martes, 26 de noviembre de 2024

 



OTRA PERSPECTIVA

"La Democracia en la Cuerda Floja: El Asalto al Poder Judicial en México"

Por José Rafael Moya Saavedra

En un acto que en cualquier manual de gobernanza se calificaría como un atentado contra la independencia judicial, el proceso de reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF) en México está generando profundas inquietudes. El supuesto objetivo de democratizar y renovar el sistema judicial del país ha derivado en un espectáculo de opacidad, manipulación política y simulación, características propias de una democradura, ese híbrido que combina formas democráticas con prácticas autoritarias.

El “milagro histórico” de los registros masivos

El cierre del registro para aspirantes a jueces, magistrados y ministros fue descrito por el oficialismo como un "éxito democrático". En realidad, fue un despliegue caótico. Apenas una semana antes, se contaban mil inscritos. Pero, como si se tratara de una multiplicación de los panes, más de 18 mil personas se registraron en los últimos días. Legisladores de Morena promovieron registros masivos a través de correos electrónicos habilitados de última hora y contactos políticos.

Una grabación, atribuida a una diputada local de Morena en Michoacán, expone la naturaleza del proceso: "Si tienes amigos que quieran ser juez federal, mándales esta convocatoria." En segundos, la convocatoria perdió todo carácter meritocrático.

 https://x.com/CiroGomezL/status/1861399051716960574

Este incremento milagroso no es nuevo en las democracias manipuladas de América Latina. Venezuela y Nicaragua nos enseñaron cómo los gobiernos pueden utilizar reformas judiciales para consolidar el poder. En Venezuela, Hugo Chávez convirtió al Tribunal Supremo de Justicia en un brazo ejecutor de su gobierno. Daniel Ortega, en Nicaragua, hizo lo propio para perpetuarse en el poder. México parece estar siguiendo ese camino.

El costo de la reforma judicial

La "democratización" del Poder Judicial no solo amenaza su independencia; también implica un costo multimillonario. El Instituto Nacional Electoral (INE) ha solicitado 13,205 millones de pesos para coordinar esta elección extraordinaria, de los cuales más de la mitad se destinarán a personal temporal.

Mientras tanto, las dinámicas del proceso dejan más preguntas que respuestas. Apenas el 10% de los aspirantes optaron por registrarse a través del Poder Judicial, mientras que el 90% lo hizo mediante los poderes Legislativo y Ejecutivo, ambos controlados por Morena. La falta de transparencia en estos registros alimenta sospechas de manipulación política.

Una tómbola judicial bajo control político

Los registros masivos y opacos no son el único problema. El control de los comités de evaluación por parte de Morena y aliados del oficialismo ha generado preocupación en diversos sectores. Estos comités definirán quiénes aparecerán en la boleta de 2025, y todo indica que los perfiles seleccionados serán afines al proyecto político de la llamada Cuarta Transformación.

 La senadora priista Claudia Anaya no duda en calificar este proceso como un mecanismo de cooptación: “Los poderes Legislativo y Ejecutivo se han convertido en órganos de corte político, usados para movilizar bases y asegurar el control del Poder Judicial.”

Por su parte, legisladores del PAN denuncian que este procedimiento es una farsa, una simulación que pone en juego la independencia del Poder Judicial. Federico Döring, vicecoordinador del PAN, lo sintetizó con crudeza: "Estamos en una tómbola judicial de Morena. Este proceso no garantiza justicia; garantiza sumisión al Ejecutivo."

Paralelismos con las democraduras de América Latina

El caso mexicano encuentra ecos en regímenes autoritarios de la región:

Venezuela: Chávez usó reformas judiciales para desmantelar los contrapesos y convertir al Tribunal Supremo en un aliado incondicional.

Nicaragua: Ortega reestructuró el sistema judicial para perseguir a opositores y perpetuar su gobierno.

Bolivia: Morales impulsó la elección de jueces por voto popular, pero en la práctica, solo se promovieron candidatos afines a su partido.

La estrategia es clara: manipular las instituciones democráticas para concentrar el poder, disfrazando la erosión institucional como reformas democráticas.

Un peligroso retroceso

La reforma judicial mexicana, lejos de fortalecer el Estado de derecho, parece estar diseñando un sistema de justicia subordinado al poder político. Este modelo amenaza con convertir al Poder Judicial en un brazo ejecutor del Ejecutivo, eliminando su capacidad de actuar como contrapeso.

A medida que avanzamos hacia las elecciones de 2025, es crucial reconocer que los riesgos van más allá del Poder Judicial. Lo que está en juego es la esencia misma de la democracia mexicana. Si el oficialismo logra controlar este proceso, habremos dado un paso más hacia una democradura, ese sistema que utiliza los mecanismos democráticos para perpetuar prácticas autoritarias.

¿Es posible evitar la caída?

La historia reciente de América Latina muestra que revertir el curso es posible, pero requiere una sociedad informada, una oposición organizada y una comunidad internacional vigilante. México aún está a tiempo de detener esta deriva autoritaria, pero la ventana de oportunidad se cierra rápidamente.

La independencia judicial no es solo una formalidad; es el pilar que sostiene cualquier democracia. Si dejamos que la reforma judicial se convierta en una herramienta de control político, México estará hipotecando no solo su presente, sino su futuro como una nación verdaderamente libre y democrática.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

  OTRA PERSPECTIVA Cuando Borrar el Riesgo del Mapa Mata: El Caso Mystic y la Lección para América Latina Por José Rafael Moya Saavedra ...