sábado, 31 de mayo de 2025

 

OTRA PERSPECTIVA

México en la Línea Roja: Cuatro Escenarios Frente a la Elección Judicial y el Colapso de los Contrapesos Institucionales

Opinion de José Rafael Moya Saavedra

Este 1 de junio de 2025, México se encamina a una jornada sin precedentes: por primera vez en su historia, los ciudadanos votarán directamente para elegir a más de 2,600 jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial, incluidos nueve integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Lo que se ha presentado como un ejercicio de democratización judicial podría, sin los controles adecuados, convertirse en el mayor riesgo para el equilibrio de poderes en México desde la transición democrática. La posibilidad de un colapso de los contrapesos institucionales está sobre la mesa.

A esta inédita elección se le ha sumado un nuevo foco rojo: México Evalúa ha advertido que al menos ocho estados del país enfrentan riesgo alto o muy alto de violencia político-criminal. Se trata de Baja California, Chihuahua, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Quintana Roo, Michoacán y Colima, entidades marcadas por disputas entre cárteles y procesos electorales utilizados como campo de influencia violenta.

Además, siete estados más presentan riesgo medio: Sonora, Nayarit, Zacatecas, San Luis Potosí, Estado de México, Ciudad de México y Tlaxcala. Solo cuatro entidades se mantienen en riesgo bajo: Coahuila, Durango, Aguascalientes y Yucatán.

En este contexto, el verdadero riesgo no está solo en la violencia directa, sino en que una elección judicial tan crítica —plagada de candidaturas opacas, amenazas e infiltración criminal— termine decidiéndose por apenas el 10 o 15% del padrón, integrado en su mayoría por estructuras clientelares, operadores territoriales y votantes mal informados.

Más que un ejercicio democrático, este proceso amenaza con convertirse en una validación disfrazada del control político sobre la justicia.

De acuerdo con The New York Times y otras fuentes especializadas, múltiples variables amenazan con desfigurar este proceso: desde la infiltración del crimen organizado, hasta la falta de controles institucionales, pasando por la politización extrema del sistema de justicia. A continuación, presentamos cuatro escenarios prospectivos que marcan los posibles rumbos del país tras esta elección.

 Escenario 1: Captura judicial progresiva: el crimen entra por la puerta grande

Contexto:
              Los informes del NYT documentan la presencia de al menos 20 candidatos con vínculos comprobados o sospechosos con el crimen organizado. Algunos han sido abogados de cárteles, otros tienen antecedentes por narcotráfico. La facilidad para postularse —sin controles de carrera, sin exámenes, sin trayectoria judicial— ha abierto una grieta por la que ahora podrían colarse los intereses más oscuros.

              A esto se suma que, en entidades como Baja California, Veracruz o Michoacán, ya se han documentado amenazas directas a aspirantes judiciales, según México Evalúa. Los cárteles no sólo quieren influir en el Ejecutivo o Legislativo: ahora buscan colocar aliados o cómplices dentro del Poder Judicial mediante la intimidación o el financiamiento encubierto.

Escenario:
                Si estos perfiles resultan electos, se consolidaría una red de protección judicial para los grupos criminales. Los tribunales dejarían de ser una barrera contra la impunidad y pasarían a formar parte del engranaje delictivo.

Consecuencias:

  • El Poder Judicial pierde credibilidad ante la población.
  • Se normaliza la impunidad en delitos de alto impacto.
  • Se favorece una captura institucional silenciosa, debilitando aún más los frenos institucionales frente al poder político y fáctico.

 Escenario 2: Judicialización del conflicto y parálisis institucional

Contexto:
              La sociedad civil ha convocado una protesta nacional bajo el lema “Domingo Negro”, que denuncia la elección como una simulación democrática. A la par, el INE y el Tribunal Electoral enfrentan una avalancha de impugnaciones por la inclusión de perfiles no aptos. Todo ello genera un clima de litigio permanente.

Escenario:
            Los resultados de la elección judicial quedan empantanados en disputas legales. El Poder Judicial entra en conflicto interno: los jueces electos no son reconocidos por sus pares de carrera, y los órganos de control no dan abasto para resolver los procesos.

Consecuencias:

  • Se paralizan resoluciones clave en la Corte y en tribunales federales.
  • La incertidumbre jurídica impacta la inversión y la gobernabilidad.
  • El funcionamiento institucional se debilita, alimentando el desgaste de los equilibrios democráticos.

 Escenario 3: Reforma moderada y blindaje parcial: el Estado responde a tiempo

Contexto:
              Ante la presión nacional e internacional, el gobierno reconoce errores y acepta corregir el rumbo. Se revisan candidaturas con posibles nexos criminales, se anulan las más comprometidas y se propone un esquema de evaluación y profesionalización para los jueces electos.

Escenario:
              El sistema no se colapsa, pero queda bajo escrutinio. Se inicia una reforma correctiva que intenta balancear la participación ciudadana con la necesidad de garantizar perfiles técnicos.

Consecuencias:

  • Se evita la captura total del sistema judicial.
  • Se rediseñan los filtros de entrada para futuras elecciones judiciales.
  • El equilibrio institucional se sostiene con esfuerzo, evitando su colapso.

 Escenario 4: Transformación legítima: la ciudadanía salva el proceso

Contexto:
             A pesar de las advertencias, la sociedad responde con una participación sorpresivamente alta. Los votos premian a perfiles independientes, activistas de derechos humanos y figuras con trayectoria judicial, mientras que se castiga a los candidatos cuestionables.

Escenario:
                    El proceso electoral no solo legitima al nuevo Poder Judicial, sino que redefine las reglas del juego institucional. Se consolida un modelo híbrido donde la elección popular coexiste con la carrera judicial y mecanismos de evaluación ciudadana.

Consecuencias:

  • Se fortalece el sistema democrático y los contrapesos.
  • México se convierte en referencia internacional en innovación judicial.
  • Se revitaliza la participación ciudadana en la vida pública, sin debilitar los pilares del Estado de derecho.

Entre la esperanza democrática y el precipicio institucional

                        Lo que está en juego no es simplemente quién ocupará los asientos de los tribunales. Es el equilibrio mismo de la República lo que se encuentra bajo amenaza. La reforma que dio origen a estas elecciones podría, si no se corrige con oportunidad, desactivar los mecanismos de control entre poderes y poner en entredicho la autonomía judicial.

                     La violencia político-criminal ya no es solo una amenaza contra candidatos locales. Hoy apunta al corazón del sistema de justicia. Si México permite que el miedo o la infiltración criminal definan la nueva arquitectura judicial, no sólo estará en juego la legalidad, sino la posibilidad misma de ejercer la democracia en paz.

                           La participación ciudadana, el escrutinio público y la presión de la sociedad civil serán decisivos para evitar que esta elección se convierta en un punto de no retorno. En este contexto, el colapso de los contrapesos institucionales no es una hipótesis lejana, sino una posibilidad real que exige vigilancia, responsabilidad y voluntad política para corregir el rumbo.

Y tú, México, al filo de tu historia… ¿a quién pondrás a impartir justicia?

 

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