OTRA PERSPECTIVA
El “Domingo Negro”: razones de una protesta histórica y
sus consecuencias institucionales
Opinion de Jose Rafael Moya Saavedra
El próximo 1 de junio de 2025,
México vivirá una jornada atípica y posiblemente trascendental. Denominada por
sus convocantes como el “Domingo Negro”, esta movilización nacional
busca expresar un rechazo frontal al proceso de elección judicial por voto
popular, el más ambicioso y polémico en la historia del país. Más allá de
una protesta coyuntural, se trata de una expresión profunda de desconfianza
hacia el rediseño institucional del Poder Judicial impulsado por la Cuarta
Transformación.
I. Origen y naturaleza del “Domingo Negro”
El “Domingo Negro” surge
como respuesta organizada desde la sociedad civil, principalmente desde
agrupaciones como México Unido, Causa en Común y Recuperemos
México, así como exfuncionarios, empresarios y activistas críticos del
actual gobierno.
Inspirado en la lógica de la resistencia
cívica no violenta, este movimiento plantea tres acciones principales:
- Abstención
como boicot electoral: bajo la consigna #YoNoVoto, los
convocantes llaman a no participar en una elección que consideran viciada
de origen.
- Movilización
nacional simultánea: con epicentro en el Ángel de la Independencia y
réplicas en más de 30 ciudades, se busca visibilizar el malestar
ciudadano.
- Internacionalización
del conflicto: se pretende atraer la atención de organismos
internacionales y denunciar lo que llaman la “politización de la
justicia”.
II. Razones de fondo: entre la técnica y la política
1. Reforma judicial sin consenso ni maduración
institucional
La reforma constitucional de
2023, que introdujo la elección popular de jueces, magistrados y ministros,
fue aprobada con una celeridad política inusual. No se acompañó de un
marco normativo secundario adecuado ni de garantías operativas para su
ejecución. Esta falta de maduración institucional ha generado incertidumbre,
desigualdad en la competencia y una profunda desconfianza social.
2. Colapso técnico del proceso electoral
Diversos informes del INE, analistas y observadores han
advertido que el proceso enfrenta:
- Presupuesto
insuficiente (52% menos del requerido)
- Falta
de criterios técnicos para la distribución de vacantes
- Boletas
con listas incompletas o candidatos sin oposición real
- Falta
de información ciudadana: más de 800 cargos por elegir con candidatos poco
conocidos
Todo esto hace casi imposible un voto verdaderamente
informado, lo cual desvirtúa el principio democrático.
3. Candidatos cuestionados y sin filtros adecuados
Las listas incluyen al menos 26
aspirantes bajo investigación penal por delitos graves. Se han detectado nexos
con el crimen organizado, corrupción y violencia de género, así como
perfiles sin experiencia judicial. Esto mina la legitimidad del proceso
y plantea el riesgo real de que la justicia quede en manos de personas sin la
preparación ni la ética necesarias.
4. Intervención partidista y los “acordeones”
El escándalo por los llamados “acordeones”
—listas de candidatos promovidas por estructuras de Morena y Movimiento
Ciudadano— ha encendido las alarmas sobre una intervención indirecta pero
sistemática de los partidos políticos en un proceso que,
constitucionalmente, debe ser apartidista. Aunque el INE permite notas
personales, la distribución masiva coordinada por actores políticos podría
constituir una violación electoral grave.
III. Consecuencias previsibles: entre la deslegitimación
y la polarización
1. Crisis de legitimidad judicial
Si la abstención supera el 60%, como anticipan algunos
escenarios, los jueces y magistrados electos podrían verse seriamente
cuestionados en su legitimidad democrática, aunque hayan sido legalmente
nombrados. Esto puede traducirse en impugnaciones legales, desobediencia
institucional y debilitamiento del principio de autoridad judicial.
2. Agudización de la polarización social
El "Domingo Negro" también es una manifestación
del choque entre dos visiones del Estado:
- Una,
que busca democratizar la justicia mediante el voto directo, aunque
esto implique riesgos técnicos.
- Otra,
que defiende un modelo profesionalista y meritocrático, donde los
jueces sean designados por órganos colegiados con base en criterios
técnicos.
Este conflicto de visiones está llevando al país a un nivel
de polarización política e institucional pocas veces visto, donde
incluso las decisiones judiciales pueden quedar contaminadas de ideología.
3. Posible conflictividad el día de la elección
Dada la coincidencia entre las
protestas y la jornada electoral, se prevé un alto riesgo de enfrentamientos
en zonas urbanas clave como el Paseo de la Reforma, donde habrá tanto
votantes como manifestantes. El INE ha activado protocolos de contingencia,
pero la posibilidad de incidentes, incluso con agresiones a medios de
comunicación, no es descartable.
4. Implicaciones internacionales
La elección judicial mexicana
está siendo observada con atención en América Latina y Europa. La OEA ha
enviado una misión de observación con 127 integrantes. La Unión Europea ha
expresado preocupación por la “instrumentalización política de la justicia”. Lo
que ocurra el 1 de junio será referencia para otros países que evalúan
modelos similares, como Colombia, Ecuador y Bolivia.
El “Domingo Negro” no es
solamente un rechazo coyuntural a una elección judicial mal implementada. Es la
manifestación de un conflicto profundo sobre qué tipo de justicia quiere el
país: una justicia cercana al pueblo, pero frágil en su preparación, o una
justicia técnica, independiente y estructuralmente ajena a la política.
En ese sentido, el 1 de junio no
solo marcará el inicio de un nuevo sistema judicial, sino que puede marcar
también el fin de la confianza pública en él, si no se garantiza su
legitimidad y su capacidad técnica.
La historia juzgará si esta
elección fue un acto de verdadera democratización, o una ruptura peligrosa
con el orden institucional. Y esa evaluación comenzará, irónicamente, el
mismo día que se vote.
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