lunes, 7 de abril de 2025

 

OTRA PERSPECTIVA

 La elección que ya decidieron por ti (pero igual te van a hacer votar)

Crónica ácida de una farsa judicial con sabor a tinta guinda

Opinion de Rafael Moya Saavedra

 

“Ya tenemos los resultados. Solo faltan las elecciones.”

—Instituto Nacional Electoral... versión meme

 

“Qué nervios… ya pronto será la elección que nadie necesita, de miles de personas que nadie conoce…”

—Sabiduría popular vía WhatsApp

 

Mientras tú buscabas cómo sobrevivir al fin de quincena, alguien en las alturas del poder decidió que ahora también vas a votar por jueces. Una elección judicial. Suena importante, ¿no? El problema es que nadie te explicó para qué sirve, quién compite o si realmente hay algo que elegir. Pero tranquilo, que ya todo está listo: las boletas, los candidatos… y sí, los resultados también.

Bienvenido a la democracia espectáculo. A la consulta que no pidió nadie pero que igual nos va a costar millones. Aquí no importa tu voto, importa que participes. Porque el ritual es lo que legitima. Aunque por dentro, todo esté pactado.

¿Y quiénes compiten? Novatos, familiares y “leales”

Un rápido vistazo a la lista de 63 aspirantes a la Suprema Corte basta para sospechar que esto no es una fiesta de meritocracia, sino un casting de lealtades. Solo 28 tienen experiencia judicial. El resto viene de:

·       La academia (sí, da clases el sábado en Zoom)

·       El activismo (de ese que cabe en una lona con el rostro del presidente)

·       despachos de abogados que parecen más agencias de colocación política.

Pero lo más jugoso está en los vínculos partidistas:

·       22 de los candidatos tienen conexiones claras con Morena o la 4T: ya sea porque militan, son esposas, hijas, o asesoras de figuras del gobierno.

·       Apenas 4 se relacionan con el PAN o MC (no sabemos si por ideología o por error administrativo).

  Y unos cuantos más podrían considerarse “independientes”, aunque eso en México es casi una categoría mitológica.

Elección judicial o taller de costura: todos los hilos apuntan al mismo lado

Los nombres que más suenan parecen sacados de un álbum familiar de la 4T:

·       Lenia Batres, Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel (sí, la del plagio eterno), María Estela Ríos (asesora jurídica del presidente), y la hija de Olga Sánchez Cordero.

·       Margarita Rojas, esposa de un exfuncionario morenista.

·       Cuatro candidatas impulsadas por Zaldívar en su cruzada por controlar desde la Corte hasta el telediario.

·       Y hasta asesores de Samuel García se colaron en el tianguis.

Más que un proceso judicial, esto se parece a una kermés de favores, cuotas y apellidos, donde la única toga real es la que ya tiene bordado el logo del partido.

¿Cuánto cuesta la simulación?

Como buen país que improvisa, pero cobra caro, organizar esta “elección” cuesta millones. Impresiones, promoción, logística, difusión, vigilancia… Todo para que el pueblo “decida” lo que ya está decidido.

Una escenografía perfectamente iluminada. Una consulta que legitima, pero no representa. Un ejercicio de participación que sirve más como coartada que como instrumento de justicia.

Pensamiento crítico no apto para televisión pública

¿No entiendes la boleta? ¿No reconoces a nadie? ¿Te parece todo raro?

¡Silencio, traidor! Dudar es conservadurismo. Exigir perfiles independientes es fifí.

Y preguntar si esto es realmente democrático es—cómo decirlo—“golpismo jurídico”.

 Votar sin ilusión, para legitimar la ficción

·       Esta elección judicial no es un avance democrático, sino un nuevo disfraz del viejo autoritarismo.

·       Una coreografía legalista para cubrir con votos lo que se pactó en privado.

·       Una tragicomedia institucional donde el pueblo es público, pero nunca protagonista.

Y, aun así, iremos a votar. Por costumbre. Por esperanza. Por ese pedazo de ingenuidad que se niega a morir.

Porque, aunque ya sepamos el final, hay algo revolucionario en dejar constancia de que lo vimos venir.

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