domingo, 12 de enero de 2025




 

OTRA PERSPECTIVA 

Informe Descarado de los 100 días: Presumiendo la Democradura

Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra

El pasado evento en el Zócalo capitalino evocó prácticas políticas de antaño, con miles de personas movilizadas para mostrar apoyo al gobierno. La multitud, organizada en contingentes respaldados por comités estatales y municipales de Morena, junto con sindicatos históricos como los de Trabajadores de la Educación, Petroleros y Electricistas, creó una escena donde la coreografía política superó la espontaneidad ciudadana. Esta demostración de fuerza no solo busca reafirmar el poder del partido gobernante, sino también proyectar la narrativa de un gobierno comprometido con su pueblo. Sin embargo, detrás de este espectáculo, emergen preguntas inquietantes: ¿Estamos ante una evolución democrática o el afianzamiento de una democradura?

Una democradura, ese término que combina la apariencia de democracia con prácticas autoritarias parece estar cobrando fuerza en el panorama político de México. Aunque el informe de los 100 días de gobierno se presenta como un catálogo de logros y promesas, también revela patrones que podrían apuntar hacia una preocupante centralización del poder.

1. Movilización como Herramienta de Control Político

El evento en el Zócalo reflejó cómo la organización masiva puede ser utilizada para legitimar un proyecto político. Aunque la participación popular es fundamental en una democracia, el control centralizado de estas manifestaciones y su uso como demostraciones de poder evocan estrategias de gobiernos autoritarios en la región e incluso a la antigua Dictablanda Mexicana.

2. Concentración de Poder en Políticas Sociales

Los programas sociales, convertidos en derechos, representan un avance importante en términos de bienestar, pero también consolidan el control estatal sobre recursos clave. Sin transparencia en su implementación y evaluación, estas políticas podrían convertirse en herramientas clientelistas, fortaleciendo la dependencia hacia el gobierno.

3. Debilitamiento de Contrapesos Institucionales

El informe destaca la desaparición de organismos autónomos bajo la promesa de eficiencia y austeridad. Si bien estas medidas pueden ser justificadas en algunos casos, también eliminan contrapesos fundamentales que protegen la democracia y limitan el abuso de poder.

4. Control Narrativo y Polarización

El discurso oficial descalifica constantemente a críticos y opositores, etiquetándolos como aliados de un pasado corrupto o del neoliberalismo. Esta estrategia polarizadora busca consolidar una narrativa única, pero también reduce el espacio para el debate plural y la construcción de consensos.

5. Militarización y Seguridad

             La creciente militarización de funciones civiles, como la seguridad y la administración de proyectos de infraestructura, refuerza el papel de las fuerzas armadas en la vida pública. Aunque se justifica como medida para combatir la corrupción y mejorar la eficiencia, también plantea riesgos para la democracia, al diluir los límites entre lo civil y lo militar.

6. Falta de Transparencia en Megaproyectos

Obras como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico son presentadas como pilares del desarrollo nacional, pero sus impactos ambientales, sociales y económicos no han sido plenamente discutidos. La ausencia de consultas efectivas con comunidades afectadas y de análisis de costo-beneficio detallados cuestiona la sostenibilidad de estos proyectos.

7. La Relación con Estados Unidos y la Geopolítica

El informe resalta los logros en la relación bilateral, pero omite los retos actuales, como la migración, las tensiones comerciales y los derechos humanos. Esta ambigüedad podría interpretarse como una estrategia para evitar confrontaciones, pero también refleja una falta de visión estratégica en el ámbito global.

8. El Papel de la Ciudadanía en la Democracia

La concentración del poder y el control narrativo limitan el papel activo de la ciudadanía. En lugar de fomentar un debate abierto, se privilegia una participación pasiva que refuerza la hegemonía del partido en el poder.

México se encuentra en una encrucijada: profundizar en un proyecto que promete una transformación estructural o avanzar hacia un modelo donde la concentración del poder erosione las bases democráticas. Los logros y las promesas no deben ser excusa para ignorar los riesgos inherentes de un sistema que se acerca peligrosamente a una democradura.

La pregunta central sigue siendo: ¿Cómo garantizar que la Cuarta Transformación fortalezca la democracia y no la sustituya por un modelo autoritario disfrazado de participación popular? La respuesta no solo depende del gobierno, sino de una ciudadanía activa, crítica y comprometida con el futuro del país.

 


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