OTRA PERSPECTIVA
“Defendemos la Soberanía”, Dice Sheinbaum… ¿Pero de
Quién?
Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra
Febrero 19, 2025 – La presidenta Claudia Sheinbaum
aseguró esta mañana que el Gobierno de México defiende la soberanía del país
y no a los cárteles de la droga, en respuesta a la presión de Estados
Unidos para designar a estos grupos como organizaciones terroristas. Advirtió que,
si dicha clasificación implica acciones extraterritoriales, estas no
serán aceptadas.
El mensaje es claro: México no
permitirá intervenciones extranjeras bajo ningún pretexto. La soberanía es
un principio fundamental que no se negocia. Pero en medio de este discurso de
independencia nacional, queda una pregunta incómoda: ¿de qué soberanía
estamos hablando? Porque mientras el gobierno rechaza cualquier intento de
injerencia externa, la realidad es que el Estado mexicano ya ha perdido
control sobre amplias regiones del país, no ante potencias extranjeras,
sino ante una amenaza interna: el crimen organizado.
Fundamentos Jurídicos de la Soberanía Mexicana
El Artículo 39 de la Constitución es claro al respecto:
"La soberanía nacional reside esencial y
originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se
instituye para beneficio de este. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable
derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno."
Este principio, que consagra el
derecho del Estado mexicano a gobernarse sin interferencias externas, es la
base de nuestra autodeterminación política y jurídica. La soberanía también se
encuentra enmarcada en los siguientes artículos:
Artículo 40: Establece que México es una
"república representativa, democrática, laica y federal".
Artículo 41: Define cómo se ejerce la soberanía a
través de los poderes de la Unión y de los estados, estableciendo las bases
para la renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo, así como el sistema
de partidos políticos.
Artículo 89, fracción X: Otorga al presidente de la
República la facultad de dirigir la política exterior, observando los
principios normativos de autodeterminación de los pueblos, no intervención,
solución pacífica de controversias, entre otros.
Artículo 133: Establece que la Constitución, las
leyes del Congreso de la Unión y los tratados internacionales serán la Ley
Suprema de toda la Unión. Los tratados deben estar de acuerdo con la
Constitución y son jerárquicamente superiores a las leyes federales, según interpretaciones
de la Suprema Corte de Justicia.
Estos principios
constitucionales fundamentan la soberanía mexicana. Sin embargo, en la
práctica, el ejercicio de esta soberanía enfrenta desafíos internos y externos,
como el crimen organizado transnacional, presiones económicas y políticas
internacionales, y problemas de corrupción interna, que ponen a prueba la
capacidad del Estado para ejercer plenamente su autodeterminación.
El Enemigo No Está en Washington, Está Aquí
Los cárteles de la droga no solo
trafican sustancias ilícitas; controlan territorios, extorsionan
poblaciones, dictan normas y han infiltrado estructuras del Estado. En
varias zonas del país, los gobiernos locales no tienen la última palabra sobre
lo que ocurre en sus comunidades; la tienen grupos criminales con recursos,
armamento y redes de corrupción que les permiten operar con impunidad.
Pero el problema va más allá del
control territorial. La infiltración del crimen organizado en los tres
poderes de la Unión es un hecho que pocos se atreven a reconocer. Desde
funcionarios municipales hasta legisladores y cuerpos de seguridad han sido
señalados por sus vínculos con el narcotráfico. El narcoterrorismo ya no es una
teoría lejana; es una realidad que se impone en México con el silencio cómplice
de algunos sectores del Estado.
Si la soberanía significa tener
pleno control sobre el territorio, la seguridad y el ejercicio de la ley, entonces,
¿podemos afirmar con certeza que México sigue siendo plenamente soberano?
¿Es legítimo rechazar la intervención extranjera en un país donde el crimen
organizado ya ha impuesto su propia agenda?
Las Dimensiones de la Soberanía y la Realidad Mexicana
La soberanía no es un concepto
único, sino que se manifiesta en distintos ámbitos del ejercicio del poder del
Estado.
1. Soberanía Territorial: ¿Realidad o Ficción?
Según el Artículo 42 de la Constitución, México
ejerce soberanía sobre su territorio nacional, espacio aéreo, marítimo, y el Articulo 27 de la Constitución establece
el dominio directo de la nación sobre todos los recursos naturales del subsuelo
y aguas…(Estos principios son defendidos por la SEDENA y la SEMAR).
Pero, en la práctica, existen
zonas donde la autoridad no es el gobierno, sino los grupos criminales.
Estados como Chiapas, Guerrero, Michoacán y Zacatecas han visto cómo el control
del territorio ya no está en manos del Estado, sino de grupos armados que
imponen su ley.
2. Soberanía Económica: Un Estado con Manos Atadas
México tiene el derecho de
controlar sus recursos naturales, un principio que se reforzó con la
expropiación petrolera de 1938 bajo Lázaro Cárdenas.
Sin embargo, la soberanía
económica también se ve vulnerada cuando el crimen organizado se infiltra en
sectores estratégicos como el comercio, la agroindustria y la minería ilegal. ¿Cómo
puede el Estado garantizar una economía soberana si los cárteles ya operan en
mercados como la producción de aguacate o la extracción de minerales?
3. Soberanía Política y Jurídica: Cuando el Estado se
Somete
El Artículo 89, fracción X de
la Constitución garantiza la autonomía política de México, protegiéndolo de
la injerencia extranjera. (principio de No Intervención)
No obstante, esta soberanía se
ve debilitada por la corrupción y la infiltración del crimen en las
instituciones. La capacidad del gobierno para tomar decisiones sin
presiones externas es nula cuando internamente hay actores criminales que
manipulan y condicionan el ejercicio del poder.
4. Soberanía en Seguridad y Defensa: El Talón de Aquiles
del Estado
El gobierno mexicano rechaza la
intervención de agencias extranjeras como la DEA, argumentando que la
seguridad interna es un asunto de soberanía. De hecho, en 2020 se aprobó una Ley
de Seguridad Nacional para limitar la participación de organismos
extranjeros en territorio mexicano.
Pero ¿qué soberanía en
seguridad se puede defender cuando los cárteles han tomado el control de la
violencia? Si la seguridad es monopolio del Estado, pero el crimen
organizado tiene capacidad de fuego, infraestructura y recursos similares o
superiores a los del gobierno, entonces esa soberanía ya ha sido vulnerada
desde dentro.
Soberanía o Nacionalismo de Ocasión
Las declaraciones de la presidenta
Sheinbaum se enmarcan en un contexto político donde cualquier presión de
Estados Unidos es vista como una afrenta a la soberanía nacional. Sin
embargo, esta postura parece conveniente solo cuando la amenaza proviene del
extranjero. Cuando la soberanía se ve quebrantada desde adentro, el discurso
cambia o se ignora por completo.
Los hechos son contundentes:
· México
rechaza que EE.UU. designe a los cárteles como terroristas, pero evita
llamarlos narcoterroristas dentro del país.
· El
gobierno critica la intervención extranjera, pero ha permitido que el crimen
organizado imponga sus propias reglas en muchas regiones.
· Se
defiende la soberanía ante Washington, pero no ante la infiltración del crimen
organizado en las instituciones.
La soberanía no es solo un escudo
contra potencias extranjeras; es el control real y efectivo del Estado sobre
su propio destino. Defenderla implica recuperar el poder donde ya se ha
perdido, no solo negarles la entrada a actores externos.
La Hipocresía de una Defensa Incompleta
Si México quiere ser realmente
soberano, la prioridad no debería ser únicamente evitar la intervención
extranjera, sino recuperar el control total de su territorio, sus
instituciones y su sistema de justicia.
Porque un país donde el crimen
organizado impone su ley no es un país soberano.
Defenderemos la soberanía ante
las potencias extranjeras, sí, pero antes debemos recuperarla de quienes ya nos
la arrebataron desde dentro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario