OTRA PERSPECTIVA
Carta abierta a la presidenta electa Claudia Sheinbaum
Elección judicial: entre el discurso de transformación y
la responsabilidad constitucional
Ciudad de México, mayo de 2025
Dra. Claudia Sheinbaum Pardo
Presidenta electa de los Estados Unidos Mexicanos
Señora Presidenta:
La calle también reflexiona.
Desde el andén del Metro hasta la mesa del café; desde las redes hasta los
barrios, hay una inquietud que se ha instalado con fuerza:
¿es justo y viable elegir jueces por voto popular? ¿O es el preludio de una
captura política del Poder Judicial?
Usted ha sido clara en su
discurso: transformar las instituciones, acercarlas al pueblo, democratizar la
justicia. Pero permítame decirle con franqueza:
la elección de jueces y magistrados, en las condiciones actuales, no es una
transformación. Es una distorsión.
I. ¿Por qué suspender este proceso?
Porque este proceso —lejos de democratizar la justicia— socava
su independencia, carece de viabilidad legal y operativa, y pone
en riesgo el equilibrio de poderes. Hay razones de fondo que no pueden ser
ignoradas:
🔹 Jurídicas:
- El
proceso carece de un marco constitucional claro. No existen
precedentes en México para elecciones populares de jueces y magistrados.
Tampoco hay mecanismos definidos para impugnar resultados o resolver
controversias.
- Además,
existen suspensiones judiciales vigentes que cuestionan su
legalidad. Persistir en su realización podría derivar en violaciones al
debido proceso y en responsabilidades administrativas y penales para
autoridades y ciudadanos.
🔹 Logísticas:
- El
Instituto Nacional Electoral no cuenta con el presupuesto, la
infraestructura ni el diseño operativo para organizar un proceso de
esta magnitud.
- Acarreo,
compra de votos, desinformación y abstencionismo serían casi
inevitables, deslegitimando aún más el sistema.
🔹 Políticas:
- El
diseño del proceso permite que las candidaturas sean propuestas por los
tres poderes, generando un sesgo político que contamina la
imparcialidad judicial.
- En
lugar de fortalecer la justicia, se percibe como un intento de controlar
al Poder Judicial desde el Ejecutivo y el Legislativo.
🔹 Éticas:
- La
elección por voto popular no garantiza jueces más cercanos al pueblo, sino
jueces más vulnerables a intereses partidistas y clientelares.
- Esto
vulnera el derecho ciudadano a una justicia imparcial, profesional y
autónoma. Elegir jueces como si fueran influencers no es democratizar
la justicia, es degradarla.
II. ¿Qué ganaría usted si suspende el proceso?
Usted tiene en sus manos la
posibilidad de demostrar que la legalidad no es un obstáculo, sino un principio
rector. Que no hay contradicción entre transformación y respeto al Estado
de derecho.
Suspender esta elección —por
estas razones jurídicas, logísticas, políticas y éticas— no sería una
muestra de debilidad, sino de carácter institucional. Sería enviar el
mensaje de que su gobierno no atropella, sino convence; no impone, sino
construye.
III. ¿Qué se arriesga si se impone esta reforma?
- Que
la justicia sea percibida como un botín electoral.
- Que
la confianza ciudadana en los tribunales, ya erosionada, se desplome.
- Y
que su mandato inicie con una batalla legal innecesaria que solo
profundizará la polarización.
Hay momentos en que un gesto a tiempo salva más que una
victoria forzada. Este es uno de ellos.
IV. Una petición desde abajo
Le pedimos, con respeto y convicción: suspenda el proceso
de elección de jueces. Convoque a un diálogo plural, técnico y serio.
Escuche a quienes viven la justicia desde dentro y desde afuera. Escuche a
México.
Presidir un país no es ganar todas las batallas.
Es saber cuáles valen la pena… y cuáles pueden incendiar el futuro.
Con esperanza crítica,
Un ciudadano que sí cree en la transformación, pero no en la imposición.
Jose Rafael Moya Saavedra
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