero para la oposición y muchos analistas, el gesto fue una confirmación de la relación entre su gobierno y el narco.

El "Culiacanazo" y la liberación de Ovidio Guzmán

El 17 de octubre de 2019, fuerzas de seguridad mexicanas detuvieron brevemente a Ovidio Guzmán, hijo de "El Chapo", en Culiacán, Sinaloa. Lo que siguió fue una exhibición de poder del narco: bloqueos, incendios, enfrentamientos y una ciudad tomada por sicarios.

Horas después, Ovidio fue liberado por orden presidencial. AMLO primero dijo que la decisión la tomó su gabinete de seguridad, pero en 2020 admitió que él personalmente ordenó la liberación para evitar un derramamiento de sangre.

Su justificación: evitar la muerte de más de 200 personas inocentes. Pero la lectura internacional fue otra: el Estado mexicano se rindió ante el crimen organizado.

Las acusaciones de Trump y el golpe final

Donald Trump, en su segunda presidencia, no tardó en volver a usar a México como su chivo expiatorio. Pero esta vez, el golpe fue más allá de los insultos y amenazas de aranceles: acusó al gobierno mexicano de tener una "alianza intolerable" con el narcotráfico.

Entre las acusaciones más graves:

Refugio para cárteles: según Trump, México ha proporcionado protección segura para los cárteles que fabrican y transportan drogas ilícitas.

Invasión migratoria: acusó a AMLO y su sucesora de permitir una “invasión” de migrantes, facilitando la entrada de criminales a EE. UU.

Terrorismo narco: Trump designó a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, abriendo la puerta a sanciones y operaciones de seguridad sin necesidad de permiso del gobierno mexicano.

La respuesta de Claudia Sheinbaum fue un intento desesperado por salvar la relación bilateral:

Rechazo categórico: denunció las declaraciones de Trump como "calumnias".

Contraataque: argumentó que el verdadero problema estaba en las armas que EE. UU. vende a los cárteles.

Compromiso de fuerza: México desplegó 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte, como moneda de cambio para calmar la crisis.

Pero la debilidad institucional de México ya estaba expuesta. La narrativa de la "soberanía" se derrumbó ante la realidad de un gobierno doblegado por el crimen y manipulado por Washington.

Los expedientes abiertos

El mayor problema para el líder caído no son solo las acusaciones mediáticas, sino los expedientes que EE. UU. ya tiene en sus archivos. Y si algo ha demostrado la historia, es que la impunidad dura hasta que alguien deja de ser útil.

Entre los casos que más pesan:

El financiamiento de la campaña de 2006: investigaciones de la DEA sugieren que el Cártel de Sinaloa pudo haber financiado la primera campaña presidencial de AMLO con hasta 4 millones de dólares.

Corrupción en aduanas y financiamiento ilegal de campañas: documentos filtrados señalan a operadores cercanos al expresidente como beneficiarios del lavado de dinero del narco.

Las redes de protección del Estado: testimonios indican que durante su gobierno, se permitieron operaciones del narco en estados clave como Sinaloa, Michoacán y Guerrero.

El mesías ya no es imprescindible

La pregunta no es si AMLO caerá, sino cuándo y cómo. La erosión de su imagen, la crisis de MORENA y la presión internacional han convertido su legado en un problema para quienes antes lo defendían.

Su partido, antaño unificado bajo su mando, se ha convertido en un campo de batalla entre facciones. Sus aliados ya están negociando con nuevos actores, y en la política mexicana, la lealtad dura lo que dura la utilidad.

Así, el líder que prometió transformar el país ha terminado convertido en el político que más se parece a los que tanto criticó. Y la historia, como siempre en México, se repite: ¡chingue a su madre... a ver qué pasa¡

Capítulo 7: Sus secuaces y el after del poder

Cuando el barco se hunde, los primeros en saltar no son los pasajeros, sino los oficiales de la tripulación que saben que el naufragio es inminente. En MORENA, el fin de una era ha dejado a muchos buscando refugio en nuevos padrinos políticos o, de ser necesario, en el exilio discreto.

La caída de AMLO y el desgaste de la 4T han generado un sismo dentro del partido. Los leales de ayer ahora buscan desesperadamente limpiar su nombre, acomodarse en la nueva estructura de poder o, en el peor de los casos, desaparecer del mapa antes de que la guillotina de la justicia caiga sobre ellos.

I. El éxodo de los leales

Si algo ha demostrado la historia política mexicana, es que la lealtad dura lo que dura el poder. En MORENA, figuras que antes eran incondicionales ahora empiezan a tomar distancia, ya sea por conveniencia o por necesidad.

Adán Augusto López: de ser el “hermano político” de AMLO a convertirse en un personaje incómodo para el nuevo gobierno. Su cercanía con estructuras del narco, sumada a su intento fallido por la candidatura presidencial, lo han dejado sin espacio en la élite de la 4T.

Ricardo Monreal: siempre jugando en ambos lados, ahora busca blindarse tras su regreso a la cámara de Diputados, mientras negocia con la oposición su supervivencia política.

Luis Cresencio Sandoval (SEDENA): el general que fue clave en la militarización del país ahora enfrenta cuestionamientos por su papel en la crisis del fentanilo y la presunta protección a grupos criminales.

Los gobernadores incómodos: Américo Villarreal (Tamaulipas), Rubén Rocha Moya (Sinaloa), Layda Sansores (Campeche) y Cuitláhuac García (Veracruz) han sido señalados por corrupción, nepotismo y vínculos con el crimen organizado. Sus estados son piezas clave en la guerra de sucesión dentro de Morena.

Estos personajes no están solos. Decenas de exfuncionarios, empresarios beneficiados y operadores políticos buscan desesperadamente limpiar su imagen o asegurar su futuro antes de que las investigaciones en EE. UU. y México toquen a su puerta.

II. La impunidad como estrategia de supervivencia

Cuando el barco se hunde, hay tres tipos de pasajeros: los que huyen, los que intentan negociar su rescate y los que buscan hundir a otros para flotar.

En el México post-AMLO, la cúpula de MORENA ya está usando todas las tácticas posibles para evitar pagar el precio de su corrupción y malas decisiones:

·       Buscar fuero: Exfuncionarios están intentando obtener candidaturas a puestos de elección popular para conseguir inmunidad legal.

·       Negociar devolución de recursos: Algunos han optado por declararse culpables y devolver fondos malversados para evitar la cárcel.

·       Alegar fallas en el debido proceso: Se aprovechan de tecnicismos legales y supuestas violaciones al debido proceso para evadir responsabilidades.

·       Presión interna: Algunos utilizan sus conexiones políticas dentro de Morena para evitar investigaciones o procesos en su contra.

·       Reciclaje político: Buscan acomodo en otras posiciones dentro del partido o en alianzas con otros grupos políticos.

·       Ocultamiento de información: Dependencias gubernamentales se han negado a proporcionar información sobre quejas o investigaciones contra exfuncionarios.

·       Interpretación favorable de leyes: Aprovechan ambigüedades legales para evitar que se les apliquen sanciones.

Mientras tanto, el gobierno de Sheinbaum promete combatir la impunidad, pero las acciones son ambiguas. MORENA impulsa reformas para ampliar los delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, aunque críticos advierten que estas medidas podrían utilizarse selectivamente para castigar enemigos y proteger aliados.

III. Los nuevos padrinos: ¿Quién está adoptando a los huérfanos del obradorismo?

La política es un juego de reciclaje. Los traidores de un régimen suelen convertirse en aliados valiosos del siguiente. Ahora que la era AMLO se desvanece, muchos de sus secuaces buscan padrinos en otros sectores del poder.

Los tres grupos que están adoptando a los exmorenistas:

El PRI, PAN y MC como refugio político:

·       Varios exmorenistas ya están negociando con estos partidos para asegurar candidaturas y mantenerse en el juego.

La élite empresarial:

·       Empresarios que antes financiaron la 4T ahora están apostando por nuevos actores, financiando campañas opositoras o buscando favores en el siguiente régimen.

Estados Unidos y su red de presión:

·       Muchos exfuncionarios de MORENA están buscando colaborar con agencias estadounidenses para negociar su impunidad a cambio de información sobre corrupción y narcotráfico.

·       Ejemplo: Operadores del crimen organizado ligados a la 4T podrían ser extraditados a EE.UU. para reducir condenas, entregando información clave sobre financiamiento ilícito.

Epílogo: La historia de siempre

MORENA llegó al poder con la promesa de erradicar la corrupción y transformar el país, pero hoy sus líderes están aplicando las mismas tácticas de los regímenes que tanto criticaron.

La desesperación ha comenzado. Los operadores del obradorismo ya no hablan de transformación ni de ideales, sino de cómo sobrevivir al cambio de régimen sin terminar en la cárcel, el exilio o el olvido político.

Porque en política, como en la vida, la lealtad dura hasta que deja de ser rentable. Y en el México de la transformación, la frase del sexenio parece ser: ¡chingue a su madre… a ver qué pasa ¡.

Capítulo 8: El último acto: el desenlace de la tragicomedia

El desenlace ya está en marcha. La historia del gobierno que prometió regenerar la política mexicana está llegando a su final, y como todo buen drama, los últimos actos están llenos de traiciones, desesperación y ajustes de cuentas.

El derrumbe final

Las grietas que comenzaron como simples rumores han terminado en fracturas irreparables. Aliados que antes juraban lealtad incondicional ahora buscan la manera de salvarse a sí mismos, mientras la estructura del poder se desmorona poco a poco.

Las traiciones consumadas

Los operadores políticos que durante años se beneficiaron del sistema comienzan a saltar del barco. Desde legisladores que ya buscan nuevas alianzas hasta exfuncionarios que ahora aparecen en expedientes de corrupción, todos parecen estar en una carrera contra el tiempo para evitar ser los chivos expiatorios del régimen caído.

El vacío de poder

Sin un líder claro que herede el control absoluto, el país entra en una nueva etapa de incertidumbre. ¿Habrá un nuevo caudillo que tome el control? ¿O la anarquía política será el nuevo orden? MORENA, que alguna vez fue el partido dominante, ahora enfrenta un futuro incierto donde el verdadero enemigo no es la oposición, sino la fragmentación interna.

El rol de la oposición

Mientras tanto, los partidos opositores intentan aprovechar el vacío de poder. Sin embargo, su incapacidad para-articular un discurso sólido y su historial de traiciones los convierte en meros espectadores de la caída del régimen. Al final, parece que más que una oposición real, lo que hay es una competencia por ver quién hereda los restos del poder.

Cierre: ¿Y ahora qué chingados hacemos?

La política mexicana es un ciclo interminable de crisis, redentores fallidos y promesas rotas. Lo que se vendió como un cambio histórico terminó siendo una repetición de los mismos errores del pasado, con nuevos nombres y discursos reciclados.

El país se enfrenta a un futuro incierto. ¿Más polarización? ¿Un regreso al PRI? ¿El ascenso de una ultraderecha populista? Nadie lo sabe. Lo único seguro es que el espectáculo no ha terminado, solo está cambiando de actores.

La eterna incertidumbre

México ha sobrevivido a todo: crisis económicas, fraudes electorales, corrupción desenfrenada. Y lo seguirá haciendo. Pero la pregunta sigue en el aire: ¿cuándo dejaremos de conformarnos con el "chingue a su madre a ver qué pasa" y exigiremos algo mejor?

Así termina este relato de traiciones, caídas y cinismo político, con la certeza de que la historia se repetirá… hasta que alguien se atreva a cambiarla de verdad.

 

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