sábado, 14 de diciembre de 2024


 

OTRA PERSPECTIVA

¿Más Rápido que Aprisa hacia la Democradura? El Caso de la Reforma del Infonavit

Por Jose Rafael Moya Saavedra

Hoy, 14 de diciembre de 2024, el Senado mexicano aprobó una reforma que otorga al gobierno mayoría en los comités del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit). Esta medida ha generado un encendido debate entre quienes la ven como un avance en la justicia social y quienes la califican como un paso más hacia la concentración de poder y la manipulación de recursos.

La Reforma y sus Implicaciones

La iniciativa permite al gobierno central una mayor ingerencia en el Infonavit, argumentando que ello facilitará la construcción y el arrendamiento de viviendas asequibles para los trabajadores. Entre sus principales elementos destacan:

·       Construcción y Arrendamiento Social: Se incluye la posibilidad de que el Infonavit adquiera terrenos, construya viviendas y las arriende a trabajadores con mensualidades que no superen el 30% de su salario.

·       Control de Fondos: La oposición denuncia que el gobierno podrá disponer de los fondos acumulados por los trabajadores para financiar estas iniciativas.

·       Sustentabilidad Cuestionada: No se han detallado esquemas claros que garanticen la sostenibilidad financiera del proyecto.

Argumentos Específicos

El debate ha estado marcado por posiciones encontradas. Ricardo Anaya (PAN) calificó la reforma como una "barbaridad" y un "atraco", argumentando que el Infonavit podrá disponer de 2 billones de pesos que pertenecen a los trabajadores. Carolina Viggiano (PRI) destacó el desequilibrio en la representación, afirmando que se debilita la participación equitativa de los trabajadores. Por su parte, Alejandra Barrales (MC) acusó que la reforma busca borrar "de un plumazo" la participación de los trabajadores en el manejo de sus propios recursos.

En contraste, Carlos Martínez Velázquez, director general del Infonavit, defendió la reforma asegurando que el instituto tiene la capacidad de destinar al menos 40 mil millones de pesos anuales a la construcción de viviendas, garantizando la viabilidad económica del proyecto.

Lo Bueno: Un Paso hacia la Justicia Social

Quienes defienden la reforma argumentan que responde a una necesidad urgente de atender el déficit habitacional en México. Actualmente, millones de trabajadores carecen de acceso a vivienda digna, y esta medida podría abrir nuevas posibilidades. Además, el modelo de arrendamiento social podría representar una alternativa viable para aquellos que no pueden acceder a créditos hipotecarios tradicionales.

Desde una perspectiva internacional, iniciativas similares en países como Perú han demostrado éxitos parciales. Programas como el Fondo Mi Vivienda, que combina subsidios públicos con participación privada, han permitido a miles de familias acceder a vivienda propia.

Lo Malo: Centralización y Riesgos de Manipulación

El principal punto de crítica es el control gubernamental de los comités del Infonavit. Este movimiento recuerda prácticas de países como Venezuela y Nicaragua, donde los gobiernos utilizaron programas de vivienda para consolidar su base política. En Venezuela, por ejemplo, la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) se financió con fondos públicos, generando un impacto positivo a corto plazo pero dejando al país con un sistema insostenible y altamente politizado.

En Nicaragua, el gobierno de Daniel Ortega empleó la vivienda popular como herramienta de control social, lo que derivó en una dependencia total de los ciudadanos hacia el Estado. Estos paralelismos plantean interrogantes sobre la dirección que podría tomar México con esta reforma.

En Cuba, la centralización estatal ha llevado a la eliminación del mercado privado de vivienda, creando un sistema donde las propiedades se asignan desde el gobierno, pero con problemas graves de sostenibilidad y mantenimiento a largo plazo.

¿Más Rápido que Aprisa hacia la Democradura?

La reforma del Infonavit no se puede analizar en el vacío. Se inscribe dentro de una tendencia más amplia de centralización de poder bajo la administración actual. Desde el debilitamiento de órganos autónomos hasta la militarización de funciones civiles, en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y ahora en el de Claudia Sheinbaum han adoptado medidas que algunos consideran propias de una "democradura": un régimen que, aunque mantiene elementos democráticos, centraliza el poder y limita las libertades individuales.

El control sobre los fondos del Infonavit plantea riesgos significativos:

  • ·       Politización de Recursos: La posibilidad de usar estos fondos para fines partidistas podría convertir a la vivienda en una herramienta de clientelismo político.
  • ·       Desaparición de Contrapesos: Al ser controlados mayoritariamente por el gobierno, los comités del Infonavit podrían perder la capacidad de supervisión y rendición de cuentas.
  • ·       Precedente Peligroso: Este modelo podría extenderse a otros ámbitos, consolidando un sistema donde los derechos sociales se subordinan al control del Estado.

  • Lecciones Internacionales

 Los casos de Venezuela, Cuba y Nicaragua son una advertencia para México. En Venezuela, la GMVV entregó más de 3 millones de viviendas entre 2011 y 2020, pero a costa de la sostenibilidad financiera y un aumento del control estatal sobre los recursos. En Cuba, la eliminación del mercado privado de vivienda ha generado un sistema dependiente del Estado con infraestructuras deterioradas. En Nicaragua, las viviendas populares se convirtieron en un mecanismo de control político bajo el régimen de Daniel Ortega.

Por otro lado, países como Perú muestran que es posible equilibrar la participación estatal y privada para atender necesidades sociales sin comprometer la sostenibilidad ni los principios democráticos. Sin embargo, para que esto funcione, se requiere transparencia, rendición de cuentas y un marco institucional robusto.

Una Encrucijada para la Democracia Mexicana

La reforma del Infonavit puede ser una oportunidad para atender el déficit de vivienda, pero también un riesgo para la democracia. Si no se implementa con cuidado y transparencia, podría convertirse en otro ejemplo de cómo las medidas populistas, aunque bien intencionadas, terminan debilitando las instituciones democráticas.

México está en una encrucijada. Es necesario decidir si seguimos construyendo sobre los principios democráticos o si avanzamos "más rápido que aprisa" hacia una democradura, donde las decisiones se concentran en el poder central, sacrificando la pluralidad y la participación ciudadana. La historia reciente de América Latina nos ofrece lecciones claras: el camino hacia la justicia social no puede ser a costa de la democracia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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