lunes, 9 de junio de 2025

 

OTRA PERSPECTIVA

“La parábola de los talentos”: cuando una novela distópica se vuelve parábola del presente

Opinion de José Rafael Moya Saavedra

En 1998, la escritora afroamericana Octavia E. Butler publicó una novela de ciencia ficción que hoy se lee como un espejo profético. La parábola de los talentos describe un Estados Unidos fragmentado por la desigualdad, la violencia y la desesperanza. Lo dirige un presidente carismático y fundamentalista que gana las elecciones con el lema:

Make America Great Again”.

Sí. Ese mismo.
Dos décadas antes de Donald Trump.

Lo que Butler escribió como advertencia se ha convertido en diagnóstico. La polarización política, el uso de la religión como arma y la erosión del pacto democrático no son ficción. Son realidad.

 El relato: esperanza en tierra quemada

La historia gira en torno a Lauren Olamina, fundadora de una nueva comunidad espiritual llamada Earthseed, basada en un principio radical y profundamente humano:

Dios es cambio.

En medio del colapso social y moral de Estados Unidos, Lauren planta no solo semillas reales, sino una visión: crear comunidades resilientes que aprendan, se adapten y miren hacia las estrellas como destino colectivo. Su fe no exige sumisión ni sacrificios, sino transformación. No habla desde el altar, sino desde la calle.

Pero entonces llega al poder el presidente Andrew Jarret, un líder que representa el puritanismo extremo y el nacionalismo religioso. Bajo su régimen, comunidades como Earthseed son perseguidas. Lauren es separada de su hija y su comunidad es destruida. Pero sus escritos —sus talentos— sobreviven. Su legado es recogido por su hija, Asha Vere, quien narra buena parte de la novela.

Butler usa la forma del diario personal para narrar la tragedia, la esperanza y la resistencia. Es una estructura íntima, espiritual y profundamente política.

 El nuevo rostro del autoritarismo

Jarret no gobierna: predica. No propone política pública: impone salvación. Divide a la población entre fieles y herejes, siembra miedo y justifica la violencia como forma de orden. La religión ya no es camino de redención, sino herramienta de represión.

¿Nos suena conocido?

En la vida real, lo hemos visto:

  • Líderes que usan la fe para ganar votos.
  • Gobiernos que transforman el “pueblo” en masa obediente.
  • Derechos recortados en nombre de la moral.
  • Democracias transformadas en espectáculos de culto personal.

Lo que Butler mostró es que el autoritarismo no siempre llega con botas: a veces llega con Biblias, banderas y aplausos.

 “Dios es cambio”: espiritualidad que incomoda al poder

Butler propone una visión incómoda para los sistemas de control:

Dios no es una estructura inmóvil.
Dios es cambio. Y cambiar… es peligroso para quienes quieren que todo siga igual.

El “talento” del título no es una moneda, sino la capacidad humana de adaptarse, resistir, construir y amar incluso en medio del caos.
Enterrarlo —por miedo o comodidad— es renunciar a nuestra vocación.

La espiritualidad de Earthseed no busca templos, busca transformaciones reales. En palabras actuales: no busca influencers, busca testigos.

 Una advertencia… y una tarea

La parábola de los talentos es más que literatura.
Es una parábola contemporánea escrita con fuego.
Es una oración peligrosa que recuerda esto:

Cuando el odio se disfraza de patriotismo,
cuando la religión justifica la exclusión,
y cuando la esperanza se vuelve sospechosa…
entonces es momento de volver al principio.
No al principio de una nación.
Al principio de una fe que se atreve a cambiar.

Butler no nos deja con una solución fácil.
Nos deja con una pregunta:
¿Qué harás tú con el talento que te fue confiado?

Porque el futuro no se espera.
Se siembra.

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