miércoles, 11 de diciembre de 2024


 

 OTRA PERSPECTIVA

México ante los recortes en salud: efectos en la morbilidad, clientelismo político y paralelismos con otros regímenes latinoamericanos

Por Jose Rafael Moya Saavedra

La dinámica presupuestaria en el sector salud en México para 2025 presenta un panorama complejo: mientras se incrementan los recursos hacia el IMSS-Bienestar, la reducción del presupuesto a institutos nacionales, hospitales especializados y programas preventivos suscita preocupación por el impacto en la morbilidad, la mortalidad y la protección frente a diversas enfermedades. Esta situación se combina con una percepción de que el gasto público privilegia fines políticos y electorales por encima de la consolidación institucional y el fortalecimiento del sistema sanitario, un fenómeno que guarda paralelismos con experiencias en otros países latinoamericanos.

Recortes presupuestarios y aumento de la vulnerabilidad sanitaria

Datos recientes muestran disminuciones presupuestarias para 16 institutos de salud y hospitales descentralizados, así como una reducción del 3.7% en la compra de medicamentos y material médico. Mientras el IMSS-Bienestar experimenta un aumento del 23.3%, expertos señalan que este incremento no compensa los recortes en instituciones clave para la atención de enfermedades graves y la prevención.

Esta redistribución del presupuesto amenaza con:

·       Incrementar la morbilidad y mortalidad: La menor disponibilidad de recursos dificulta la atención de enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión), oncológicas, infecciosas y otras condiciones que requieren tratamientos continuos y especializados.

·       Desproteger programas de prevención: La reducción del 68% en el programa de vacunación incrementa el riesgo de reaparición de enfermedades previamente controladas, afectando especialmente a la población infantil y comunidades rurales.

·       Aumentar la brecha en el acceso a la salud: La población sin seguridad social, dependiente de la infraestructura pública, sufrirá el impacto más significativo. Con menos recursos para clínicas rurales y centros de salud comunitarios, la equidad en el acceso se verá comprometida.

Clientelismo político y su efecto en la salud pública

La priorización del gasto con fines políticos sobre la inversión en salud no es un fenómeno aislado. El uso de recursos públicos para conservar y ampliar bases electorales, en lugar de fortalecer la atención sanitaria, ha sido documentado en varias naciones latinoamericanas. La canalización de fondos hacia programas asistenciales con criterios politizados puede socavar la calidad y cobertura de los servicios de salud, generando un círculo vicioso en el que las necesidades médicas quedan supeditadas a objetivos electorales.

Paralelismos con regímenes latinoamericanos y el concepto de “democradura”

Venezuela y Nicaragua son ejemplos de cómo el clientelismo electoral ha afectado la calidad de los servicios públicos. En estos países, el deterioro de los sistemas de salud se ha visto acompañado por el debilitamiento institucional y la concentración del poder en el Ejecutivo. La provisión de bienes y servicios básicos se utiliza como herramienta política, erosionando la independencia de las instituciones y reduciendo la capacidad del Estado para garantizar derechos fundamentales. Cuba, aunque reconocida por sus logros en salud, enfrenta tensiones similares al priorizar programas que le aportan capital político, y Perú ha observado prácticas clientelistas que complican la gobernabilidad y afectan la eficiencia en la asignación de recursos.

Esta dinámica regional refuerza el concepto de “democradura”: sistemas políticos que mantienen la apariencia de democracia formal (elecciones, separación de poderes en teoría) pero socavan la pluralidad y la imparcialidad institucional, desviando recursos que podrían fortalecer servicios públicos esenciales como la salud. La similitud entre los casos sugiere que, sin mecanismos de contrapeso y transparencia, la salud pública puede pasar a un segundo plano frente a los intereses políticos.

Comentario Final

La situación presupuestaria en el sector salud en México no solo plantea un desafío sanitario, sino que, al compararse con otros contextos latinoamericanos, muestra un patrón preocupante: la preeminencia del clientelismo electoral y la falta de inversión adecuada en servicios médicos debilitan la capacidad del Estado para atender las necesidades de la población. Este fenómeno, enmarcado en un entorno de tensiones institucionales, contribuye a la erosión de la calidad democrática y al aumento de la vulnerabilidad de los sectores más desfavorecidos. La experiencia regional indica que reforzar la institucionalidad, garantizar la neutralidad en la asignación de recursos y priorizar la salud pública resulta esencial para evitar retrocesos en los indicadores sanitarios y la calidad de vida de la población.

 

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