OTRA PERSPECTIVA
México ante el riesgo de una democradura: el desafuero
como herramienta de control político
Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra
En los últimos meses, el panorama
político en México se ha visto sacudido por una iniciativa legislativa
promovida por la mayoría oficialista en la Cámara de Diputados: la creación de
una Ley de Juicio Político y Declaración de Procedencia que eliminaría
la participación de los Congresos locales en los procesos de desafuero de
gobernadores, legisladores y magistrados locales. Este cambio, lejos de
fortalecer la democracia, plantea una amenaza significativa al equilibrio de
poderes y a la autonomía de las entidades federativas, acercando al país al
modelo de una democradura.
El desafuero como arma política
Históricamente, el desafuero ha
sido una herramienta para garantizar que los servidores públicos puedan ser
sometidos a procesos judiciales sin la protección de su fuero constitucional.
Sin embargo, en regímenes con tendencias autoritarias, esta herramienta se ha
transformado en un mecanismo de persecución política.
El caso de México no es la
excepción. La iniciativa de reforma busca otorgar a la Cámara de Diputados
federal el poder exclusivo de decidir sobre la procedencia de desafueros,
eliminando la participación de los Congresos estatales. Esto centraliza el control
en manos del partido mayoritario, actualmente Morena, y abre la puerta para el
uso discrecional de esta herramienta contra opositores.
Lecciones de las democraduras internacionales
La concentración de poder en el
partido gobernante no es un fenómeno exclusivo de México. En países como Venezuela,
Nicaragua, Turquía y Hungría, gobiernos populistas han utilizado reformas
legales para debilitar a la oposición y consolidar su control sobre las
instituciones. Estas democraduras mantienen una apariencia de democracia, pero
sus estructuras están diseñadas para perpetuar el poder del oficialismo.
Por ejemplo:
·
Venezuela: durante el gobierno de Hugo
Chávez, se implementaron reformas que centralizaron el poder en el Ejecutivo y
desplazaron a las instituciones opositoras, como la Asamblea Nacional.
·
Nicaragua: Daniel Ortega ha utilizado el
desafuero y otras herramientas legales para encarcelar a opositores y despojar
a los partidos políticos de su personalidad jurídica.
·
Turquía: Recep Tayyip Erdoğan ha
promovido desafueros masivos contra legisladores kurdos para consolidar su
dominio.
·
Hungría: Viktor Orbán ha transformado el
sistema judicial y electoral para mantener el control absoluto del partido
Fidesz.
Similitudes alarmantes en México
El modelo propuesto en la
iniciativa legislativa mexicana comparte varias características con las
democraduras mencionadas:
Erosión del federalismo: se debilita la autonomía
estatal, uno de los pilares del sistema federal mexicano.
Judicialización de la política: se incrementa el
riesgo de que el desafuero sea utilizado como un arma contra opositores bajo el
pretexto de legalidad.
Control de la narrativa: esta reforma podría ser
acompañada por una narrativa de polarización y estigmatización de la oposición.
El desafuero de AMLO: un precedente histórico
La ironía no pasa desapercibida.
En 2004, el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel
López Obrador, enfrentó un desafuero promovido por la PGR, bajo el gobierno
panista de Vicente Fox. Este episodio marcó un precedente sobre cómo el
desafuero puede ser utilizado como herramienta de control político. Hoy, el
partido de AMLO busca modificar las reglas del juego para concentrar ese poder
en sus manos.
Las consecuencias de una democracia erosionada
La implementación de esta reforma
podría tener consecuencias devastadoras para la democracia mexicana:
·
Persecución política: gobernadores y
legisladores de oposición estarían en un estado de vulnerabilidad constante
ante el control del desafuero por parte de la mayoría oficialista.
·
Polarización: el uso de estas
herramientas podría agudizar la división entre los sectores políticos y
sociales.
·
Debilitamiento de instituciones: la
desaparición de contrapesos como los Congresos locales podría abrir la puerta a
abusos de poder.
Defender los contrapesos y el pluralismo
Es fundamental que la sociedad
civil, los medios de comunicación y los sectores democráticos levanten la voz
para evitar que esta reforma se convierta en una realidad. Los contrapesos
institucionales son el corazón de cualquier democracia funcional, y su
debilitamiento solo conduce al autoritarismo.
La historia de las democraduras
en el mundo nos enseña que la concentración de poder no solo erosiona la
democracia, sino que también perpetúa la desigualdad y la falta de justicia.
México no puede permitirse repetir estos errores.
¿Está dispuesto el pueblo mexicano a permitir que su
democracia sea transformada en una fachada? Este es un momento decisivo
para el futuro del país.
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