OTRA PERSPECTIVA
¡Viva la certeza… aunque sea prestada!
Opinion de Jose Rafael Moya Saavedra
Crónica irónica de
la sesión de validación de la elección judicial 2025 por el INE
Hay días en que la democracia se
viste de gala. Y otros, como el de la sesión extraordinaria del Consejo General
del INE, en que se pone un disfraz. El 2025 nos regaló una de esas joyas de la
burocracia ilustrada donde, entre palabras solemnes y actas leídas con voz
temblorosa, se validó una elección… que parecía pedir a gritos una revisión con
lupa, microscopio y quizá hasta rayos X.
Pero no. Se declaró válida.
Porque, claro, lo importante no es la realidad, sino la narrativa. Y en esta
historia, los datos incómodos fueron tratados como manchas en la alfombra: se
reconoce que existen, pero se tapa con una silla.
Capítulo 1: Boletas mágicas y urnas embarazadas
La sesión arrancó con un rosario
de irregularidades digno de un thriller político. Hubo casillas con más votos
que votantes. Boletas planchadas, sin doblez, que parecían recién salidas de
imprenta y jamás tocadas por manos humanas. Urnas embarazadas, porque en México
hasta las urnas tienen derecho a la maternidad extendida.
Consejeros hablaron con tono
grave, como quien relata un crimen que duele. Pero al final, concluyeron: “sí,
hubo anomalías… pero solo en el 1% de las casillas”. Como si un 1% de veneno en
el agua potable no mereciera alarma. Como si la democracia pudiera intoxicarse
sin mayores consecuencias.
Capítulo 2: Los acordeones del pueblo (y para el pueblo)
La estrella de la noche fue el
acordeón. No el de los vallenatos, sino el de las “guías de voto” distribuidas
a mansalva en al menos 15 estados. 37 modelos distintos. Un homenaje a la
diversidad… de la manipulación.
Los acordeones decían a quién
votar. Y, como por arte de magia, ganaron justo esos candidatos. ¿Coincidencia?
Tal vez. Pero, como dijo un consejero, “coincidencia no es causalidad”.
Y por tanto, todo en orden. La causalidad, como la verdad, es cosa de fe.
Capítulo 3: La aritmética poética
Hubo casillas con 100% de
participación. Y otras con flujos de votantes tan veloces que ni las filas del
Metrobús en hora pico se comparan. Algunos funcionarios de casilla merecen el
Nobel de logística: votaban 4 personas por minuto sin descanso. Talento
nacional desperdiciado.
Pero otra vez: “son casos
aislados”. Y si son aislados, son perdonables. Porque lo que importa no es
el patrón, sino la excepción… y qué tanto conviene destacarla.
Capítulo 4: La defensa institucional (versión
performance)
Guadalupe Taddei, presidenta
del INE, brilló como vocera de la integridad institucional. Afirmó que el
proceso fue “excelente” y que invalidarlo sería un exceso. Lo dijo con
la pasión de quien defiende el honor de un familiar en juicio. Y quizás tenía
razón: cuestionar la elección sería poner en duda el trabajo de miles de
ciudadanos comprometidos.
Lo que no
aclaró es si esos ciudadanos comprometidos también imprimieron boletas,
repartieron acordeones y manipularon urnas. Detalles.
Capítulo 5: Las leyes que no molestan
“INE no puede declarar la
nulidad total”, explicaron los defensores del orden. “Eso le toca al
Tribunal Electoral”.
Traducido: sí, está
mal, pero no es nuestro problema. Nosotros organizamos, otros juzgan. La
democracia como línea de producción: cada quien pone un tornillo y nadie ve el
producto final.
Epílogo: ¡A celebrarlo con tinta indeleble!
Y así, con discursos cargados de
tecnicismos, datos omitidos y argumentos en loop, se declaró válida la elección
judicial de 2025.
Un aplauso para la narrativa. Que
convierte trampas en tropiezos, fraudes en fallos menores, y sospechas en notas
al pie. El futuro de la justicia ya está aquí. O al menos, el de su
representación escénica.
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