OTRA PERSPECTIVA
Militarización: El gran ausente en el informe de los 100
días de Claudia Sheinbaum
Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra
El informe de los primeros 100
días de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum pasó por alto un tema
central y controvertido: la militarización. Aunque el papel de las fuerzas
armadas se mencionó tangencialmente, no se abordó de manera integral la creciente
participación militar en tareas tradicionalmente civiles, dejando un vacío
significativo en un debate crucial para el futuro del país.
Militarización: Continuidad disfrazada de cambio
Sheinbaum ha reiterado que la
consolidación de la Guardia Nacional bajo el mando de la Secretaría de la
Defensa Nacional no constituye militarización, argumentando que se trata de “aprovechar
las capacidades” de las fuerzas armadas. Sin embargo, esta postura
contradice la percepción de amplios sectores de la sociedad y analistas que ven
en estas medidas una profundización de la militarización del país.
Entre los principales puntos de su estrategia de
seguridad destacan:
·
La consolidación de la Guardia Nacional bajo
mando militar.
·
La continuidad de la estrategia de seguridad del
gobierno anterior, incluyendo el despliegue de militares en estados con altos
niveles de violencia como Guanajuato, Sinaloa y Baja California.
·
El fortalecimiento de un Sistema Nacional de
Inteligencia con capacidades militares.
·
La capacitación de Fuerzas Especiales mexicanas
por militares estadounidenses en 2025.
Mientras Sheinbaum defiende estas
medidas como necesarias para garantizar la seguridad, críticos apuntan que
perpetúan una tendencia preocupante: la sustitución de instituciones civiles
por militares en tareas de seguridad pública y administración de infraestructura.
El silencio ante los riesgos de la militarización
El informe de los 100 días evitó
profundizar en los riesgos inherentes a esta estrategia. Organizaciones de
derechos humanos han advertido sobre:
·
Violaciones a derechos humanos en operativos
militares.
·
La debilidad de las instituciones civiles al
delegar funciones fundamentales a las fuerzas armadas.
·
El debilitamiento de la rendición de cuentas, ya
que las acciones militares suelen estar menos sujetas al escrutinio público.
Además, diversos analistas han
señalado que la militarización no ha logrado reducir de manera significativa la
violencia en sexenios anteriores. Por el contrario, el despliegue militar ha
coincidido con un aumento en las denuncias de abusos y una percepción de
inseguridad en algunas comunidades.
La sociedad mexicana frente a la militarización
La reacción de la sociedad mexicana ante la estrategia de
Sheinbaum ha sido mixta:
·
Preocupaciones: organizaciones civiles,
académicos y analistas critican la consolidación de la militarización y alertan
sobre sus efectos negativos a largo plazo.
·
Apoyo: encuestas recientes muestran una
aprobación del 80% hacia el gobierno de Sheinbaum, lo que sugiere cierto
respaldo a las medidas de seguridad.
·
Demanda de resultados: independientemente
de las posturas, la sociedad exige una reducción tangible de los delitos de
alto impacto y mejoras en la seguridad pública.
Alternativas civiles y el camino hacia la
desmilitarización
Frente a este panorama, el debate
sobre alternativas civiles se torna indispensable. Entre las propuestas
destacan:
Fortalecimiento institucional: invertir en la
profesionalización de las policías estatales y municipales.
Independencia de la Guardia Nacional: rediseñar su
estructura para que dependa de instituciones civiles.
Supervisión y rendición de cuentas: implementar
mecanismos que aseguren la fiscalización de las acciones militares en tareas
civiles.
Un balance pendiente
El informe de los 100 días de
Claudia Sheinbaum deja más preguntas que respuestas sobre la militarización
en México. Mientras el gobierno insiste en que estas medidas no constituyen
militarización, la sociedad mexicana mantiene una postura vigilante, exigiendo
resultados concretos y evaluando los riesgos de un mayor involucramiento
militar en tareas civiles.
La seguridad no puede
garantizarse a expensas de los derechos humanos ni del debilitamiento de las
instituciones democráticas. Es necesario abrir el debate sobre alternativas
civiles y construir una estrategia que equilibre eficacia, justicia y respeto por
las libertades fundamentales. El tiempo dirá si la estrategia de Sheinbaum
logra responder a estas demandas o si, por el contrario, perpetúa una
militarización con altos costos para el país.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario