OTRA PERSPECTIVA
La impunidad en México: Un menú interminable de
pendientes que nadie resuelve
Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra
En el reino surrealista de la
Cuarta Transformación (4T), donde las promesas de cambio navegan con banderas
de “honestidad valiente” y justicia social, el menú de pendientes en materia de
corrupción e impunidad se parece más a un bufé interminable que a un platillo
principal resuelto con elegancia. Si esto fuera un restaurante, los comensales
estarían huyendo despavoridos por la toxicidad de los ingredientes.
Platillos emblemáticos de la corrupción sin castigo
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Segalmex: El banquete fantasma. Aquí
tenemos un desfalco millonario digno de una cena de gala, pero sin anfitrión.
Los responsables, al igual que los platillos gourmet prometidos, están
desaparecidos. Segalmex es la representación máxima de un éxito fallido: se
gastó, pero no se comió, y nadie sabe quién cocinó el desastre.
·
Línea 12 del Metro: El colapso del sentido
común: El "platillo estrella" que debería nutrir a los habitantes
de la Ciudad de México se convirtió en una trampa mortal. Promesas de justicia
cocinadas a fuego lento han dejado a las familias de las víctimas con hambre de
respuestas mientras los responsables se refugian bajo la sombra de la 4T.
·
Conade: Una mezcla amarga de “diezmos” y
desfalcos: En el mundo deportivo, la corrupción también tiene su área de
entrenamiento. El diezmo impuesto a los recursos deportivos ha dejado claro
que, en el menú de la impunidad, no hay sector que se salve.
El bufé histórico que sigue sin limpiar
·
La Estafa Maestra: Un banquete académico sin
comensales: La "maestría" en desviar recursos públicos hacia
bolsillos privados sigue siendo un tema de doctorado en la corrupción. No hay
responsables detenidos, pero sí hay un sinfín de recetas para seguir evadiendo
la justicia.
·
Odebrecht: El pastel de cóctel internacional:
Este escándalo multinacional demostró que, en la corrupción, no hay
fronteras. Pero mientras otros países ya se comieron el postre de la justicia,
en México seguimos esperando a que salga del horno.
·
Ayotzinapa: La herida que nunca cicatriza: En
este caso, las promesas de justicia se han servido como entradas interminables
sin llegar nunca al plato fuerte. La falta de transparencia y la complicidad
han convertido este tema en un recordatorio constante de que, en México, la
verdad se cocina a medias.
Los "nuevos" chefs de la impunidad
La 4T no sólo heredó un menú
lleno de pendientes; también agregó sus propios "platillos de la
casa":
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Pío López Obrador: El aperitivo familiar: Videos
que muestran a Pío recibiendo "apoyos" en efectivo han sido
archivados con rapidez sorprendente. Parece que la "honestidad
valiente" también incluye un postre de inmunidad selectiva.
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Manuel Bartlett: El sommelier de las
omisiones: Bartlett ha acumulado una colección de escándalos, desde bienes
no declarados hasta contratos millonarios para su hijo. En su carta de vinos,
parece que el tinto de "corrupción vintage" es su especialidad.
·
Delfina Gómez: El "diezmo"
reinventado: La gobernadora electa del Estado de México inauguró su carrera
política reteniendo el salario de trabajadores públicos para financiar a
Morena. Parece que el "cambio verdadero" también incluye propinas
obligatorias.
La negación militar: el ingrediente secreto
En la cocina de la impunidad mexicana, el papel de la
Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) merece una mención especial.
Mientras los platos se sirven fríos y mal cocidos, la Sedena se asegura de que
ciertos "ingredientes" nunca lleguen a la mesa.
·
Vuelos de la muerte: La Sedena ha
bloqueado el acceso a archivos clave relacionados con los vuelos de la muerte,
ignorando al menos cuatro legislaciones y un decreto presidencial de 2021 que
ordenaba transparentar esta información. Es como si el chef principal decidiera
ocultar la receta secreta para siempre.
·
Ocultamiento de información: Los
registros sobre víctimas detenidas y ejecutadas en operativos militares están
bajo llave. Este nivel de "sigilo" institucional convierte la
transparencia en un sueño inalcanzable.
·
Impunidad de los perpetradores: Casi 600
presuntos perpetradores, incluidos militares y funcionarios, han sido señalados
en informes de la Comisión de la Verdad, pero la justicia sigue sin llegar. Tal
vez porque, en este restaurante, los cocineros también son los críticos
culinarios.
·
Manipulación de evidencia: Las bitácoras
de vuelo que podrían confirmar las operaciones siguen siendo fragmentadas y
ambiguas. Se ha identificado una "selección" en la información
revelada, lo que sugiere que la historia se cocina a conveniencia.
El "chapulineo": La barra libre del cinismo
político
Políticos como Javier Corral y
Miguel Ángel Yunes han encontrado refugio en Morena, demostrando que el único
requisito para el perdón es cambiar de camiseta. Mientras tanto, la barra libre
de la impunidad sigue abierta, y los "chapulines" políticos saltan de
un lado a otro, esquivando la justicia con elegancia coreografiada.
La cuenta que nadie paga
La corrupción y la impunidad en
México no son sólo un problema político; son el veneno que ha contaminado la
confianza ciudadana. Los mexicanos no esperan un restaurante de cinco
estrellas, pero sí exigen que al menos se limpien las mesas y se cobren las
cuentas pendientes.
En este 2025, la oportunidad de
romper el ciclo de la impunidad está servida. Pero, para lograrlo, los
comensales (es decir, los ciudadanos) deberán exigir que el chef (el gobierno)
deje de cocinar con los mismos ingredientes de siempre: corrupción, complicidad
y silencio. Porque en este menú, la justicia sigue siendo el plato que nunca
llega a la mesa.
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