martes, 10 de diciembre de 2024



 


OTRA PERSPECTIVA

El Otro: Sheinbaum, Trump y la Construcción del Enemigo Externo en México

Por Jose Rafael Moya Saavedra

Desde la intervención estadounidense en 1846 hasta las tensiones comerciales y migratorias de las últimas décadas, México ha recurrido al "enemigo externo" como una herramienta narrativa para reforzar su identidad nacional y justificar decisiones políticas. Hoy, frente al inminente regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos el 20 de enero de 2025, el gobierno de Claudia Sheinbaum adopta una estrategia cautelosa, reafirmando la soberanía mexicana mientras construye el terreno para manejar posibles conflictos diplomáticos...

El énfasis en la soberanía y la evitación de polémicas abiertas con Trump no solo reflejan una diplomacia prudente, sino también una preparación estratégica para encuadrarlo como un "otro" que amenaza los intereses nacionales. Este artículo explora cómo la narrativa del enemigo externo puede consolidar la posición de Sheinbaum frente a desafíos internos y externos, las implicaciones de esta estrategia para la democracia mexicana, y cómo experiencias similares se han manifestado en países como Venezuela, Cuba y Perú.

1. La Historia del Enemigo Externo en México

La narrativa del enemigo externo ha sido utilizada en múltiples momentos de la historia de México para movilizar el nacionalismo y consolidar el poder político:

·       Intervención Estadounidense (1846-1848): Durante la guerra con Estados Unidos, el gobierno mexicano apeló al patriotismo para unificar al país frente a la amenaza de invasión y pérdida territorial.

·       Movimiento Estudiantil de 1968: El régimen de Gustavo Díaz Ordaz presentó a los estudiantes como desestabilizadores manipulados por potencias extranjeras, legitimando una represión brutal que culminó en la matanza de Tlatelolco.

·       Campaña Electoral de 2006: La retórica anticomunista resurgió como una herramienta para desacreditar al candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador, polarizando aún más a la sociedad mexicana.

Estos ejemplos muestran cómo la construcción del "otro" ha servido para justificar medidas autoritarias y reforzar la narrativa de defensa de la soberanía nacional.

2. Sheinbaum y Trump: Diplomacia Estratégica

La relación México-Estados Unidos bajo el potencial regreso de Trump representa un desafío diplomático para Claudia Sheinbaum. Su estrategia actual combina elementos de moderación y firmeza:

 

·       Evitación de Polémicas: Sheinbaum ha optado por mantener discusiones con Trump fuera del escrutinio público, declarando: "Vamos a dejar este diálogo frente a los medios." Este enfoque evita confrontaciones abiertas que puedan escalar innecesariamente.

·       Reafirmación de la Soberanía: Con declaraciones como "México es un país libre, soberano e independiente," Sheinbaum refuerza la idea de que el gobierno está listo para defender los intereses nacionales frente a cualquier intromisión extranjera.

·       Enfoque Cooperativo: Al enmarcar la relación bilateral como un complemento más que una competencia, Sheinbaum intenta preservar la estabilidad económica y política con Estados Unidos.

Sin embargo, este enfoque cauteloso también sienta las bases para usar a Trump como un enemigo externo en caso de que las tensiones aumenten, especialmente en temas sensibles como la migración o el comercio.

3. Venezuela, Cuba y Perú: Enemigos Externos e Internos

La construcción del enemigo externo o interno no es exclusiva de México. En Venezuela, Cuba y Perú, este mecanismo ha sido fundamental para consolidar el poder:

Venezuela: Estados Unidos y la Oposición como Amenazas

·       Hugo Chávez y Nicolás Maduro han utilizado a Estados Unidos como un enemigo externo constante, describiéndolo como un "imperio" que busca desestabilizar al gobierno. Esto ha justificado medidas como la persecución de opositores y la concentración de poder en el Ejecutivo.

·       La oposición interna es etiquetada como "traidora" o "títere del imperialismo," deslegitimando cualquier forma de disidencia y fortaleciendo el discurso oficial.

Cuba: La Revolución y el Enemigo Permanente

·       Desde 1959, el régimen cubano ha señalado a Estados Unidos como una amenaza constante a la soberanía y la revolución. Esto ha servido para justificar la militarización y la represión de disidentes bajo el argumento de proteger la estabilidad nacional.

·       La sociedad civil crítica o las voces disidentes son etiquetadas como "contrarrevolucionarias" financiadas por el extranjero, reduciendo los espacios para el pluralismo.

Perú: Terrorismo y Polarización

·       Durante los años de Alberto Fujimori, Sendero Luminoso fue utilizado como enemigo interno para justificar el cierre del Congreso y la ampliación de poderes del Ejecutivo. Más recientemente, movimientos sociales y líderes indígenas han sido señalados como "terroristas," perpetuando un discurso de división y represión.

4. El Narcotráfico, la Oposición y la Sociedad Civil en México

Además del enemigo externo, Sheinbaum enfrenta desafíos internos que podrían ser encuadrados como amenazas al proyecto oficial:

Narcotráfico como Justificación de la Militarización

El narcotráfico ha sido un enemigo interno recurrente, utilizado para justificar la expansión de las Fuerzas Armadas en tareas civiles. Bajo este pretexto, la militarización ha aumentado, consolidando el poder del Ejecutivo y debilitando los contrapesos democráticos.

La Oposición como Traición

Con una oposición política fortaleciéndose, el discurso oficial podría encuadrar a sus líderes como representantes de intereses "antipopulares" o "extranjeros," deslegitimando su crecimiento y propuestas.

Sociedad Civil Activa

La ciudadanía más consciente y participativa, junto con organizaciones civiles, representa un desafío para un gobierno que busca controlar la narrativa. La acusación de que estas organizaciones están financiadas por intereses extranjeros es un mecanismo clásico para desacreditarlas y reducir su influencia.

Colofón Final

La construcción de un enemigo ya sea externo como Donald Trump o interno como el narcotráfico, la oposición política o una sociedad civil activa, es una estrategia que puede consolidar una "democradura" en México. Las experiencias de Venezuela, Cuba y Perú demuestran que esta táctica no solo es efectiva para consolidar el poder, sino que también tiene efectos profundos en el debilitamiento del pluralismo y la calidad democrática.

En el caso de México, es crucial que la ciudadanía, los actores democráticos y la comunidad internacional mantengan un monitoreo constante. Rechazar las narrativas divisorias y proteger las instituciones democráticas son pasos esenciales para evitar que el país cruce una línea irreversible hacia el autoritarismo.

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