martes, 14 de enero de 2025

 

OTRA PERSPECTIVA

México ante el riesgo de una democradura: el desafuero como herramienta de control político

Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra

En los últimos meses, el panorama político en México se ha visto sacudido por una iniciativa legislativa promovida por la mayoría oficialista en la Cámara de Diputados: la creación de una Ley de Juicio Político y Declaración de Procedencia que eliminaría la participación de los Congresos locales en los procesos de desafuero de gobernadores, legisladores y magistrados locales. Este cambio, lejos de fortalecer la democracia, plantea una amenaza significativa al equilibrio de poderes y a la autonomía de las entidades federativas, acercando al país al modelo de una democradura.

El desafuero como arma política

Históricamente, el desafuero ha sido una herramienta para garantizar que los servidores públicos puedan ser sometidos a procesos judiciales sin la protección de su fuero constitucional. Sin embargo, en regímenes con tendencias autoritarias, esta herramienta se ha transformado en un mecanismo de persecución política.

El caso de México no es la excepción. La iniciativa de reforma busca otorgar a la Cámara de Diputados federal el poder exclusivo de decidir sobre la procedencia de desafueros, eliminando la participación de los Congresos estatales. Esto centraliza el control en manos del partido mayoritario, actualmente Morena, y abre la puerta para el uso discrecional de esta herramienta contra opositores.

Lecciones de las democraduras internacionales

La concentración de poder en el partido gobernante no es un fenómeno exclusivo de México. En países como Venezuela, Nicaragua, Turquía y Hungría, gobiernos populistas han utilizado reformas legales para debilitar a la oposición y consolidar su control sobre las instituciones. Estas democraduras mantienen una apariencia de democracia, pero sus estructuras están diseñadas para perpetuar el poder del oficialismo.

Por ejemplo:

·       Venezuela: durante el gobierno de Hugo Chávez, se implementaron reformas que centralizaron el poder en el Ejecutivo y desplazaron a las instituciones opositoras, como la Asamblea Nacional.

·       Nicaragua: Daniel Ortega ha utilizado el desafuero y otras herramientas legales para encarcelar a opositores y despojar a los partidos políticos de su personalidad jurídica.

·       Turquía: Recep Tayyip Erdoğan ha promovido desafueros masivos contra legisladores kurdos para consolidar su dominio.

·       Hungría: Viktor Orbán ha transformado el sistema judicial y electoral para mantener el control absoluto del partido Fidesz.

Similitudes alarmantes en México

El modelo propuesto en la iniciativa legislativa mexicana comparte varias características con las democraduras mencionadas:

 Centralización del poder: la eliminación de los Congresos locales en los desafueros concentra la decisión en la Cámara de Diputados federal, controlada por el partido mayoritario.

Erosión del federalismo: se debilita la autonomía estatal, uno de los pilares del sistema federal mexicano.

Judicialización de la política: se incrementa el riesgo de que el desafuero sea utilizado como un arma contra opositores bajo el pretexto de legalidad.

Control de la narrativa: esta reforma podría ser acompañada por una narrativa de polarización y estigmatización de la oposición.

El desafuero de AMLO: un precedente histórico

La ironía no pasa desapercibida. En 2004, el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, enfrentó un desafuero promovido por la PGR, bajo el gobierno panista de Vicente Fox. Este episodio marcó un precedente sobre cómo el desafuero puede ser utilizado como herramienta de control político. Hoy, el partido de AMLO busca modificar las reglas del juego para concentrar ese poder en sus manos.

Las consecuencias de una democracia erosionada

La implementación de esta reforma podría tener consecuencias devastadoras para la democracia mexicana:

·       Persecución política: gobernadores y legisladores de oposición estarían en un estado de vulnerabilidad constante ante el control del desafuero por parte de la mayoría oficialista.

·       Polarización: el uso de estas herramientas podría agudizar la división entre los sectores políticos y sociales.

·       Debilitamiento de instituciones: la desaparición de contrapesos como los Congresos locales podría abrir la puerta a abusos de poder.

Defender los contrapesos y el pluralismo

Es fundamental que la sociedad civil, los medios de comunicación y los sectores democráticos levanten la voz para evitar que esta reforma se convierta en una realidad. Los contrapesos institucionales son el corazón de cualquier democracia funcional, y su debilitamiento solo conduce al autoritarismo.

La historia de las democraduras en el mundo nos enseña que la concentración de poder no solo erosiona la democracia, sino que también perpetúa la desigualdad y la falta de justicia. México no puede permitirse repetir estos errores.

¿Está dispuesto el pueblo mexicano a permitir que su democracia sea transformada en una fachada? Este es un momento decisivo para el futuro del país.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

  OTRA PERSPECTIVA Cuando Borrar el Riesgo del Mapa Mata: El Caso Mystic y la Lección para América Latina Por José Rafael Moya Saavedra ...