martes, 8 de julio de 2025

 

OTRA PERSPECTIVA

 Narrativas bajo ataque: Amenazas híbridas, desinformación y manipulación del malestar social en México

Opinion de José Rafael Moya Saavedra

La guerra invisible del siglo XXI

"Cuando todos mienten al mismo tiempo, la mentira se convierte en una forma de gobierno." — Hannah Arendt, Verdad y política (1967)

En la era de la hiperconectividad y la sobreexposición mediática, las guerras ya no se libran únicamente en los campos de batalla, sino también en el terreno de las emociones, los algoritmos y la percepción pública. Las amenazas híbridas, combinadas con sofisticadas tácticas de desinformación, representan hoy un desafío silencioso pero profundo a la estabilidad democrática y la cohesión social.

En México, fenómenos aparentemente espontáneos como las protestas antigentrificación, episodios de xenofobia urbana o la viralización de conflictos individuales —como el caso de "Lady Racista"— podrían no ser solo reflejos del malestar social, sino expresiones estratégicamente amplificadas o incluso orquestadas por actores con intereses particulares.

¿Estamos ante manifestaciones legítimas del descontento, o frente a la instrumentalización deliberada de la indignación para polarizar, distraer y manipular?

Amenazas híbridas y desinformación

"La característica distintiva de las amenazas híbridas es su ambigüedad, su capacidad para operar bajo el umbral del conflicto abierto, aprovechando vulnerabilidades internas de los Estados." — Hybrid CoE, 2021

Las amenazas híbridas son operaciones complejas, multidimensionales y difíciles de atribuir, que combinan medios convencionales (económicos, políticos, tecnológicos) con medios no convencionales (ciberataques, desinformación, presión emocional), con un objetivo común: erosionar la confianza, sembrar división y desestabilizar estructuras institucionales.

La desinformación no solo distorsiona hechos: reconfigura percepciones, crea enemigos, borra matices y alimenta emociones extremas. Se disfraza de indignación genuina, pero actúa como veneno social. Es tan efectiva que muchas veces logra su cometido sin necesidad de demostrar su origen.

Como advirtió el INAI en su informe de 2021, “la desinformación en procesos electorales en México ha sido empleada con fines de movilización, polarización o inhibición del voto, tanto desde actores institucionales como externos.”

ANÁLISIS DE CASOS EN MÉXICO

"Hoy, el poder no solo se ejerce con tanques o dinero, sino con la capacidad de moldear las preferencias de los demás." — Joseph Nye, The Future of Power (2011)

Protestas antigentrificación y brotes de xenofobia

La gentrificación es un fenómeno urbano real. Pero, cuando se convierte en narrativa nacionalista (“fuera gringos”) o étnica, comienza a dejar de ser protesta y se convierte en manipulación. Actores políticos pueden usar el descontento como combustible para campañas nacionalistas, desviando el debate de la falta de regulación urbana hacia el extranjero como “culpable”.

Como señala Carla Escoffié (Nexos, 2022): “No es la presencia de extranjeros el problema, sino el modelo de ciudad que expulsa a sus propios habitantes por falta de regulación.”

El caso Ximena Pichel ("Lady Racista")

Episodio viral con ingredientes perfectos: clasismo, racismo, autoridad humillada, personaje extranjero. Quién se beneficia: políticos con discursos xenófobos, medios que capitalizan la viralidad, usuarios que refuerzan su polarización. La noticia no fue su insulto. Fue lo que representó: un símbolo catalizador de indignación emocional que nubló el análisis racional.

Campañas de desinformación organizadas

Actores nacionales (partidos, crimen organizado) y extranjeros (potencias con intereses geopolíticos) usan las redes como campo de batalla digital. Se difunden bulos, se descontextualizan hechos, se generan campañas de intoxicación informativa con bots y deepfakes. Según Freedom House (2023), México presenta condiciones de vulnerabilidad digital que facilitan la manipulación política y mediática a través de redes sociales.

¿CORTINA DE HUMO? LEYES, OVIDIO GUZMÁN Y LAS COINCIDENCIAS INCÓMODAS

"El control de la narrativa se ha vuelto un campo de poder estratégico: quien logra marcar la conversación pública, moldea la agenda política." — Ricardo Raphael, 2023

En el contexto mexicano actual, cada escándalo viral, cada episodio de indignación pública y cada tendencia en redes sociales deberían leerse con una pregunta de fondo: ¿qué está dejando de discutirse mientras todos miramos hacia un mismo punto?

La lógica de las amenazas híbridas y la desinformación incluye una táctica tan antigua como efectiva: la distracción. Cuando los ciudadanos y los medios concentran su atención emocional en un conflicto anecdótico, simbólico o polarizante, los actores de poder pueden aprovechar el momento para avanzar agendas sin escrutinio, aprobar reformas controvertidas o diluir responsabilidades en temas sensibles.

Dos casos recientes lo ejemplifican con claridad:

  1. Leyes aprobadas en el Congreso

En semanas recientes, el Congreso mexicano ha discutido y aprobado reformas relevantes en materia de seguridad, justicia, transparencia o estructura electoral. Algunas de ellas con impactos profundos en los equilibrios institucionales y los derechos ciudadanos.

Sin embargo, mientras estas leyes avanzaban, la conversación pública estuvo dominada por fenómenos como el caso de "Lady Racista", las protestas antigentrificación o los debates sobre extranjeros en zonas urbanas. No es necesario negar la importancia de estos eventos para reconocer lo obvio: opacaron el debate legislativo nacional.

  1. El caso Ovidio Guzmán

El manejo del caso Ovidio Guzmán —su captura, liberación, reaprehensión y posterior extradición— ha sido uno de los capítulos más opacos y politizados del sexenio. Involucra al crimen organizado, a la cooperación con Estados Unidos y a decisiones de seguridad con profundas implicaciones para la soberanía nacional. Sin embargo, muchos de los momentos clave del proceso han coincidido con intensas polémicas mediáticas que absorbieron la atención colectiva.

MECANISMOS DE DISTRACCIÓN Y MANIPULACIÓN

Las amenazas híbridas operan en esta línea: no necesitan mentir descaradamente, basta con reorganizar las prioridades del debate público. La viralización de episodios emocionales permite saturar la conversación, diluir la capacidad de indignarse por lo estructural y crear una atmósfera de tensión permanente, donde lo urgente siempre desplaza lo importante.

Tabla comparativa: lo que importa vs. lo que se discute

Tema estructural

Fenómeno viral dominante

Posible beneficio para el poder

Leyes clave en el Congreso

Casos de xenofobia o clasismo virales

Menor escrutinio público y mediático

Caso Ovidio Guzmán (narco y extradición)

Polémicas sobre parquímetros y gentrificación

Disminuye presión política y mediática

REFLEXIÓN CRÍTICA

No se trata de afirmar que cada episodio viral esté fabricado o controlado por un actor oculto. Pero cuando las coincidencias se repiten, y cuando los beneficiarios de la distracción son siempre los mismos, la sospecha no es paranoia: es lucidez política.

La pregunta no es si existe una cortina de humo, sino quién enciende el ventilador cuando el humo aparece. Y sobre todo: ¿a quién le conviene que estemos distraídos?

CONCLUSIÓN PARCIAL

Las amenazas híbridas no requieren tanques ni soldados. Les basta una tendencia viral, una indignación dirigida, y una ciudadanía con fatiga informativa. En ese terreno, los grandes temas de la agenda nacional pueden ser enterrados bajo montañas de ruido emocional.

Por eso, el deber de toda sociedad democrática no es solo protestar o reaccionar, sino también preguntar por lo que no se dice, por lo que se aprueba en silencio, por lo que se oculta detrás de cada trending topic.

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