OTRA PERSPECTIVA
Armas nucleares y doble rasero: el blindaje
narrativo de Occidente en los medios internacionales
Opinión de José Rafael Moya Saavedra
Introducción: La bomba que no explota… en los
medios
Las armas nucleares no solo
son armas de destrucción masiva: también son armas de legitimación. La mera
sospecha de su desarrollo ha servido como excusa para invadir países, imponer
sanciones y alinear narrativas globales. Pero lo más revelador es que no todos
los arsenales nucleares son tratados por igual.
Mientras los medios
internacionales dedican portadas enteras a la amenaza iraní, apenas mencionan
el arsenal israelí. Mientras el programa nuclear de Corea del Norte es objeto
de condena unánime, el de Francia o Reino Unido rara vez se debate. El problema
no es solo de geopolítica, sino de encuadre mediático: quién tiene derecho a
poseer el "botón" y quién no, quién es considerado responsable… y
quién un loco con poder.
I. La narrativa de la amenaza nuclear como
pretexto político
Desde la Guerra Fría, la
narrativa de la amenaza nuclear ha sido uno de los dispositivos discursivos más
eficaces para legitimar acciones bélicas. La invasión a Irak en 2003 es el
ejemplo más claro: la existencia de armas de destrucción masiva fue afirmada
con contundencia por las principales cadenas de noticias… hasta que resultó ser
falsa.
"There is no
doubt that Saddam Hussein now has weapons of mass destruction." —Tony Blair, primer ministro del Reino Unido, Cámara
de los Comunes, 2002.
En 2025, Israel lanza una
ofensiva contra Irán bajo la bandera del "riesgo nuclear inminente".
La historia se repite, pero con más cinismo: esta vez, el agresor sí posee
armas nucleares, pero el señalado es el que apenas acumula uranio enriquecido.
La prensa internacional, en su mayoría occidental, replica sin cuestionar.
"Una mentira repetida mil veces se
convierte en una verdad mediática." —Ignacio Ramonet, La
tiranía de la comunicación.
II. Israel, el TNP y el silencio estratégico:
la "amimut" como narrativa
Israel nunca ha firmado el Tratado
de No Proliferación Nuclear (TNP). Se estima que posee alrededor de 90
ojivas nucleares, alojadas en una estructura de ambigüedad conocida como amimut:
ni confirmar ni negar. Esta política le permite mantener el estatus de potencia
nuclear sin estar sometido a inspecciones internacionales.
"Israel will
not be the first to introduce nuclear weapons into the Middle East." —Declaración oficial repetida por Israel desde los
años 60.
"La información que no se da, también
forma parte del control del poder." —Manuel Castells, Communication
Power.
Sin embargo, este hecho rara
vez ocupa titulares. Las agencias internacionales evitan el tema, o lo abordan
tangencialmente. El blindaje narrativo es tan fuerte que Israel aparece como
víctima de amenazas nucleares… mientras oculta el arsenal más sofisticado de la
región.
III. Irak 2003 e Irán 2025: el doble rasero
informativo
En Irak, la narrativa fue
construida sobre una amenaza inexistente. En Irán, se basa en una amenaza
potencial. En ambos casos, la estructura mediática que justificó la
intervención fue idéntica: declaraciones oficiales amplificadas, expertos
alineados, desprecio por las fuentes críticas.
"En Irak había cámaras, pero no había
verdad." —Robert Fisk, corresponsal de The
Independent.
La diferencia es que, en 2003,
el colapso narrativo ocurrió después. En 2025, el guion ya se conoce, pero los
medios lo repiten igual. Irán es cubierto con lupa; Israel, con guantes de
seda. Se condena al que podría tener; se protege al que ya tiene.
"The mass media
serve as a system for communicating messages and symbols to the general
populace." —Herman & Chomsky, Manufacturing Consent.
IV. El rol de las agencias internacionales:
entre el acceso exclusivo y la autocensura
Las grandes agencias como AP,
Reuters, AFP y EFE dependen de sus relaciones con gobiernos y ejércitos
para acceder a zonas de conflicto. Esto genera una forma sutil pero potente de
autocensura: lo que se informa debe sostener la relación.
En Irak 2003, esto se vio con
el "periodismo empotrado". En 2025, ocurre con la
sobredependencia de fuentes israelíes. La información se filtra desde el poder,
y los marcos narrativos se establecen desde los gabinetes, no desde el terreno.
Lo nuclear, lo secreto, lo estratégico… todo se cubre con un ojo cerrado.
V. Los silencios que matan: la complicidad
narrativa
Callar sobre el arsenal
israelí no es neutralidad: es complicidad. Minimizar el peligro de los
arsenales aliados y amplificar el de los enemigos convierte a los medios en
actores de guerra. Porque la guerra, hoy, se libra también en las palabras.
"La censura no consiste solo en callar lo
que incomoda, sino en amplificar lo que conviene."
Cuando se impide ver la
desigualdad en la tenencia nuclear, se desarma el debate sobre el desarme. Y
cuando se criminaliza la ciencia nuclear de unos y se legitima la de otros, se
consagra un orden mundial profundamente injusto.
VI. ¿Y América Latina?: Una mirada ética desde
el sur global
Desde América Latina, donde la
apuesta por una región libre de armas nucleares se consolidó con el Tratado de
Tlatelolco, se puede ofrecer una mirada distinta. No por superioridad moral,
sino por experiencia histórica: sabemos lo que es ser zona de disputa sin ser
escuchados.
"América Latina fue pionera en declarar
una zona libre de armas nucleares. El silencio sobre eso también es una forma
de censura." —Alicia Bárcena, ex secretaria ejecutiva de
CEPAL.
El periodismo latinoamericano
debe asumir un papel propositivo: denunciar los dobles estándares, contrastar
las fuentes, exponer la omisión deliberada. Nuestra contribución puede ser esa:
abrir grietas donde otros levantan muros.
Conclusión: De la bomba como excusa, al
periodismo como trinchera
No hay justicia internacional
posible si el acceso a las armas nucleares sigue determinado por el poder y no
por la legalidad. Y no hay periodismo digno si no se confronta esa realidad.
Las bombas matan. Pero también
mata el silencio. El silencio sobre unas bombas y el escándalo por otras. El
silencio que permite a unos invadir y a otros ser invadidos. El silencio que
convierte al periodista en operador de guerra sin saberlo.
Frente a eso, solo queda una
trinchera posible: la verdad. Incluso cuando incomoda. Especialmente cuando
incomoda.
Referencias
- Tratado
de No Proliferación Nuclear (TNP)
- Castells,
M. (2009). Communication Power.
- Chomsky, N., & Herman, E.
S. (1988). Manufacturing Consent.
- Entman,
R. M. (1993). Framing...
- Ramonet,
I. (2001). La tiranía de la comunicación.
- Alicia
Bárcena, CEPAL (2010)
- Robert
Fisk, The Independent
- Archivos
de la OIEA, 2003–2024
- SIPRI
Yearbook on Nuclear Weapons
[Este ensayo complementa: "Narrativas hegemónicas y
censura informativa" y "Censura cruzada y guerras narrativas"]
Narrativas hegemónicas y censura informativa: el dilema
mediático entre Occidente y los medios no alineados
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/06/otra-perspectiva-narrativas-hegemonicas.html
Censura cruzada y guerras narrativas: el conflicto
Irán–Israel bajo el prisma informativo
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/06/otra-perspectiva-censura-cruzada-y.html
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