OTRA PERSPECTIVA
Informe Descarado de los 100 días: Presumiendo la
Democradura
Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra
El pasado evento en el Zócalo
capitalino evocó prácticas políticas de antaño, con miles de personas
movilizadas para mostrar apoyo al gobierno. La multitud, organizada en
contingentes respaldados por comités estatales y municipales de Morena, junto
con sindicatos históricos como los de Trabajadores de la Educación, Petroleros
y Electricistas, creó una escena donde la coreografía política superó la
espontaneidad ciudadana. Esta demostración de fuerza no solo busca reafirmar el
poder del partido gobernante, sino también proyectar la narrativa de un
gobierno comprometido con su pueblo. Sin embargo, detrás de este espectáculo,
emergen preguntas inquietantes: ¿Estamos ante una evolución democrática o el
afianzamiento de una democradura?
Una democradura, ese término que combina la apariencia de
democracia con prácticas autoritarias parece estar cobrando fuerza en el
panorama político de México. Aunque el informe de los 100 días de gobierno se
presenta como un catálogo de logros y promesas, también revela patrones que
podrían apuntar hacia una preocupante centralización del poder.
1. Movilización como Herramienta de Control Político
El evento en el Zócalo reflejó
cómo la organización masiva puede ser utilizada para legitimar un proyecto
político. Aunque la participación popular es fundamental en una democracia, el
control centralizado de estas manifestaciones y su uso como demostraciones
de poder evocan estrategias de gobiernos autoritarios en la región e incluso a
la antigua Dictablanda Mexicana.
2. Concentración de Poder en Políticas Sociales
Los programas sociales,
convertidos en derechos, representan un avance importante en términos de
bienestar, pero también consolidan el control estatal sobre recursos clave. Sin
transparencia en su implementación y evaluación, estas políticas podrían
convertirse en herramientas clientelistas, fortaleciendo la dependencia hacia
el gobierno.
3. Debilitamiento de Contrapesos Institucionales
El informe destaca la
desaparición de organismos autónomos bajo la promesa de eficiencia y
austeridad. Si bien estas medidas pueden ser justificadas en algunos casos,
también eliminan contrapesos fundamentales que protegen la democracia y
limitan el abuso de poder.
4. Control Narrativo y Polarización
El discurso oficial
descalifica constantemente a críticos y opositores, etiquetándolos como
aliados de un pasado corrupto o del neoliberalismo. Esta estrategia
polarizadora busca consolidar una narrativa única, pero también reduce el
espacio para el debate plural y la construcción de consensos.
5. Militarización y Seguridad
6. Falta de Transparencia en Megaproyectos
Obras como el Tren Maya y el
Corredor Interoceánico son presentadas como pilares del desarrollo nacional,
pero sus impactos ambientales, sociales y económicos no han sido plenamente
discutidos. La ausencia de consultas efectivas con comunidades afectadas y de análisis
de costo-beneficio detallados cuestiona la sostenibilidad de estos proyectos.
7. La Relación con Estados Unidos y la Geopolítica
El informe resalta los logros en
la relación bilateral, pero omite los retos actuales, como la migración, las
tensiones comerciales y los derechos humanos. Esta ambigüedad podría
interpretarse como una estrategia para evitar confrontaciones, pero también
refleja una falta de visión estratégica en el ámbito global.
8. El Papel de la Ciudadanía en la Democracia
La concentración del poder y
el control narrativo limitan el papel activo de la ciudadanía. En lugar de
fomentar un debate abierto, se privilegia una participación pasiva que refuerza
la hegemonía del partido en el poder.
México se encuentra en una
encrucijada: profundizar en un proyecto que promete una transformación
estructural o avanzar hacia un modelo donde la concentración del poder erosione
las bases democráticas. Los logros y las promesas no deben ser excusa para
ignorar los riesgos inherentes de un sistema que se acerca peligrosamente a una
democradura.
La pregunta central sigue siendo:
¿Cómo garantizar que la Cuarta Transformación fortalezca la democracia y no
la sustituya por un modelo autoritario disfrazado de participación popular?
La respuesta no solo depende del gobierno, sino de una ciudadanía activa,
crítica y comprometida con el futuro del país.
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