lunes, 7 de abril de 2025

 

OTRA PERSPECTIVA

“Servir en silencio”: Coincidencias entre las numerarias auxiliares del Opus Dei y la base popular de Morena

Opinion de José Rafael Moya Saavedra

“Cuanto más pobres, más fácil aislarlas.”

—Testimonio de un exsacerdote del Opus Dei

En los últimos días, un reportaje publicado por Animal Político estremeció a muchas lectoras y lectores: exnumerarias y exsacerdotes del Opus Dei, una de las organizaciones religiosas más influyentes del catolicismo conservador, revelaron con detalle cómo, durante décadas, jóvenes mujeres de comunidades rurales y pobres fueron reclutadas y convertidas en servidumbre al interior de la Obra, todo bajo el disfraz de una “vocación divina”.

Estas mujeres, conocidas como numerarias auxiliares, eran entrenadas para limpiar, servir, planchar, cocinar y atender a los miembros varones de la élite del Opus Dei. Sin paga, sin derechos, sin voz. Sin futuro.

La historia resulta indignante por sí misma. Pero al leer entre líneas, resuenan ecos actuales que nos obligan a mirar más allá del ámbito religioso. ¿Qué tienen en común estas mujeres con las bases populares de Morena, el partido que gobierna México y dice hablar en nombre del pueblo? Más de lo que parece.

La obediencia como virtud: vocación religiosa, fe política

El Opus Dei impuso a sus numerarias auxiliares una vida de obediencia absoluta, construida sobre el ideal de “santificarse a través del trabajo”. La pobreza, la castidad y la entrega total eran requisitos para servir a los demás sin esperar nada a cambio. “Ni las veíamos ni les podíamos dar las gracias”, recuerdan exnumerarios.

Del otro lado del espectro, pero con mecanismos semejantes, encontramos una narrativa de “entrega al pueblo” en el discurso de Morena. La participación política no se concibe como derecho crítico, sino como acto de fe y sacrificio en torno a un líder providencial. El presidente no solo gobierna: interpreta la voluntad popular y distribuye bendiciones en forma de programas sociales.

En ambos casos, el servicio silencioso es la máxima virtud. Pensar diferente, cuestionar, disentir… es traición.

Captación sistemática y estructurada

Los testimonios revelan cómo las numerarias eran reclutadas desde niñas, con promesas de formación y empleo digno. Llegaban a internados como Montefalco o ESDAI sin saber que serían empleadas domésticas de por vida. El proceso era cuidadosamente planeado: los sacerdotes abrían camino, las numerarias visitaban escuelas rurales y seleccionaban a las mejores alumnas de familias católicas pobres.

Del mismo modo, la maquinaria de Morena se ha perfeccionado en captar personas en situación de vulnerabilidad. A través de apoyos, censos, redes de promotores del bienestar y siervos de la nación, construye una base de simpatizantes que creen estar participando en la historia. En realidad, están siendo incluidos a condición de no cuestionar y de reproducir el discurso oficial.

En ambos casos, la pobreza no es un problema a erradicar, sino un recurso para conservar el poder.

El aislamiento: ni voz, ni voto, ni futuro

Las numerarias auxiliares no podían hablar entre ellas, ni con los numerarios. No podían escribir cartas sin ser vigiladas. No tenían dinero propio ni contacto libre con sus familias. Cuando querían irse, eran enviadas al psiquiatra, medicadas o incluso internadas. Algunas intentaron suicidarse.

En el mundo político, el aislamiento toma otras formas: polarización, estigmatización, demonización del otro. La base social de Morena es sistemáticamente separada de cualquier narrativa alternativa. La prensa crítica es atacada, la oposición ridiculizada. Se exige lealtad ciega al líder y al partido, incluso cuando las decisiones afectan directamente sus vidas.

La consecuencia es la misma: la imposibilidad de imaginar otra vida, otra voz, otra opción.

Jerarquías disfrazadas de comunidad

“Todos somos familia”, decía el fundador del Opus Dei. Pero no todos comían lo mismo, ni dormían igual, ni eran llamados con el mismo título. Las numerarias de clase alta eran educadas. Las auxiliares, pobres, quedaban relegadas a servir por siempre.

Morena habla de “pueblo unido”, pero la realidad muestra una estructura vertical, jerárquica, cada vez más cerrada. Las decisiones se toman arriba, los beneficios se reparten abajo. La lealtad se premia, la crítica se castiga.

En ambos casos, las estructuras de poder reproducen la desigualdad que dicen combatir.

Coincidencias estructurales y simbólicas

Aquí una síntesis comparativa que permite visualizar los paralelismos de fondo:

 Paralelismos entre las Numerarias Auxiliares del Opus Dei y los Seguidores Vulnerables de Morena

 

Reflexión final:

Tanto las numerarias auxiliares como muchos seguidores vulnerables de Morena son instrumentalizados en sistemas que prometen redención —una espiritual, la otra social— pero que en el fondo reproducen desigualdad, dependencia y control. Ambos casos usan la fe (ya sea religiosa o política) como herramienta de sometimiento, y se escudan en causas nobles para encubrir estructuras opresivas.

La promesa de redención: herramienta de control

Tal vez el punto más delicado sea este: tanto en el Opus Dei como en Morena, la relación con las personas vulnerables se basa en una promesa de redención. En un caso, la santificación por el trabajo. En el otro, la transformación social por el voto.

Pero en los hechos, ambas estructuras funcionan como trampas simbólicas: se ofrece pertenencia a cambio de obediencia, esperanza a cambio de sumisión.

 Ninguna transformación es real si se construye sobre la explotación, aunque sea consentida. Ninguna vocación es auténtica si nace del miedo, del engaño o de la necesidad.

Conclusión: el silencio también grita

Las voces que hoy denuncian el abuso dentro del Opus Dei han tardado décadas en salir. Algunas mujeres aún no han podido hablar. Otras están rotas. Lo mismo podría suceder con quienes hoy, desde la trinchera de la política, dan todo por una causa que no les pertenece.

Es urgente romper el silencio. Ya sea en nombre de Dios o del pueblo, ningún proyecto que imponga jerarquías injustas y sacrifique a los más débiles debería llamarse redentor.

Las numerarias auxiliares merecen justicia. Y el pueblo que creyó en una transformación también.

 

Nota del autor

Este texto no pretende, bajo ninguna circunstancia, justificar o relativizar la explotación sistemática sufrida por las numerarias auxiliares del Opus Dei. Lo ocurrido con estas mujeres es deleznable, indigno y debe ser visibilizado y condenado sin matices.

Mi intención al establecer paralelismos con la militancia popular de Morena no es equiparar los contextos, ni igualar las responsabilidades, sino mostrar cómo ciertos mecanismos de control, adoctrinamiento y subordinación se repiten en distintos ámbitos del poder, incluso cuando están revestidos de discursos piadosos o populares.

El análisis comparativo busca abrir una conversación crítica sobre las formas en que se instrumentaliza la fereligiosa o política— para sostener jerarquías injustas, y cómo, tanto ayer como hoy, las personas más vulnerables siguen siendo las más fácilmente manipuladas, silenciadas y explotadas.

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