OTRA PERSPECTIVA
Cuando las Profecías se Cumplen… y Nadie Tiene
Radar
Parte V y final de la serie “Radar Prestado:
Riesgo Compartido”
Por José Rafael Moya Saavedra
“Habrá señales en el sol, en la luna y en las
estrellas; y en la tierra, angustia de las naciones, perplejas por el bramido
del mar y de las olas.”
(Lucas 21,25)
“Se levantará nación contra nación, y reino
contra reino; y habrá hambres, pestes y terremotos en diversos lugares.”
(Mateo 24,7)
Las Escrituras lo anunciaron.
Y no en clave simbólica o lejana, sino con precisión desconcertante. No
estamos leyendo profecías futuras. Estamos describiendo titulares del presente.
El cielo está hablando.
Las naciones están angustiadas.
El mar brama.
Los pueblos tiemblan.
Y, sin embargo, los radares se apagan.
La crisis del radar ya no es solo técnica… es
profética
Desde enero de 2025, como se
ha expuesto en las partes anteriores de esta serie, la NOAA —agencia clave para
la vigilancia atmosférica global— atraviesa un colapso operativo. Recortes,
despidos, cancelación de programas y suspensión de datos satelitales afectan no
solo a EE. UU., sino a todo el hemisferio occidental.
América Latina, sin
suficientes capacidades propias, mira el cielo con sensores prestados,
modelos foráneos y una dependencia estructural que ahora muestra su fragilidad.
Pero lo más grave es esto:
Estamos viviendo lo que el Evangelio anunció…
sin capacidad de anticiparlo.
La tierra gime… y no tenemos instrumentos para
escucharla
- Huracanes
más violentos que llegan sin advertencia.
- Inundaciones
sin sistemas de alerta.
- Sistemas
de salud que colapsan ante olas de calor o brotes epidemiológicos
relacionados con el clima.
- Agricultores
que siembran en la incertidumbre.
- Pueblos
enteros que no saben qué se acerca hasta que ya están bajo el agua o el
fuego.
Y como escribió Mateo, “hambres,
pestes y terremotos en diversos lugares” no son eventos extraordinarios.
Son la nueva normalidad.
Pero sin radar, el apocalipsis no llega como trueno… sino como abandono.
El Papa León XIV: una liturgia para los tiempos
que corren
Mientras los gobiernos
discuten presupuestos y satélites, el cielo encontró eco en la tierra
sagrada.
El 3 de julio, el Papa León
XIV celebró la primera Misa dedicada al Cuidado de la Creación con el
nuevo formulario aprobado por Francisco. En el Jardín de la Madonnina, en el
Borgo Laudato si’, dijo con claridad:
“La creación es una catedral natural. El clamor
de la tierra y de los pobres ha llegado al corazón de Dios. Protegerla no es
opción: es misión confiada.”
Y agregó:
“La Eucaristía une creación y Creador en una
alabanza cósmica.”
¿Puede haber un llamado más directo a escuchar lo que
está pasando?
No solo con instrumentos científicos, sino con una conciencia despierta y
espiritual.
Una
misma angustia, tres dimensiones
Dimensión |
Síntoma |
Consecuencia |
Tecnológica |
Colapso de radares, satélites inactivos |
Menor capacidad de alerta y previsión |
Económica |
Desigualdad en recursos y capacidades |
Mayor impacto de desastres en países frágiles |
Espiritual |
Ceguera ética ante el clamor del planeta |
Pérdida del sentido de interdependencia y comunión |
Conclusión: Cuando el radar no ve… el alma debe
mirar
El Evangelio no busca asustar. Busca despertar.
Hoy, las señales están allí. En
el cielo. En la tierra. En el mar. En los pueblos desplazados. En las cosechas
perdidas. En el silencio de las sirenas que no suenan.
Si el radar deja de ver, nos queda la conciencia.
Si los datos se apagan, nos queda la Escritura.
Si los gobiernos no actúan, nos queda la comunidad despierta.
Porque cuando el radar es
ajeno, y el riesgo es compartido, solo queda una opción: mirar el cielo con
ojos propios… y el alma con ojos de Dios.
Epílogo: No es el fin… es la advertencia
Después de explorar en esta
serie la crisis silenciosa que afecta a la NOAA, la dependencia
tecnológica de América Latina y el impacto de un sistema de alerta en
retirada, cerramos esta travesía con una mirada más honda: la del
alma y la conciencia.
Los Evangelios no nos
entregaron predicciones para temer. Nos dieron llaves para entender.
Y hoy, al ver que las señales están en el cielo, en la
tierra y en el mar…
la pregunta ya no es:
“¿Cuándo llegará el fin?”
Sino:
“¿Quién lo está leyendo?”
Porque las señales están ahí.
Porque el radar ya no las ve.
Y porque la peor ceguera no es la del satélite,
sino la del corazón indiferente.
SERIE
1.- Cuando se apagan los sensores: la NOAA en crisis y el
continente a ciegas
Parte I de la nueva serie "Radar Prestado: Riesgo Compartido"
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/07/otra-perspectiva-cuando-se-apagan-los.html
2.- América Latina: sin red propia, con sensores
prestados
Parte II de la nueva serie "Radar Prestado:
Riesgo Compartido"
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/07/otra-perspectiva-america-latina-sin-red.html
3.- Cooperación climática en riesgo: lo que la NOAA hace
por nosotros
Parte III de la nueva serie "Radar Prestado:
Riesgo Compartido"
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/07/otra-perspectiva-cooperacion-climatica.html
4.- Expediente México: la alerta sin soberanía
México entre la dependencia estructural de NOAA y la
urgencia de construir soberanía climática propia.
Parte IV de la nueva serie "Radar Prestado:
Riesgo Compartido"
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/07/otra-perspectiva-expediente-mexico-la.html
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