martes, 17 de junio de 2025

 



OTRA PERSPECTIVA

Censura cruzada y guerras narrativas: el conflicto Irán–Israel bajo el prisma informativo

Opinión de José Rafael Moya Saavedra


Introducción: La guerra detrás del relato

En la era de la información, los conflictos armados ya no se libran solo con misiles y diplomacia, sino también con titulares, hashtags y encuadres noticiosos. El conflicto entre Irán e Israel es, en ese sentido, paradigmático: una guerra prolongada, marcada por rivalidades ideológicas y religiosas, donde el control narrativo se convierte en una herramienta tan poderosa como un dron de combate (Castells, 2009).

Este ensayo es una continuación del análisis sobre narrativas hegemónicas y censura informativa en medios internacionales. Nos enfocamos ahora en el caso Irán–Israel, donde ambas naciones emplean mecanismos de censura y propaganda, mientras las agencias internacionales, particularmente las occidentales, tienden a alinear su cobertura con la versión oficial israelí. La batalla por el relato se libra en redacciones, salas de edición, algoritmos de redes sociales y foros diplomáticos (Herman & Chomsky, 1988).

I. Censura asimétrica: distintos métodos, mismo objetivo

Ambos países practican formas de censura interna, pero con diferencias notables. Irán impone un férreo control estatal sobre los medios, restringe redes sociales y bloquea sistemáticamente contenidos críticos. En momentos de crisis, como bombardeos o fallos militares, corta el acceso a internet regionalmente, lo que impide verificar los hechos y amplifica la narrativa oficial (Morozov, 2011).

·       Ejemplo: Durante los ataques de abril de 2024, Irán bloqueó el acceso a internet en Isfahán tras una serie de explosiones en instalaciones militares. Mientras tanto, los medios estatales hablaban de una “defensa exitosa”, omitiendo los daños reales que reportaban observadores externos.

Israel, en cambio, ejerce una censura más selectiva, orientada a proteger “la seguridad nacional”. No es raro que imponga órdenes de silencio informativo (gag orders) a medios locales para evitar la publicación de hechos sensibles. Aunque hay mayor pluralidad mediática, existen líneas rojas difíciles de cruzar sin represalias institucionales.

II. Narrativas hegemónicas en medios internacionales

La cobertura internacional del conflicto Irán–Israel rara vez es neutral. Los grandes medios globales, muchas veces alineados con intereses geopolíticos occidentales, tienden a construir un relato donde Israel aparece como defensor y Irán como amenaza. Esta narrativa, repetida sistemáticamente, condiciona la percepción pública y moldea la legitimidad de las acciones militares (McCombs & Shaw, 1972).

·       Ejemplo: La cobertura de la ofensiva israelí de junio de 2025 en medios como CNN y The Times se centró en la “respuesta defensiva” frente a una supuesta amenaza iraní, mientras relegaban a notas secundarias los informes de víctimas civiles iraníes y los daños a infraestructura no militar.

Esta lógica reproduce un desequilibrio informativo: los muertos tienen más valor simbólico si caen de un lado del conflicto. La censura, entonces, no es solo lo que se calla, sino también lo que se elige amplificar (Entman, 1993).

III. Desinformación digital y guerra psicológica

Las redes sociales son campo de batalla. Irán e Israel han desplegado ejércitos digitales que difunden propaganda, manipulan imágenes y fabrican narrativas. Cuentas automatizadas, bots y trolls operan tanto dentro como fuera de sus fronteras para sembrar confusión, influir en la opinión pública internacional o intimidar disidencias internas (Morozov, 2011).

·       Ejemplo: En Twitter/X circularon videos de un supuesto derribo de un F-35 israelí por parte de Irán. El video, verificado posteriormente como falso, fue compartido por cuentas automatizadas y replicado por medios afines a Teherán antes de ser desmentido.

El resultado es un entorno en el que la verdad se vuelve ambigua, y el ciudadano global queda atrapado entre propaganda, silencio y ruido. La guerra de la información no solo confunde: también desmoviliza, relativiza y normaliza la violencia (Ramonet, 2001).

IV. Consecuencias para la libertad informativa y el juicio crítico

Cuando se limita la pluralidad informativa, no solo se pierde el derecho a estar informado, sino también la posibilidad de discernir. Las narrativas hegemónicas reducen el conflicto a una fórmula moral simplista: los buenos vs. los malos. Esta simplificación obstaculiza cualquier intento de mediación o comprensión profunda.

La censura, sea en Teherán o Tel Aviv, se convierte en un obstáculo para la paz. Y los medios que se someten al relato oficial, sin cuestionarlo, contribuyen a prolongar el conflicto (Herman & Chomsky, 1988).

V.  La censura como síntoma global

El caso Irán–Israel no es una excepción. Es un espejo de cómo se gestiona hoy la guerra: no solo con drones y misiles, sino con hashtags, narrativas y apagones informativos. La censura, lejos de ser una anomalía, es parte de una arquitectura de poder global donde lo que no se dice puede ser tan letal como lo que se ordena disparar (Castells, 2009).

Por eso, más allá del conflicto puntual, urge una alfabetización mediática profunda, un periodismo valiente y una ciudadanía crítica capaz de leer entre líneas, verificar fuentes y resistir la tentación de consumir el relato más conveniente. Porque, al final, lo que está en juego no es solo la verdad, sino la posibilidad de imaginar un mundo más justo.

VI. Conclusión: abrir grietas en el relato dominante

Como planteábamos en el primer ensayo, la pluralidad informativa no es un lujo, sino un derecho. Y hoy, frente al conflicto Irán–Israel, se vuelve también una urgencia ética. Recuperar el periodismo crítico, defender a los comunicadores independientes y exigir transparencia en todos los bandos es una tarea que no podemos postergar.

No hay paz sin verdad. Y no hay verdad sin diversidad de voces. La información no debe ser una trinchera, sino un puente.

VII. El rol pendiente del periodismo latinoamericano

Desde América Latina, este debate no es ajeno. Aunque geográficamente distantes, nuestros pueblos comparten la experiencia de haber sufrido narrativas impuestas desde el exterior. Nuestra tradición crítica, forjada en la resistencia, puede aportar una mirada distinta. Un periodismo latinoamericano independiente, ético y comprometido con los derechos humanos podría convertirse en contrapeso ante los grandes bloques informativos que polarizan y distorsionan.

No se trata de asumir una neutralidad imposible, sino de defender una perspectiva honesta, humana y diversa que haga visible lo invisible y dé voz a quienes han sido silenciados.

Epílogo

¿Quién controla la historia cuando la verdad se interrumpe?

Esa es la pregunta que debemos hacernos cada vez que, en nombre de la seguridad, se apagan las voces incómodas. Porque lo que está en juego no es solo la verdad, sino la posibilidad de imaginar un mundo más justo.

 

Referencias consultadas

·       Castells, M. (2009). Communication Power. Oxford University Press.

·       Chomsky, N., & Herman, E. S. (1988). Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media. Pantheon Books.

·       Entman, R. M. (1993). Framing: Toward Clarification of a Fractured Paradigm. Journal of Communication, 43(4), 51–58.

·       McCombs, M., & Shaw, D. L. (1972). The Agenda-Setting Function of Mass Media. Public Opinion Quarterly, 36(2), 176–187.

·       Morozov, E. (2011). The Net Delusion: The Dark Side of Internet Freedom. PublicAffairs.

·       Ramonet, I. (2001). La tiranía de la comunicación. Debate.

 

Primer ensayo

Narrativas hegemónicas y censura informativa: el dilema mediático entre Occidente y los medios no alineados

https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/06/otra-perspectiva-narrativas-hegemonicas.html

 

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