OTRA PERSPECTIVA
El espectáculo de la previsión: IA, apps y la
ilusión de control climático
Parte IV de la serie "Cuando la Alerta
Colapsa"
Por José Rafael Moya Saavedra
I. Introducción: El espejismo del control desde
la nube
En los últimos diez años, la
gestión del riesgo climático ha sido absorbida por una narrativa tecnológica
que promete control desde la palma de la mano. Aplicaciones con radar
meteorológico, alertas personalizadas, dashboards interactivos y modelos de inteligencia
artificial configuran un nuevo lenguaje del clima: uno que seduce con datos,
pero esquiva responsabilidades.
Hoy, la previsión se ha
convertido en contenido y la alerta, en espectáculo. Como advierte la Oficina
de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, 2022),
“los sistemas más avanzados de alerta temprana fallan no por falta de tecnología,
sino por la desconexión entre predicción, comunicación y acción local”.
II. Tecnopopulismo climático: cuando la app
reemplaza al radar social
El auge de aplicaciones como AccuWeather,
ClimaApp, The Weather Channel o AlertaMX ha sido acompañado por una
narrativa de control individual: si tienes el celular cargado, estás
protegido. Estas plataformas ofrecen pronósticos hiperlocales,
simulaciones en tiempo real, notificaciones push y visualizaciones
interactivas, reforzando la idea de que “tú puedes prever y prevenir”.
Pero esta promesa oculta
realidades estructurales. En zonas rurales de México, el Sahel africano o el
Sudeste Asiático, las apps fallan por falta de conectividad, energía eléctrica
o dispositivos modernos. Como advierte el IPCC (2023), “la cobertura
digital no equivale a cobertura de protección”.
Más aún: la tecnología se
convierte en una coartada. Los gobiernos se refugian en dashboards, mientras
desmantelan estaciones meteorológicas, desatienden radios comunitarias y
recortan presupuestos de protección civil. En palabras del meteorólogo Javier Martín
Vide: “Nos estamos enamorando de los colores del mapa, pero olvidamos
mirar el cielo”.
III. De la predicción al vacío: la brecha entre
saber y actuar
Que una app prediga lluvia con
85% de acierto no significa que haya un albergue abierto, una ruta de
evacuación habilitada o una comunidad informada. La precisión numérica no salva
vidas si no hay infraestructura que traduzca la predicción en acción.
El caso de Derna, en Libia
(2023), lo ilustra dolorosamente: los modelos globales advirtieron de lluvias
extremas, pero la alerta no llegó a la población. Cuando colapsaron dos
represas, murieron más de 4,000 personas. Según PreventionWeb (2023), “el
eslabón más débil del sistema de alerta fue la comunicación comunitaria”.
En contraste, Bangladesh logró
reducir la mortalidad por ciclones en más de 95% en 50 años, gracias a una
inversión constante en alertas humanas: altavoces, megáfonos, redes de
voluntarios y refugios anticiclónicos. La tecnología funciona cuando está integrada
a una política pública viva.
IV. La espectacularización del clima y el
desplazamiento de la responsabilidad
Hoy, las alertas climáticas
aparecen como memes en el celular. El riesgo se convierte en “infotainment”:
gráficos brillantes, emojis de tormenta, animaciones del huracán. Pero ¿qué
hacer cuando la alerta llega? ¿Cómo actuar cuando se ignora el impacto
territorial?
La saturación de
notificaciones genera desensibilización. Un estudio del Overseas Development
Institute (2022) advierte que “el exceso de alertas puede reducir la
capacidad de respuesta en hasta 40% cuando no se acompaña de educación para la
acción”.
Además, se desplaza la
responsabilidad. “Descarga la app y protégete”, se dice. La
prevención se convierte en acto individual, y el Estado desaparece. Las alertas
digitales se aíslan del tejido comunitario y desincentivan la organización
barrial, el liderazgo vecinal, la memoria del territorio.
V. El fetichismo tecnológico: confianza sin
contexto
La inteligencia artificial
aplicada al clima ha logrado avances importantes: predicciones más rápidas,
menor consumo computacional, modelos abiertos como AIFS del Centro Europeo de
Predicción. Sin embargo, la IA falla donde no hay datos locales. Y lo que no se
mide, no se anticipa.
Corea del Sur ha
logrado traducir la IA climática en protección real porque invierte en
sensores, educación, redes vecinales y gobernanza. Haití, en cambio, dispone de
algunas herramientas digitales, pero carece de electricidad confiable, personal
capacitado y refugios adecuados. El mismo algoritmo... dos resultados opuestos.
Como concluye la Organización
Meteorológica Mundial (2024): “La predicción climática solo se convierte
en resiliencia si se ancla en redes humanas e institucionales sólidas”.
VI. ¿Y si el radar fuera humano? Casos de éxito
desde la periferia y América Latina
Ya lo vimos en la Parte III: comunidades
rurales en Oaxaca, Filipinas o Uganda desarrollan sistemas de alerta basados en
observación ambiental, toques de campana, WhatsApp, pluviómetros artesanales o
banderas rojas.
A estos casos se suman múltiples experiencias
latinoamericanas:
En Venezuela, el
SAT'C implementado por Cáritas ha demostrado que la apropiación local mejora la
respuesta ante amenazas naturales.
En Chile, los comités vecinales
de Peñalolén han construido una red sólida de alarma y apoyo entre ciudadanía,
bomberos y salud.
En Quito (Ecuador), la
instalación de alarmas comunitarias en barrios vulnerables ha permitido mejorar
la coordinación vecinal ante emergencias.
En Cali (Colombia), el
sistema de alertas inteligentes integra monitoreo multiamenazas, educación
comunitaria y planificación territorial.
En el Caribe, Cuba destaca
por su modelo de gestión integral que conecta sistemas institucionales con
redes comunitarias, mientras países como Dominica y Santa Lucía han
desarrollado guías de buenas prácticas junto con la Federación Internacional de
la Cruz Roja y el PNUD.
VII. Propuestas: del dashboard a la comunidad
· Integrar
la tecnología al territorio: Diseñar apps y sistemas con
participación local, traducidos a lenguas originarias y adaptados a contextos
rurales y urbanos diversos.
· Revalorizar
el juicio humano: Fortalecer brigadas comunitarias, observación
directa y monitoreo presencial como complemento insustituible de la IA.
· Educar
para actuar: Toda alerta debe estar acompañada de
instrucciones claras, simulacros y protocolos entendibles.
· Reconocer
los saberes locales: Integrar conocimientos ancestrales y redes
comunitarias en los sistemas oficiales de alerta.
· Fortalecer
políticas públicas con enfoque mixto: Impulsar reformas que
integren tecnología, participación ciudadana, planificación territorial y
cooperación internacional.
· Evaluar
con datos: Estudios en Chile muestran un aumento del 40% en la
participación en simulacros tras la implementación de alarmas comunitarias; en
México, los SAT han ayudado a reducir daños, aunque con marcadas diferencias
urbano-rurales.
VIII. Cierre: Integrar tecnología, revalorizar
humanidad
La alerta eficaz no se mide en
píxeles, sino en confianza, organización y coherencia territorial. Necesitamos:
· Co-diseñar
sistemas con la comunidad.
· Traducir
tecnología a lenguas y contextos locales.
· Capacitar
en interpretación y acción, no solo en descarga de apps.
· Invertir
en redes humanas: radios, refugios, brigadas, simulacros.
Porque
cuando el cielo ruge, la mejor alerta no es la más ruidosa, sino la que llega a
tiempo, se entiende... y se responde.
Fuentes:
1. FAO (2024). Traditional knowledge systems in climate adaptation.
2. IPCC (2023). Sixth Assessment Report – WG II: Impacts,
Adaptation and Vulnerability.
3. UNDRR (2022). Global Status Report on Early Warning Systems.
4. ODI (2022). Community Early Warning Systems: A Review.
5. OMM (2024). Early Warnings for All Initiative – Annual Update.
6. PreventionWeb (2024). Case studies: Derna, Maui, Mozambique.
7. Climate Centre (2024). Forecast-based Action and Community Systems.
8. EMADEN
Brasil (2024). Boletim de Avaliação de Sistemas
Comunitários.
9. Radio
Comunitaria Alto Beni (2024). Documentación local.
10. Red de
Mujeres Indígenas Amazónicas (2023). Reportes internos.
11. Peta
Bencana (2024). Civic Tech and Disaster Response in
Indonesia
12. Cáritas
Venezuela (2023). SAT’C – Sistema de Alerta Temprana Comunitario
13. Cruz Roja Internacional (2024). Forecast-based
Financing and Community Resilience
14. PNUD
(2024). Guías de buenas prácticas en sistemas de alerta
comunitaria para el Caribe
15. CGRR –
Centro de Gestión para la Reducción del Riesgo, Cuba (2024)
16. VANI –
Colombia (2023). Evaluación y Alerta de Vulnerabilidad en
Áreas No Integradas
17. Programa
Nacional de Protección Civil – México
Serie: “Cuando la Alerta Colapsa”
0.- Fallas estructurales en sistemas de alerta
temprana en contextos federales
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/07/otra-perspectiva-fallas-estructurales.html
1.- Radar apagado: el desmantelamiento silencioso
de la protección climática en el siglo XXI
(Parte I de la serie “Cuando
la Alerta Colapsa”)
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/07/otra-perspectiva-radar-apagado-el.html
2.- Radar apagado: El desmantelamiento silencioso
de la protección climática en el siglo XXI
(Parte II de la serie “Cuando la Alerta
Colapsa”)
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/07/otra-perspectiva-radar-apagado-el_7.html
3. Fronteras sin Alerta: Vulnerabilidad en la
periferia del sistema
(Parte III de la serie "Cuando la Alerta
Colapsa")
https://otraperspectivarafamoya.blogspot.com/2025/07/otra-perspectiva-fronteras-sin-alerta.html
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