OTRA PERSPECTIVA
Narrativas bajo
ataque: Amenazas híbridas, desinformación y manipulación del malestar social en
México
Opinion de José Rafael Moya Saavedra
La guerra invisible del siglo XXI
"Cuando todos mienten al mismo tiempo, la mentira
se convierte en una forma de gobierno." — Hannah Arendt, Verdad y política
(1967)
En la era de la hiperconectividad
y la sobreexposición mediática, las guerras ya no se libran únicamente en los
campos de batalla, sino también en el terreno de las emociones, los algoritmos
y la percepción pública. Las amenazas híbridas, combinadas con sofisticadas
tácticas de desinformación, representan hoy un desafío silencioso pero profundo
a la estabilidad democrática y la cohesión social.
En México, fenómenos
aparentemente espontáneos como las protestas antigentrificación, episodios de
xenofobia urbana o la viralización de conflictos individuales —como el caso de "Lady
Racista"— podrían no ser solo reflejos del malestar social, sino
expresiones estratégicamente amplificadas o incluso orquestadas por actores con
intereses particulares.
¿Estamos ante manifestaciones legítimas del
descontento, o frente a la instrumentalización deliberada de la indignación
para polarizar, distraer y manipular?
Amenazas híbridas y desinformación
"La característica distintiva de las amenazas
híbridas es su ambigüedad, su capacidad para operar bajo el umbral del
conflicto abierto, aprovechando vulnerabilidades internas de los Estados."
— Hybrid CoE, 2021
Las amenazas híbridas son
operaciones complejas, multidimensionales y difíciles de atribuir, que combinan
medios convencionales (económicos, políticos, tecnológicos) con medios no
convencionales (ciberataques, desinformación, presión emocional), con un objetivo
común: erosionar la confianza, sembrar división y desestabilizar estructuras
institucionales.
La desinformación no solo
distorsiona hechos: reconfigura percepciones, crea enemigos, borra matices y
alimenta emociones extremas. Se disfraza de indignación genuina, pero actúa
como veneno social. Es tan efectiva que muchas veces logra su cometido sin necesidad
de demostrar su origen.
Como advirtió el INAI en su
informe de 2021, “la desinformación en procesos electorales en México ha sido
empleada con fines de movilización, polarización o inhibición del voto, tanto
desde actores institucionales como externos.”
ANÁLISIS DE CASOS EN MÉXICO
"Hoy, el poder no solo se ejerce con tanques o
dinero, sino con la capacidad de moldear las preferencias de los demás." —
Joseph Nye, The Future of Power (2011)
Protestas antigentrificación y brotes de xenofobia
La gentrificación es un fenómeno
urbano real. Pero, cuando se convierte en narrativa nacionalista (“fuera
gringos”) o étnica, comienza a dejar de ser protesta y se convierte en
manipulación. Actores políticos pueden usar el descontento como combustible
para campañas nacionalistas, desviando el debate de la falta de regulación
urbana hacia el extranjero como “culpable”.
Como señala Carla Escoffié
(Nexos, 2022): “No es la presencia de extranjeros el problema, sino el modelo
de ciudad que expulsa a sus propios habitantes por falta de regulación.”
El caso Ximena Pichel ("Lady Racista")
Episodio viral con ingredientes
perfectos: clasismo, racismo, autoridad humillada, personaje extranjero. Quién
se beneficia: políticos con discursos xenófobos, medios que capitalizan la
viralidad, usuarios que refuerzan su polarización. La noticia no fue su
insulto. Fue lo que representó: un símbolo catalizador de indignación emocional
que nubló el análisis racional.
Campañas de desinformación organizadas
Actores nacionales (partidos,
crimen organizado) y extranjeros (potencias con intereses geopolíticos) usan
las redes como campo de batalla digital. Se difunden bulos, se
descontextualizan hechos, se generan campañas de intoxicación informativa con
bots y deepfakes. Según Freedom House (2023), México presenta
condiciones de vulnerabilidad digital que facilitan la manipulación política y
mediática a través de redes sociales.
¿CORTINA DE HUMO? LEYES, OVIDIO GUZMÁN Y LAS
COINCIDENCIAS INCÓMODAS
"El control de la narrativa se ha vuelto un campo
de poder estratégico: quien logra marcar la conversación pública, moldea la
agenda política." — Ricardo Raphael, 2023
En el contexto mexicano actual,
cada escándalo viral, cada episodio de indignación pública y cada tendencia en
redes sociales deberían leerse con una pregunta de fondo: ¿qué está dejando de
discutirse mientras todos miramos hacia un mismo punto?
La lógica de las amenazas
híbridas y la desinformación incluye una táctica tan antigua como efectiva: la
distracción. Cuando los ciudadanos y los medios concentran su atención
emocional en un conflicto anecdótico, simbólico o polarizante, los actores de poder
pueden aprovechar el momento para avanzar agendas sin escrutinio, aprobar
reformas controvertidas o diluir responsabilidades en temas sensibles.
Dos casos recientes lo ejemplifican con claridad:
- Leyes
aprobadas en el Congreso
En semanas recientes, el Congreso
mexicano ha discutido y aprobado reformas relevantes en materia de seguridad,
justicia, transparencia o estructura electoral. Algunas de ellas con impactos
profundos en los equilibrios institucionales y los derechos ciudadanos.
Sin embargo, mientras estas leyes avanzaban, la conversación
pública estuvo dominada por fenómenos como el caso de "Lady
Racista", las protestas antigentrificación o los debates sobre
extranjeros en zonas urbanas. No es necesario negar la importancia de estos
eventos para reconocer lo obvio: opacaron el debate legislativo nacional.
- El
caso Ovidio Guzmán
El manejo del caso Ovidio Guzmán
—su captura, liberación, reaprehensión y posterior extradición— ha sido uno de
los capítulos más opacos y politizados del sexenio. Involucra al crimen
organizado, a la cooperación con Estados Unidos y a decisiones de seguridad con
profundas implicaciones para la soberanía nacional. Sin embargo, muchos de los
momentos clave del proceso han coincidido con intensas polémicas mediáticas que
absorbieron la atención colectiva.
MECANISMOS DE DISTRACCIÓN Y MANIPULACIÓN
Las amenazas híbridas operan en
esta línea: no necesitan mentir descaradamente, basta con reorganizar las
prioridades del debate público. La viralización de episodios emocionales
permite saturar la conversación, diluir la capacidad de indignarse por lo estructural
y crear una atmósfera de tensión permanente, donde lo urgente siempre desplaza
lo importante.
Tabla comparativa: lo que importa vs. lo que se discute
Tema estructural |
Fenómeno viral dominante |
Posible beneficio para el poder |
Leyes clave en el Congreso |
Casos de xenofobia o clasismo virales |
Menor escrutinio público y mediático |
Caso Ovidio Guzmán (narco y extradición) |
Polémicas sobre parquímetros y gentrificación |
Disminuye presión política y mediática |
REFLEXIÓN CRÍTICA
No se trata de afirmar que cada
episodio viral esté fabricado o controlado por un actor oculto. Pero cuando las
coincidencias se repiten, y cuando los beneficiarios de la distracción son
siempre los mismos, la sospecha no es paranoia: es lucidez política.
La pregunta no es si existe una
cortina de humo, sino quién enciende el ventilador cuando el humo
aparece. Y sobre todo: ¿a quién le conviene que estemos distraídos?
CONCLUSIÓN PARCIAL
Las amenazas híbridas no
requieren tanques ni soldados. Les basta una tendencia viral, una indignación
dirigida, y una ciudadanía con fatiga informativa. En ese terreno, los grandes
temas de la agenda nacional pueden ser enterrados bajo montañas de ruido
emocional.
Por eso, el deber de toda
sociedad democrática no es solo protestar o reaccionar, sino también preguntar
por lo que no se dice, por lo que se aprueba en silencio, por lo que se oculta
detrás de cada trending topic.
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