viernes, 27 de diciembre de 2024

 



OTRA PERSPECTIVA

La impunidad en México: Un menú interminable de pendientes que nadie resuelve

Opinión de Jose Rafael Moya Saavedra

En el reino surrealista de la Cuarta Transformación (4T), donde las promesas de cambio navegan con banderas de “honestidad valiente” y justicia social, el menú de pendientes en materia de corrupción e impunidad se parece más a un bufé interminable que a un platillo principal resuelto con elegancia. Si esto fuera un restaurante, los comensales estarían huyendo despavoridos por la toxicidad de los ingredientes.

Platillos emblemáticos de la corrupción sin castigo

·       Segalmex: El banquete fantasma. Aquí tenemos un desfalco millonario digno de una cena de gala, pero sin anfitrión. Los responsables, al igual que los platillos gourmet prometidos, están desaparecidos. Segalmex es la representación máxima de un éxito fallido: se gastó, pero no se comió, y nadie sabe quién cocinó el desastre.

·       Línea 12 del Metro: El colapso del sentido común: El "platillo estrella" que debería nutrir a los habitantes de la Ciudad de México se convirtió en una trampa mortal. Promesas de justicia cocinadas a fuego lento han dejado a las familias de las víctimas con hambre de respuestas mientras los responsables se refugian bajo la sombra de la 4T.

·       Conade: Una mezcla amarga de “diezmos” y desfalcos: En el mundo deportivo, la corrupción también tiene su área de entrenamiento. El diezmo impuesto a los recursos deportivos ha dejado claro que, en el menú de la impunidad, no hay sector que se salve.

El bufé histórico que sigue sin limpiar

·       La Estafa Maestra: Un banquete académico sin comensales: La "maestría" en desviar recursos públicos hacia bolsillos privados sigue siendo un tema de doctorado en la corrupción. No hay responsables detenidos, pero sí hay un sinfín de recetas para seguir evadiendo la justicia.

·       Odebrecht: El pastel de cóctel internacional: Este escándalo multinacional demostró que, en la corrupción, no hay fronteras. Pero mientras otros países ya se comieron el postre de la justicia, en México seguimos esperando a que salga del horno.

·       Ayotzinapa: La herida que nunca cicatriza: En este caso, las promesas de justicia se han servido como entradas interminables sin llegar nunca al plato fuerte. La falta de transparencia y la complicidad han convertido este tema en un recordatorio constante de que, en México, la verdad se cocina a medias.

Los "nuevos" chefs de la impunidad

La 4T no sólo heredó un menú lleno de pendientes; también agregó sus propios "platillos de la casa":

·       Pío López Obrador: El aperitivo familiar: Videos que muestran a Pío recibiendo "apoyos" en efectivo han sido archivados con rapidez sorprendente. Parece que la "honestidad valiente" también incluye un postre de inmunidad selectiva.

·       Manuel Bartlett: El sommelier de las omisiones: Bartlett ha acumulado una colección de escándalos, desde bienes no declarados hasta contratos millonarios para su hijo. En su carta de vinos, parece que el tinto de "corrupción vintage" es su especialidad.

·       Delfina Gómez: El "diezmo" reinventado: La gobernadora electa del Estado de México inauguró su carrera política reteniendo el salario de trabajadores públicos para financiar a Morena. Parece que el "cambio verdadero" también incluye propinas obligatorias.

La negación militar: el ingrediente secreto

            En la cocina de la impunidad mexicana, el papel de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) merece una mención especial. Mientras los platos se sirven fríos y mal cocidos, la Sedena se asegura de que ciertos "ingredientes" nunca lleguen a la mesa.

·       Vuelos de la muerte: La Sedena ha bloqueado el acceso a archivos clave relacionados con los vuelos de la muerte, ignorando al menos cuatro legislaciones y un decreto presidencial de 2021 que ordenaba transparentar esta información. Es como si el chef principal decidiera ocultar la receta secreta para siempre.

·       Ocultamiento de información: Los registros sobre víctimas detenidas y ejecutadas en operativos militares están bajo llave. Este nivel de "sigilo" institucional convierte la transparencia en un sueño inalcanzable.

·       Impunidad de los perpetradores: Casi 600 presuntos perpetradores, incluidos militares y funcionarios, han sido señalados en informes de la Comisión de la Verdad, pero la justicia sigue sin llegar. Tal vez porque, en este restaurante, los cocineros también son los críticos culinarios.

·       Manipulación de evidencia: Las bitácoras de vuelo que podrían confirmar las operaciones siguen siendo fragmentadas y ambiguas. Se ha identificado una "selección" en la información revelada, lo que sugiere que la historia se cocina a conveniencia.

El "chapulineo": La barra libre del cinismo político

Políticos como Javier Corral y Miguel Ángel Yunes han encontrado refugio en Morena, demostrando que el único requisito para el perdón es cambiar de camiseta. Mientras tanto, la barra libre de la impunidad sigue abierta, y los "chapulines" políticos saltan de un lado a otro, esquivando la justicia con elegancia coreografiada.

La cuenta que nadie paga

La corrupción y la impunidad en México no son sólo un problema político; son el veneno que ha contaminado la confianza ciudadana. Los mexicanos no esperan un restaurante de cinco estrellas, pero sí exigen que al menos se limpien las mesas y se cobren las cuentas pendientes.

En este 2025, la oportunidad de romper el ciclo de la impunidad está servida. Pero, para lograrlo, los comensales (es decir, los ciudadanos) deberán exigir que el chef (el gobierno) deje de cocinar con los mismos ingredientes de siempre: corrupción, complicidad y silencio. Porque en este menú, la justicia sigue siendo el plato que nunca llega a la mesa.

 

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