OTRA PERSPECTIVA
Censura cruzada y guerras narrativas: el
conflicto Irán–Israel bajo el prisma informativo
Opinión de José Rafael Moya Saavedra
Introducción: La guerra detrás del relato
En la era de la información,
los conflictos armados ya no se libran solo con misiles y diplomacia, sino
también con titulares, hashtags y encuadres noticiosos. El conflicto entre Irán
e Israel es, en ese sentido, paradigmático: una guerra prolongada, marcada por
rivalidades ideológicas y religiosas, donde el control narrativo se convierte
en una herramienta tan poderosa como un dron de combate (Castells, 2009).
Este ensayo es una
continuación del análisis sobre narrativas hegemónicas y censura informativa en
medios internacionales. Nos enfocamos ahora en el caso Irán–Israel, donde ambas
naciones emplean mecanismos de censura y propaganda, mientras las agencias internacionales,
particularmente las occidentales, tienden a alinear su cobertura con la versión
oficial israelí. La batalla por el relato se libra en redacciones, salas de
edición, algoritmos de redes sociales y foros diplomáticos (Herman &
Chomsky, 1988).
I. Censura asimétrica: distintos métodos, mismo
objetivo
Ambos países practican formas
de censura interna, pero con diferencias notables. Irán impone un férreo
control estatal sobre los medios, restringe redes sociales y bloquea
sistemáticamente contenidos críticos. En momentos de crisis, como bombardeos o
fallos militares, corta el acceso a internet regionalmente, lo que impide
verificar los hechos y amplifica la narrativa oficial (Morozov, 2011).
· Ejemplo:
Durante los ataques de abril de 2024, Irán bloqueó el acceso a internet en
Isfahán tras una serie de explosiones en instalaciones militares. Mientras
tanto, los medios estatales hablaban de una “defensa exitosa”, omitiendo los
daños reales que reportaban observadores externos.
Israel, en cambio, ejerce una
censura más selectiva, orientada a proteger “la seguridad nacional”. No es raro
que imponga órdenes de silencio informativo (gag orders) a medios
locales para evitar la publicación de hechos sensibles. Aunque hay mayor
pluralidad mediática, existen líneas rojas difíciles de cruzar sin represalias
institucionales.
II. Narrativas hegemónicas en medios
internacionales
La cobertura internacional del conflicto Irán–Israel rara
vez es neutral. Los grandes medios globales, muchas veces alineados con
intereses geopolíticos occidentales, tienden a construir un relato donde Israel
aparece como defensor y Irán como amenaza. Esta narrativa, repetida
sistemáticamente, condiciona la percepción pública y moldea la legitimidad de
las acciones militares (McCombs & Shaw, 1972).
· Ejemplo: La
cobertura de la ofensiva israelí de junio de 2025 en medios como CNN y The
Times se centró en la “respuesta defensiva” frente a una supuesta amenaza
iraní, mientras relegaban a notas secundarias los informes de víctimas civiles
iraníes y los daños a infraestructura no militar.
Esta lógica reproduce un desequilibrio informativo: los
muertos tienen más valor simbólico si caen de un lado del conflicto. La
censura, entonces, no es solo lo que se calla, sino también lo que se elige
amplificar (Entman, 1993).
III. Desinformación digital y guerra
psicológica
Las redes sociales son campo
de batalla. Irán e Israel han desplegado ejércitos digitales que difunden
propaganda, manipulan imágenes y fabrican narrativas. Cuentas automatizadas,
bots y trolls operan tanto dentro como fuera de sus fronteras para
sembrar confusión, influir en la opinión pública internacional o intimidar
disidencias internas (Morozov, 2011).
· Ejemplo: En
Twitter/X circularon videos de un supuesto derribo de un F-35 israelí por parte
de Irán. El video, verificado posteriormente como falso, fue compartido por
cuentas automatizadas y replicado por medios afines a Teherán antes de ser
desmentido.
El resultado es un entorno en
el que la verdad se vuelve ambigua, y el ciudadano global queda atrapado entre
propaganda, silencio y ruido. La guerra de la información no solo confunde:
también desmoviliza, relativiza y normaliza la violencia (Ramonet, 2001).
IV. Consecuencias para la libertad informativa
y el juicio crítico
Cuando se limita la pluralidad
informativa, no solo se pierde el derecho a estar informado, sino también la
posibilidad de discernir. Las narrativas hegemónicas reducen el conflicto a una
fórmula moral simplista: los buenos vs. los malos. Esta simplificación
obstaculiza cualquier intento de mediación o comprensión profunda.
La censura, sea en Teherán o
Tel Aviv, se convierte en un obstáculo para la paz. Y los medios que se someten
al relato oficial, sin cuestionarlo, contribuyen a prolongar el conflicto
(Herman & Chomsky, 1988).
V. La
censura como síntoma global
El caso Irán–Israel no es una
excepción. Es un espejo de cómo se gestiona hoy la guerra: no solo con drones y
misiles, sino con hashtags, narrativas y apagones informativos. La censura,
lejos de ser una anomalía, es parte de una arquitectura de poder global donde
lo que no se dice puede ser tan letal como lo que se ordena disparar (Castells,
2009).
Por eso, más allá del
conflicto puntual, urge una alfabetización mediática profunda, un periodismo
valiente y una ciudadanía crítica capaz de leer entre líneas, verificar fuentes
y resistir la tentación de consumir el relato más conveniente. Porque, al final,
lo que está en juego no es solo la verdad, sino la posibilidad de imaginar un
mundo más justo.
VI. Conclusión: abrir grietas en el relato
dominante
Como planteábamos en el primer
ensayo, la pluralidad informativa no es un lujo, sino un derecho. Y hoy, frente
al conflicto Irán–Israel, se vuelve también una urgencia ética. Recuperar el
periodismo crítico, defender a los comunicadores independientes y exigir
transparencia en todos los bandos es una tarea que no podemos postergar.
No hay paz sin verdad. Y no
hay verdad sin diversidad de voces. La información no debe ser una trinchera,
sino un puente.
VII. El rol pendiente del periodismo
latinoamericano
Desde América Latina, este
debate no es ajeno. Aunque geográficamente distantes, nuestros pueblos
comparten la experiencia de haber sufrido narrativas impuestas desde el
exterior. Nuestra tradición crítica, forjada en la resistencia, puede aportar
una mirada distinta. Un periodismo latinoamericano independiente, ético y
comprometido con los derechos humanos podría convertirse en contrapeso ante los
grandes bloques informativos que polarizan y distorsionan.
No se trata de asumir una
neutralidad imposible, sino de defender una perspectiva honesta, humana y
diversa que haga visible lo invisible y dé voz a quienes han sido silenciados.
Epílogo
¿Quién
controla la historia cuando la verdad se interrumpe?
Esa es la pregunta que debemos
hacernos cada vez que, en nombre de la seguridad, se apagan las voces
incómodas. Porque lo que está en juego no es solo la verdad, sino la posibilidad
de imaginar un mundo más justo.
Referencias consultadas
·
Castells,
M. (2009). Communication
Power. Oxford University Press.
·
Chomsky,
N., & Herman, E. S. (1988).
Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media. Pantheon
Books.
·
Entman,
R. M. (1993). Framing: Toward
Clarification of a Fractured Paradigm. Journal of Communication,
43(4), 51–58.
·
McCombs,
M., & Shaw, D. L. (1972). The
Agenda-Setting Function of Mass Media. Public Opinion Quarterly,
36(2), 176–187.
·
Morozov,
E. (2011). The Net Delusion:
The Dark Side of Internet Freedom. PublicAffairs.
·
Ramonet, I. (2001). La
tiranía de la comunicación. Debate.
Primer ensayo
Narrativas hegemónicas y censura informativa:
el dilema mediático entre Occidente y los medios no alineados
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/06/otra-perspectiva-narrativas-hegemonicas.html
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