OTRA PERSPECTIVA
A los que se fueron y a los que los buscan
Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra
Este es un poema para los que
partieron sin despedida, para los que dejaron su risa atrapada en las calles y
sus pasos a medio camino. Para los que aún los esperan, para quienes pronuncian
sus nombres como quien enciende una vela en la oscuridad. Porque la ausencia no
es olvido y la memoria es también una forma de resistencia.
De los que nunca dijeron adiós
Los busco en la brisa que cuelga de
los amaneceres,
en la grieta de un muro donde el eco
de sus nombres aún resiste,
en la huella de un zapato descalzo en
la tierra que calla.
Los busco en la esquina donde solían
esperar,
en la taza de café que se enfría en
la mesa,
en la casa que nunca más tuvo luces
prendidas.
Pero no están.
O quizás sí, pero en la sombra de lo
que fue.
En la lágrima que una madre deja caer
sobre un pañuelo viejo,
en el puño cerrado de un hermano que
nunca se rindió,
en los ojos vacíos de un amigo que
aún les escribe cartas
aunque nadie las lea.
Los busco y me buscan.
Nos buscamos.
Pero hay manos que no se enlazan.
Hay voces que no regresan.
Hay abrazos que se quedaron a medio
camino.
No les dimos un adiós porque no
sabíamos que era el último.
Porque nadie nos avisa cuando el
infierno se abre de pronto
y se los traga.
Aquí seguimos.
Nombrándolos.
Resistiéndolos.
Inventando con cada palabra la
certeza de que existen,
porque la única muerte definitiva es
el olvido,
y a ellos no los vamos a olvidar.
Nunca.
Trovador del Alba (Marzo 2025)
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