viernes, 10 de enero de 2025

 



OTRA PERSPECTIVA

La Intención Velada de Trump: Designar a los Cárteles Mexicanos como Organizaciones Terroristas

Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra

El pasado 22 de diciembre, Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, anunció que designará a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras. Esta declaración ha generado un intenso debate sobre las implicaciones de esta medida y su potencial impacto en la relación entre ambos países. Aunque aparentemente busca combatir el narcotráfico y proteger la seguridad de los ciudadanos estadounidenses, su trasfondo parece responder a intereses políticos y estratégicos más amplios.

1. Justificar una Mayor Intervención en México

Control de la región: designar a los cárteles como organizaciones terroristas podría permitir a Estados Unidos justificar operaciones unilaterales en territorio mexicano bajo el pretexto de combatir el "terrorismo". Esto otorgaría a Washington una mayor influencia en temas estratégicos como comercio, seguridad fronteriza y cooperación energética.

Presión a México: la amenaza de esta designación también podría ser utilizada como una herramienta para presionar al gobierno mexicano a adoptar políticas más alineadas con los intereses de Estados Unidos en materia de seguridad y combate al crimen organizado.

2. Beneficio Político Interno

Fortalecer su base electoral: la narrativa de Trump sobre seguridad fronteriza y combate al narcotráfico ha sido central en sus campañas políticas. Este tipo de propuestas refuerzan su imagen de "duro contra el crimen", especialmente entre votantes conservadores en estados afectados por el tráfico de drogas y los problemas asociados a la inmigración.

Desviar la atención: enfrentado a posibles cuestionamientos internos, Trump podría utilizar esta propuesta como una cortina de humo, desviando el enfoque hacia un enemigo externo fácilmente identificable, los cárteles, para consolidar su apoyo político.

3. Aumentar las Tensiones Comerciales y Diplomáticas

Aranceles y restricciones comerciales: la medida podría formar parte de una estrategia más amplia para justificar aranceles punitivos o restricciones comerciales contra México, alegando que el país no hace lo suficiente para combatir a los cárteles.

Control sobre el T-MEC: incrementar las tensiones diplomáticas podría darle a Estados Unidos una posición ventajosa para renegociar términos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) o influir en sectores estratégicos de la economía mexicana.

4. Ampliar el Marco de Seguridad Fronteriza

Militarización de la frontera: la designación de los cárteles como terroristas justificaría un mayor despliegue militar en la frontera con México, consolidando la política de seguridad de Trump basada en muros y militarización.

 Reducción de inmigración: este enfoque también podría servir para justificar políticas migratorias más restrictivas, asociando el flujo de migrantes con el crimen organizado, una narrativa que apela a su base electoral.

5. Proyección de Poder Global

Imponer la narrativa de seguridad internacional: al designar a los cárteles como terroristas, Estados Unidos puede presentar el narcotráfico como una amenaza global, posicionándose como líder en la lucha contra el crimen organizado, aunque esto implique intervenir en la soberanía de otros países.

Crear un precedente internacional: esta medida podría ser usada como modelo para aplicar sanciones similares en otras regiones donde Estados Unidos tenga intereses estratégicos, fortaleciendo su control global en temas de seguridad.

Finalmente la propuesta de Donald Trump de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras tiene un trasfondo que va más allá de la lucha contra el narcotráfico. Aunque la medida podría proporcionar herramientas legales y operativas adicionales, también plantea riesgos significativos: tensiones diplomáticas, violaciones a la soberanía de México y posibles represalias violentas de los cárteles.

Más que una solución integral, esta propuesta parece ser una estrategia para fortalecer la posición política y estratégica de Estados Unidos en la región. La lucha contra los cárteles requiere un enfoque multilateral e integral que atienda las causas estructurales del problema, promueva la cooperación internacional respetuosa y fortalezca las instituciones locales. Medidas unilaterales de este tipo, lejos de resolver el problema, podrían generar mayores conflictos en el largo plazo.

 

 

 

 

 

 

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