OTRA PERSPECTIVA
Tres caras de la desaparición en México: Teuchitlán, los
pasillos sin medicinas y la invisibilización de las mujeres
Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra
En México, el concepto de “desaparición”
suele asociarse a fosas clandestinas y violencia criminal. Sin embargo, existen
otras formas igual de letales y silenciosas que cobran vidas sin dejar rastro
inmediato: campos de exterminio institucionales, el desabasto crónico de
medicinas y la violencia de género que invisibiliza a las mujeres. Este
artículo explora esas tres dimensiones para comprender cómo desaparecen
cuerpos, derechos y dignidad.
I. Teuchitlán: la cloaca que destapó la impunidad
El reciente hallazgo en
Teuchitlán puso al descubierto una cloaca literal donde fueron arrojados
cuerpos de personas desaparecidas. Más allá del horror de los restos humanos,
este caso revela la complicidad institucional: la negligencia en la búsqueda, la
falta de protocolos efectivos y la cultura de la impunidad que mantiene
enterradas vidas sin justicia.
II. Pasillos sin medicinas: desaparición lenta por
omisión estatal
El desabasto de medicamentos en
farmacias y hospitales públicos es una forma de desaparición gradual. Cada
receta incumplida condena a enfermos crónicos —niños con cáncer, personas
con diabetes, pacientes en lista de espera para trasplantes— a una agonía
prolongada. Este fenómeno cobra más de 20 vidas al día en México, convirtiendo
corredores sanitarios en escenarios de muerte silenciosa.
III. Mujeres invisibles: cifras escalofriantes y voces
que reclaman justicia
La violencia contra las mujeres
en México no solo se traduce en desapariciones físicas, sino también en la
erosión de su presencia social y derechos. En 2023, el 87.9% de las víctimas de
violencia familiar y el 92.3% de las víctimas de violencia sexual atendidas en
hospitales eran niñas y adolescentes. Cada día son asesinadas aproximadamente
10 mujeres, lo que suma más de 3,000 homicidios anuales; en 2024 se
documentaron 79 feminicidios de niñas y adolescentes, un incremento respecto a
2023.
Además, 9.8 millones de mujeres y
niñas han sufrido ciberacoso, y 291 niñas entre 0 y 17 años fueron víctimas de
trata de personas en 2024, representando el 77.4% de los casos en este rango de
edad. Estas cifras reflejan una violencia estructural que convierte la vida de
las mujeres en una desaparición lenta y sistemática.
El reciente caso de Cuauhtémoc
Blanco, donde el pleno de la Cámara de Diputados votó para mantener su fuero a
pesar de la acusación de intento de violación, desató una ola de indignación.
Legisladoras como Margarita García (PT) calificaron la decisión como “una
traición a la justicia y a las mujeres violentadas”: “¡Qué vergüenza lo
que hoy están aprobando en contra de las mujeres! Hipócritas quienes se
visten de morado y rosa para reconocernos el 8 de marzo”. Ivonne Ortega
(Movimiento Ciudadano) cuestionó la legalidad de otorgarle la palabra al
acusado: “¿Dónde dice que el violentador puede cerrar la intervención?
Quiero que lo comprueben”.
Las desapariciones en México
adoptan múltiples formas: fosas clandestinas, pasillos vacíos de medicinas y
mujeres borradas por la violencia y la indiferencia. Reconocer estas
realidades es urgente para exigir políticas integrales que protejan vidas,
garanticen medicamentos esenciales y aseguren justicia sin privilegios para
nadie.
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