OTRA PERSPECTIVA
El Doble Rasero de México: Crítica a la Border Patrol y
el Trato en la Frontera Sur
Opinión de José Rafael Moya Saavedra
En el
debate sobre migración, México se ha convertido en un crítico constante de las
prácticas de la Border Patrol en la frontera norte, denunciando el
racismo, la violencia y las violaciones de derechos humanos hacia los migrantes
mexicanos. Sin embargo, al mirar hacia el sur del país, surge una pregunta
incómoda: ¿Es México un mejor anfitrión para los migrantes que atraviesan su
territorio?
Doble Rasero en el Trato a los Migrantes
Mientras que México condena las
políticas migratorias restrictivas de Estados Unidos, su propia frontera sur se
convierte en un espacio de vulneración sistemática de derechos humanos.
Migrantes centroamericanos, sudamericanos, africanos y asiáticos enfrentan
condiciones que a menudo igualan o incluso superan las denuncias hechas contra
la Border Patrol.
Críticas a Estados Unidos
·
Denuncias de abuso y uso excesivo de fuerza por
parte de la Border Patrol.
·
Separación de familias y detenciones en
condiciones inhumanas.
·
Racismo sistémico en el trato hacia los
migrantes mexicanos.
Realidad en la Frontera Sur
Extorsión y Abuso: migrantes en la frontera sur
frecuentemente enfrentan extorsión por parte del crimen organizado y, en
algunos casos, también por autoridades del Instituto Nacional de Migración
(INM).
Hacinamiento y Condiciones Deplorables: los centros
de detención en México suelen estar en condiciones de hacinamiento extremo, con
denuncias de abuso físico y negligencia.
Criminalización: en lugar de proteger a los
migrantes, las políticas migratorias mexicanas los tratan como amenazas o
cargas económicas.
Migrantes en la Frontera Sur: Una Crisis Humanitaria
Olvidada
El Instituto Nacional de
Migración ha intensificado sus operativos en la frontera sur,
particularmente después de acuerdos con Estados Unidos como el Programa "Quédate
en México". Aunque estas medidas buscan controlar el flujo migratorio,
su implementación ha generado severas críticas.
Cifras y Realidad
·
En 2024, el INM interceptó a más de 150,000
migrantes en la frontera sur.
·
Muchos migrantes pagan al menos 100 dólares por
persona para evitar ser secuestrados o extorsionados al ingresar a territorio
mexicano.
El Papel del Crimen Organizado
Los migrantes enfrentan un doble
riesgo: las extorsiones y abusos por parte de grupos criminales y el trato
discriminatorio de las autoridades migratorias. En muchos casos, las
autoridades son acusadas de complicidad con el crimen organizado.
Hipocresía Cultural y Política
México defiende vehementemente a sus ciudadanos en el
extranjero, pero a menudo falla en extender esa solidaridad a los migrantes que
cruzan su territorio. Esta contradicción se refleja en:
Narrativas Mediáticas: los abusos en la frontera
norte reciben mayor atención mediática que los de la frontera sur.
Estigmatización: migrantes centroamericanos y de
otras regiones son vistos como "cargas" o amenazas, lo que perpetúa
una cultura de exclusión y discriminación.
Presión de Estados Unidos: políticas como "Quédate
en México" convierten al país en un filtro migratorio, dejando a los
migrantes atrapados en condiciones precarias.
Propuestas para un Enfoque Coherente y Humanitario
Para abordar este problema de
manera integral, México debe:
Fortalecer el INM: Capacitar al personal y supervisar
sus acciones para evitar abusos y corrupción.
Mejorar Infraestructura: invertir en albergues y
centros de detención dignos que garanticen la seguridad y los derechos de los
migrantes.
Colaborar con Organismos Internacionales: trabajar
con ONU, ACNUR y otras organizaciones para garantizar la protección de los
derechos de los migrantes.
Promover una Cultura de Solidaridad: cambiar la
narrativa sobre los migrantes a nivel nacional, destacando su humanidad y
contribuciones.
Reformar Políticas Migratorias: diseñar estrategias
que equilibren el control migratorio con el respeto a los derechos humanos.
Un Llamado a la Congruencia y la Empatía
Es hora de que México asuma una
posición coherente y justa en su trato hacia los migrantes. No podemos exigir
respeto y dignidad para nuestros connacionales en el extranjero mientras
perpetuamos abusos y discriminación en nuestras propias fronteras. La verdadera
grandeza de un país se mide por cómo trata a los más vulnerables; es momento de
demostrar que somos capaces de liderar con humanidad y congruencia.
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